miércoles, 7 de marzo de 2012

ELLAS O NOSOTROS, ¿QUIÉNES CONDUCEN MEJOR? ➍

D E S P U É S

Logrado el permiso de conducir, son muchas las mujeres que conducen muy poco o nada.  Sin embargo con los hombres ocurre justamente al revés. En esta fase, también hay un comportamiento diferente entre las mujeres en función del grupo de edad al que pertenezcan, siendo bastante más homogéneo en los hombres. La actual crisis económica que sufrimos también marca un antes y un después muy claro en este asunto, por la sencilla razón de que muchas personas no pueden comprar un coche y el que hay en la familia se utiliza justamente lo imprescindible, o poco más en el mejor de los casos, además de que se procura preservarlo al máximo de posibles averías y pequeños percances que, generalmente y muchas veces sin razón, se supone que le ocasionará el conductor novel.

A pesar de todo, para mí sigue representando la libertad.
Foto tomada del sitio: la-isla-desconocida.blogspot.com
Desde la segunda mitad de los noventa y hasta el 2008 -claro inicio de la crisis cuyos síntomas, en realidad, en España comenzaron a darse en el segundo semestre de 2006- muchas mujeres de entre los 18 y más o menos 30 años, si empezaban a trabajar, una vez tenían el carné, compraban un coche y comenzaban a conducir. Del mismo modo, prácticamente, hacían los hombres de este grupo de edad. Las mujeres de entorno a los cuarenta años o más que hacían lo mismo eran muchas menos, salvo que les resultara necesario para trabajar, en su familia hubiese una economía bien saneada, o se hubiesen trasladado a vivir a un adosado en las afueras, por ejemplo. Muchas de las mujeres del primer grupo, cuando forman pareja empiezan a conducir menos (y menos aún, si tienen hijos) hasta el punto, de que si ambos componentes de la misma disponían de un coche cada uno, se venden los dos y compran uno mejor y más grande que utilizará casi siempre el hombre.
Las circunstancias descritas, que prácticamente todo el mundo conoce y de las que casi todos tenemos algún ejemplo muy próximo hacen que una buena parte de las mujeres que tienen permiso de conducir, pasado más o menos tiempo después de salir de la autoescuela, apenas conduzcan. Luego si conducen poco, entrenan poco... necesariamente han de conducir peor que los hombres que, en su mayoría, hacen justamente lo contrario.

Fotograma de la película Thelma & Louise
Tomado del sitio: atodogas.creatuforo.com
Dije en la segunda parte de esta entrada que antes de la autoescuela la mayoría de las mujeres ni se piensan ni se sienten conductoras, lo cual no les impide a las más jóvenes ser mejores alumnas que los hombres cuando están en ella. Eso que antes y durante no parece darles ninguna ventaja a ellos, se la da después. En esa tercera etapa y sin darse cuenta, los hombres comienzan a cobrar el rédito del capital de atención que han invertido desde su infancia en automóviles, carretera y tráfico. Puede parecer una tontería, pero la mente masculina ha interiorizado muchísima información sobre esos tres elementos que le será muy útil en el después, cuando hay que conducir solos.
Las estadísticas que publican reiteradamente las compañías de seguros y la Dirección General de Tráfico (DGT) y que dan a conocer los medios de comunicación, sostienen (desde hace bastantes años) que las mujeres conducen mejor porque están implicadas en menor número de accidentes y se les tramitan menos denuncias respectivamente. Pero nunca he leído en los citados medios el porcentaje de mujeres conductoras en activo y no que solo tienen carné; tampoco he visto nunca que se indique el kilometraje medio anual que realizan. Sólo porque den menos partes y tengan menos multas no se puede afirmar que conduzcan mejor, por esa senda llegaríamos al absurdo de afirmar que quien dejó de conducir el día que resultó declarado apto para ello es el mejor conductor porque, obviamente, tiene 0 accidentes y 0 multas. Y todos conocemos a más mujeres que hombres que no conducen.

Cóndor
Foto tomada del sitio: www.catai.es
También sabemos todos que hay muchas menos mujeres que sean conductoras profesionales, aunque cada vez hay más taxistas, profesoras de autoescuela, manejando autobuses -generalmente urbanos-, pero muy pocas llevando camiones. También sabemos todos que muy pocas mujeres muestran interés por los coches en sí, menos aún por los deportivos, nunca he visto a una mujer conduciendo un Mitsubishi Evo o un Subaru Impreza, un Clio Sport o un Ibiza FR, por ejemplo. Aunque en este punto admito que puede deberse a un signo de madurez; ellas se hacen mujeres, nosotros nunca dejamos de ser niños y de querer juguetes.
La mayoría de mis alumnas, en mayor o menor grado, manifestaban lamentarse de su condición de mujer a la hora de conducir, “es que, claro, esto a vosotros se os da mejor”. Yo siempre les decía que no veía una sola razón para sustentar eso. Sí veo a dónde nos ha llevado la diferente educación, cultura, roles... lo que he dicho. Pero estoy plenamente convencido de que los inconvenientes que pueden suponer para que una mujer maneje un vehículo son perfectamente superables. También les decía que, puesto que todos tenemos una parte femenina y otra masculina, para conducir, que dejasen que su parte masculina tomara más protagonismo. 

Coche en prácticas.
Foto tomada del sitio: www.publico.es
Bastantes veces, oído lo dicho, mis alumnas me echaban unas miradas un tanto intranquilizadoras, yo me cubría y volvía a la carga. “A ver, mientras conduces, puedes actuar un poco, un poco solamente -no hace falta más- como un tío, en cuanto a mentalidad, actuar de una forma algo despreocupada, no tan seria, con menos agobio, poniendo un componente de juego, lúdico, de disfrute, de agilidad, una pizca de agresividad con respecto a ti misma, a tu manejo del coche, como... cuando se baila con remango y salero, con entusiasmo y gracia llevando tú el paso, marcando tú el ritmo, buscando tú espacio ahí fuera entre los demás, haciéndote respetar por como tú actúes sin buscar un despreocupado amparo en un supuesto estricto cumplimiento de las normas por parte de los otros, luchando. Desconecta de todo lo demás, sumérgete en el tráfico; yo voy comentando muchas cosas en voz alta, cópiame; actúa como si hubieses conducido toda tu vida, hay doble mando, aprovecha...”
También comentaba que, además, las mujeres cuentan con una cierta ventaja objetiva con respecto a los hombres. Son más capaces de hacer varias cosas a un tiempo, más observadoras y detallistas y tienen un campo visual periférico un poco mayor. Tener soltura en hacer varias tareas a la vez, conduciendo, puede ser un arma de dos filos. ¡Cuidado! Pero el aspecto negativo de esta cualidad se puede compensar muy bien añadiendo un poco de mentalidad masculina, tal como acabo de decir. Es el antídoto.
En resumen:
Antes; gana el hombre. Esta ventaja no aflora en “el durante”, principalmente, por exceso de confianza y sobrevaloración de su supuesta innata capacidad para conducir.
Durante, gana la mujer.
Después, gana el hombre. Pero, mientras no se demuestre lo contrario, tan solo porque conduce y entrena mucho más.
Termino con una observación que también decía a mis alumnas cuando salía aquello de que “claro, a vosotros esto se os da mejor”. Les preguntaba. “¿Sabes qué mujeres suelen conducir muy bien?” Les respondía: “Las ricas, no sólo las que tienen mucho dinero, no. Las ricas de verdad”.

Fotograma de la película Thelma & Louise
Tomado del sitio: vida-serendipity.blogspot.com
Efectivamente, las mujeres verdaderamente ricas, las de clase alta, normalmente conducen muy bien, con un nivel claramente por encima de la media y en cualquier rango de edad en que se encuentren. Generalmente, estas mujeres son y se sienten muy independientes y libres (dos aspectos muy importantes para conducir). Además, generalmente, han viajado, dominan una o varias lenguas extranjeras, van a la universidad... tienen una mentalidad muy diferente de las mujeres de clase media y trabajadora (“los que viven por sus manos”, como decía Jorge Manrique en Coplas por la muerte de su padre), han sido criadas y educadas de otra manera. ¿Se imaginan qué diría una de estas mujeres si cuando se casan, a su marido se le ocurre alguna vez decirle que mejor tienen un solo coche y que mejor lo conduce siempre él? Divorcio exprés antes de que acabe de hablar; y tendrán separación de bienes, claro.

Por si había alguna duda de que esta película me gustó mucho.
Fotograma tomado del sitio: www.dvdfile.com

Ayuda mucho, mucho más de lo que pueda parecer, a conducir bien tener un arraigado y fuerte sentimiento de independencia y de libertad; sentirse así, no cuesta un céntimo. Está al alcance de todos, aunque una persona sufra prisión puede sentirse un ser libre.
Esteban


PS: Una buena noticia. Muy reciente, muy a propósito.

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