sábado, 30 de junio de 2012

PRIMER CUMPLEAÑOS


Hace un año, casi un instante, como quien dice, comenzaba este blog vertiendo en él gratitud y esperanza. Compruebo que en aquella primera entrada, sin darme cuenta o no del todo, expresaba mucho más que una firme voluntad de transmitir lo que aprendí y aprendo, lo que viví y vivo en la carretera. Lo siento como destino, aquellas primeras palabras en este sitio (su sitio, siempre que lo desee) las percibo perfectamente válidas un año después y su eco me guiará en los que me queden.


Estoy contento y alegre. Estoy en el espacio. La panera es pequeña, inacabada, en imperfecta construcción, pero sus pegoyos son muy sólidos, usted, como dije hace un año, forma parte de uno de ellos; usted, también alimenta la pequeña llama que pone su partícula de luz en el universo de Internet. Me siento bendecido por prestarme su atención. 

¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!

Se me ocurren muchas cosas que contar sobre este año recién cumplido pero creo que lo más importante es manifestar mi gratitud, compartir mi alegría y seguir ofreciendo el modesto fruto de mi trabajo. Es paradójico, y tan actual por desgracia, que en mi debe siga aumentando el concepto gracias enormemente aún a sabiendas de que jamás podré pagarlo. He puesto mi afán en la foto y mi deseo sería ofrecerles ese bocado personalmente, antes de que acabe el día brindaré por usted. Pero en este lugar la llama no se apaga. ¡Salud!

Esteban

viernes, 29 de junio de 2012

A V I S O

Desde el pasado lunes hasta ayer por la tarde -ambos inclusive- he tenido problemas con el correo, que he descubierto a mitad de semana. Lamento no poder explicar la causa de un modo preciso dada mi enorme ignorancia en temas de informática, pero me dicen personas que tienen toda mi confianza y profundo conocimiento del tema que se han debido a ciertos cambios que tuvieron que hacer en el servidor donde se aloja www.conducirsinmiedo.com.es

Fuente: el-lejano-oeste.blogspot.com.es
Ayer, todo parecía indicar que se habían solucionado los problemas a los que aludía, totalmente. Sin embargo, hoy he notado algunas anomalías que, seguramente, se arreglarán a lo largo del próximo lunes de modo que el martes, el correo de la Web estará completamente operativo. Espero. Si no fuese así volvería a avisar.

Es posible que en estos días algunas personas hayan utilizado el formulario de conducirsinmiedo y yo no haya recibido el mensaje. Lo mismo puede ocurrir con algún comentario enviado a este blog, por ello, quiero dejar constancia de que si no contesto, no publico y no respondo (aunque esto último no siempre puedo hacerlo con la diligencia que quisiera), es, simplemente (y a Dios gracias) a que no me ha llegado el texto correspondiente. 

Muchísimas gracias por su atención. Siempre. ¡Ojalá les vaya bonito el fin de semana!

Esteban

jueves, 21 de junio de 2012

DÍAS DE RADIO (JUNIO 2012)


CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

32ª CHARLA (6-6-2012). Sistema antirrobo que para el coche con un SMS. Airbag exterior. España, donde más ciclistas mueren de Europa. Sueño* al volante.
(*) Como EFF dejé un comentario, el nº 7.
33ª CHARLA (13-6-2012). La combustión del gasóleo o gasoil en los motores Diesel también genera un potente agente cancerígeno. El peligro de discutir al volante. El fiscal podrá retirar la tutela a los padres que no lleven o no utilicen los sistemas de retención para menores y acusarles de homicidio en caso de muerte.
      
34ª CHARLA (20-6-2012). Velocidad variable*. El límite de velocidad genérico de las carreteras convencionales que estaba en 100 bajará a 90**. Un oyente me pregunta si me gusta el Renault Twizy. El Seat Mii se venderá por Internet.
(*) Como EFF dejé tres comentarios: 14, 34 y 78.
(**) Como EFF dejé un comentario, el nº 28.
35ª CHARLA (27-6-2012). ¡¿Vacaciones?! Datos de la DGT sobre denuncias realizadas por exceso de velocidad*. Datos sobre el uso del teléfono móvil al mismo tiempo que se conduce. Permiso por puntos, 6º aniversario. Accidente de Galdakao**. ¿Es más difícil el examen de conducir en julio?  
(*) Leído en el editorial del semanario AUTOPISTA del 26 de junio: "La velocidad inadecuada para las condiciones existentes en el momento del incidente -dentro de los límites legales- estuvo presente en 8.200 accidentes con víctimas en carretera en 2010."
(**) Sobre este accidente (otro enlace sobre el mismo), afortunadamente sin víctimas, olvidé decir por la radio que también pudo ser causado por algún fallo en el funcionamiento del vehículo. Muy improbable pero no imposible, claro.
 
AVISO SOBRE "LAS VACACIONES"

Aunque en la radio José Ángel y yo hemos hablado en esos términos, no es esa la razón por la que estaré ausente de la emisora durante unas seis semanas. La causa es el cambio de programación y horarios que motivan estos meses estivales. En principio, y si Dios quiere, volveré al ingrávido y gentil mundo de las ondas de OYE RADIO BASAURI (95.1 de FM) el 12 de septiembre, también miércoles. Si hubiese alguna novedad entre tanto, la comunicaré en este blog en cuanto la sepa.

En realidad, del todo del todo no me voy, al menos los miércoles participaré algo en el Facebook de la emisora.

Una vez más debo dar las gracias y van... Lo que me alegra mucho porque, sin duda, es sinónimo de buena suerte. Esta primera e inesperada etapa en esta emisora ha sido para mí un regalo tan mágico como lo es que las ondas puedan llevar la voz por el aire. Así pues: ¡Muchísimas gracias a cuantos oídos me han prestado atención y a cuantos hacen posible que OYE RADIO BASAURI esté ahí! Eskerrik asko! 

Esteban

domingo, 17 de junio de 2012

DOS EXTRAÑOS Y TRÁGICOS SUCESOS

Prácticamente, sucedieron en el mismo lugar y en la última década del pasado siglo. Ni antes ni después he tenido noticia de accidentes semejantes. En cada uno de ellos el protagonista fue un hombre joven. En ambos, desgraciadamente, estos dos hombres perdieron su vida, Lamenté y lamento profundamente su muerte, ambos actuaron con mucha resolución: uno para solucionar un problema, el otro para socorrer a un conductor accidentado. No me cuesta ningún esfuerzo sentirme solidario con el dolor que, sin duda, a pesar de los años y para siempre, sufren cuantas personas les amaban.

El lugar de los accidentes está un poco más allá del ramal superior izquierdo de la "Y"
Fuente: www.deia.com
Era invierno, un viernes por la tarde. Tres o cuatro amigos de entorno a los veinte años de edad, deciden ir en coche a Pirineos para pasar el fin de semana esquiando. Salen de Bilbao por la av. Sabino Arana, entran en la autopista A-8 en sentido San Sebastián-Vitoria-Burgos. Casi nada más entrar en esa carretera se quedan sin combustible, el conductor coloca el coche en el arcén y decide ir solo andando hasta un surtidor de gasolina que hay en la av. Sabino Arana dentro de un garaje y parking; lleva consigo una lata, con unos pocos litros de combustible tendrá suficiente para luego llegar hasta la gasolinera más próxima y repostar convenientemente.
Coche y surtidor, en línea recta, están relativamente próximos. Estimo que, andando, se puede tardar alrededor de veinte minutos en completar el viaje de ida. El camino más corto, por el que decide ir el joven, exige cruzar las dos calzadas de la autopista que tienen orientación este-oeste y a las que da acceso directo Sabino Arana. Las dos calzadas de la A-8, en este punto, son sendos viaductos que pasan a considerable altura por el barrio de Rekalde. Los dos puentes están separados por una estrecha mediana que en realidad es un hueco entre ambos protegido por bloques de hormigón. En el centro, en el hueco, hay un falso suelo que tiene por finalidad evitar que caigan polvo, piedras, algún objeto que se desprenda o suelte de algún vehículo, etcétera, a las calles, parque y frontón que hay debajo en el citado barrio. El joven salta la primera barrera de la mediana, el falso suelo cede bajo su peso y cae.

A la izquierda, el garaje con el surtidor de gasolina. Al fondo, entrada y salida para la A-8
Fuente: Google Maps con Street View
El segundo suceso también ocurre en fin de semana y no mucho tiempo después, si no recuerdo mal, pasaron menos de dos años entre uno y otro, pero esta vez es sábado o domingo por la mañana, apenas hay tráfico. En el mismo sentido y a la altura del mismo lugar, circula un ertzaina (policía vasco) solo y fuera de servicio en su coche particular (creo que iba o volvía del trabajo); en la calzada del sentido contrario un coche choca o acaba de chocar contra el borde de la misma, el accidente parece grave, el ertzaina detiene su coche en el arcén y cruza la calzada para prestarle auxilio, cuando salta el muro de la mediana se repite la tragedia del caso anterior, cayó en el frontón de Rekalde.
Conozco esa zona y unos cuantos centenares de kilómetros de la A-8 como la palma de mi mano, pero si alguna vez me hubiese sentido obligado a saltar la mediana, hubiese corrido la misma suerte que esos dos hombres. Hasta tener conocimiento de estos sucesos nunca se me hubiese ocurrido pensar que el falso suelo de la mediana no soportaría mi peso. Así pues, ¡ojo! Otro dato más a modo de aviso para navegantes.

Idéntica mediana y muy próxima al lugar de los accidentes.
Fuente: Google Maps con Street View
La Ertzaintza, es la policía autónoma de Euskadi o País Vasco. Tuvo una breve primera etapa durante la Guerra Civil española; la etapa actual comenzó su andadura a principios de los ochenta, en ella, sufrió su primera baja (no por un atentado terrorista, como en principio se tiende a pensar) sino por un accidente de tráfico. Cuando un agente de la Unidad de Tráfico y su compañero prestaban auxilio a un coche accidentado entre Bilbao y Zorroza, les atropelló un coche que pasaba por allí. Estoy seguro del fallecimiento de uno de ellos, el otro creo que resultó herido de gravedad. Escribo de memoria, pero lo que realmente quiero transmitir es que resulta mucho más probable de lo que parece ser atropellado cuando se está a pie de carretera realizando alguna labor. La Guardia Civil de Tráfico, desgraciadamente, es la que tiene mayor experiencia en este aspecto pues durante muchos años fueron los únicos que hacían labores de policía en las carreteras de España -a excepción de las forales de Álava y Navarra-. También ha habido numerosas víctimas entre las personas que hacían -y hacen- trabajos de reparación en las carreteras.

Ertzainas de la Unidad de Tráfico
Fuente: EFE/Archivo
A parte de cumplir con las normas que regulan cómo señalizar un vehículo detenido por avería o accidente y cómo debemos actuar en esos casos, creo que es de vital importancia para protegernos adecuadamente a nosotros mismos, a nuestros pasajeros y a terceras personas, ser conscientes de que los conductores de los vehículos que siguen transitando por la vía en la que estemos... ¡NO nos ven! Somos invisibles para ellos, y, lo más probable, es que si nos ven sea demasiado tarde y, además, dan absolutamente por supuesto que nosotros seremos los que evitaremos ser atropellados.

Aunque nos sintamos muy solos debemos de estar vigilantes
Fuente: www.autofacil.es
Sistemáticamente, desde la teórica y siempre que surgía la ocasión en las clases de coche, les pedía a mis alumnos que en cuanto se tiene a vista un coche detenido en el arcén, ¡cuidado! Porque el espacio teóricamente libre de nuestra trayectoria a su lado puede ser invadido en cualquier momento por una puerta que se abre y un niño que sale corriendo por ella, por ejemplo. Desde atrás, sólo vemos un vehículo y si ocupa o no la calzada, o en parte, o totalmente... y esto último no siempre está claro, sobre todo si hay curva. De modo que es imperativo extremar el cuidado, también si está la policía, sanitarios, bomberos; si está un señor con una grúa, si alguien está reparando algo en la vía... Nada más ver el obstáculo conviene comprobar si podemos utilizar mejor el espacio, situarnos más a la izquierda, cambiar de carril, señalizar esta posibilidad a los demás, disminuir la velocidad de forma progresiva, mantener el pie sobre el pedal del freno, recolocarnos en el asiento -si es que íbamos un poco más relajados de la cuenta-, por supuesto, asegurar una correcta posición de las manos en el volante, quizá tengamos que hacer una frenada de emergencia... Sé que parece exagerado, me lo han dicho muchas veces, pero algunos alumnos han tenido la suerte de ser testigos de cómo a veces ocurren cosas muy raras. Si vamos preparados, quizá sea imposible evitar el accidente, pero es bastante probable que lo logremos. Si no nos preparamos, el accidente es imposible de evitar, en cuanto surja algo extraño.

Mar y viento
Fuente: mugikorra en www.foropolicia.es
Una vez más, es muy importante ponerse en la piel del otro. Las personas que están detenidas dentro o fuera de un vehículo averiado, normalmente, sufren un cierto trastorno mental muy ligero y transitorio, por supuesto; pero es algo muy humano que nuestra mente se sienta aturdida por un tiempo (aunque sea muy poco) cuando algo con lo que en absoluto contábamos trastoca totalmente nuestros planes más inmediatos. De repente nos vemos en un lugar que, desde el coche en movimiento, podía resultarnos precioso pero con el coche orillado, quieto y en silencio puede aparecer ante nuestros ojos como un lugar amenazante, hostil, desagradable e ignorado; quizá ni sabemos el nombre del pueblo más próximo ni tenemos idea de a qué distancia se encuentra. En estas condiciones es muy probable que durante unos pocos (o muchos) minutos seamos muy vulnerables, bajemos mucho la guardia, valoremos mal el peligro, tomemos decisiones incorrectas, nos movamos con torpeza, discutamos con quienes nos acompañan... Imagínense al avestruz del dibujo de la entrada anterior, va corriendo alegre y feliz, si de pronto ha de parar, también es fácil imaginar cómo se sentirá. 
Podemos prever los problemas, podemos aplicar las soluciones. Por favor, ¡imagine!
Esteban 

sábado, 16 de junio de 2012

PARAR Y NO PARAR, EJEMPLOS (2)


Ante una luz roja encendida en el cuadro de instrumentos de un coche, algunas personas actúan como si viesen a un OVNI con intención de abducirles y aplican la táctica defensiva, que dicen, utilizan las avestruces cuando están en peligro: ignorarla. De modo, que siguen conduciendo manteniendo su rumbo y velocidad o, si acaso, disminuyendo un poco ésta momentáneamente al tiempo que su cerebro despliega toda una batería de sin razones para confeccionar la armadura del autoengaño.

El cerebro tiende a hacer esto...
Fuente: tao-sai.blogspot.com.es
Será un fallo del chivato; ¡bah! no tendrá importancia; dentro de poco se apagará; bueno, llamaré al taller mañana a ver si me dan cita para uno de estos días; da igual, ya estoy cerca... En algunos casos el conductor comenta en voz alta que debería parar y sus pasajeros, asustados, le replican algo así como -¿parar?, ¿dónde?, si estamos en mitad de la nada, ¿estás loco?-.

...Y a seguir corriendo alegremente.
Fuente: www.taringa.net
Muchas veces, esta errónea decisión de evitar hacer caso a los avisos del coche de que algo va mal, supone que el propio vehículo “decida” detenerse de un modo más o menos súbito y en el lugar menos apropiado porque ya no puede más y se ha generado una avería, frecuentemente, muy costosa, no siempre amparada por la garantía (si es que aún se tiene) y, dependiendo de la edad del automóvil, hasta antieconómica. He visto en varias ocasiones con mis propios e incrédulos ojos, motores rotos -literalmente- sobre todo culatas y alguna vez hasta bloques, y el mecánico me contaba asombrado que el dueño del coche juraba que no había notado nada raro hasta que de repente se paró. Evidentemente, bastante antes de que se rompiese el motor, su conductor tuvo que ver encendidas todas las alarmas, y el ruido de los hierros al romperse tenía que haber sido bastante horroroso, pero, aún suponiendo que el conductor estuviese completamente sordo, las vibraciones que tuvo que sentir su cuerpo hubieron de ser muy alarmantes, necesariamente. Por increíble que parezca he conocido unos cuantos casos de estos, siempre hombres, en teoría, conductores veteranos y con coches de gama media-alta generalmente. Curioso.

Hubo que parar.
Fuente: www.clubclio.com/public/foro
Desde hace unos veinte años acá, por lo menos, normalmente, las averías más graves y caras que se pueden dar ocurren por hacer caso omiso a los avisos emitidos por la máquina. Hay que parar, en cuanto un testigo luminoso y/o acústico nos informe de que alguna anomalía se está dando en algún sistema importante para el correcto funcionamiento del auto. También si se producen ruidos o vibraciones extrañas, o percibimos un funcionamiento claramente distinto del habitual en algún elemento. Hay que parar, sin precipitarnos, sin prisa pero sin pausa -como suele decirse- tomando la decisión de inmediato y buscando el lugar más seguro posible a partir de la misma, para nosotros y los demás.


Motor roto
Fuente: www.mememosa.com/motores.html
¿Y luego qué? Me han dicho muchísimas veces. Pues te pones el chaleco reflectante, señalizas el lugar e intentas averiguar causa y solución. “Pero si no tengo ni idea de mecánica” (muchas personas no saben ni abrir el capó del motor de su coche -no es broma-), pues consultas el manual de instrucciones (en algunos casos puede ser muy útil para decidir con fundamento si podemos seguir o no) y, si no te despeja ninguna duda, disponte a pedir ayuda. La mayoría de los seguros incluyen asistencia en viaje las 24 horas del día todos los días del año, cierto es que también hay conductores que no lo saben, mas, se supone que uno lleva consigo la póliza de su seguro, así pues, no hay más que mirarla un poco y buscar el número de teléfono de la asistencia. Si no tenemos este servicio, siempre nos quedará el 112. Si, entre tanto, pasa alguna patrulla de policía, de cualquier tipo de policía, pero muy especialmente si son de tráfico, es casi seguro que se detendrán a preguntarnos qué nos sucede para prestarnos ayuda.

Fuente: www.autofacil.es
Si estuviésemos en algún lugar muy remoto, sin cobertura o sin batería en el teléfono y con poquísimo tráfico... calma y sosiego. Alguien aparecerá, nunca estamos solos (siempre lo he dicho) y seguro que no estamos en mitad del desierto del Sáhara (donde el asunto podría ser muy preocupante), además, a menor intensidad de tráfico más probabilidad de ser socorridos por el primero que pase, pero claro, ese que pase tiene que percibir claramente que estamos en apuros y no contemplando el paisaje o cogiendo setas. He conocido bastantes casos (la mayoría de ellos protagonizados por mujeres, francamente) en los que tan solo habían orillado el coche y puesto las luces de emergencia pero manteniéndose dentro del mismo y quejándose de que tardaron mucho en recibir ayuda, porque -todo el mundo pasaba de largo-, pero, -¿cómo no van a pasar si tú no les haces saber claramente que estás en problemas?-.

Control de la Guardia Civil
Fuente: www.teleprensa.es/a
Hace unos pocos meses, en Cantabria, ante un control de la Guardia Civil (no de tráfico) sino de los que utilizan los Nissan Patrol blindados, armas y uniforme de guerra rematado con un boina en la cabeza, pude ver cómo la persona que conducía el coche que me precedía, aunque circulaba muy despacio, hacía caso omiso a la orden de detenerse que inequívocamente le estaba dando un guardia delante de ella, en mitad de la carretera y alto como una torre. Al ver la extraña actitud que mantenía el conductor que tenía delante aumenté aún más la distancia de seguridad y mi cabeza empezó a tener algunos pensamientos poco tranquilizadores sobre lo que podía ocurrir allí. Desde luego, la escena era bastante surrealista, coche pequeño, cuatro ocupantes, los de atrás jóvenes, “L” en la luneta trasera (el guardia que le daba el alto no podía verla) y el coche seguía -muy despacio- pero sin pararse a pesar de las reiteradas y clarísimas indicaciones del agente para detenerlo. Yo paré del todo y quedé a la expectativa, muy poco después, el guardia -con bastante riesgo para su integridad física, a mi parecer- estiró el brazo izquierdo manteniendo el derecho en posición de alto, se agachó y golpeó con la mano abierta sobre el capó del coche al tiempo que gritó muy alto “¡pare, pare!” Entonces el coche paró en seco, menos mal. Guardia y conductor mantuvieron una breve conversación y aquél les dio orden de que continuasen, después pasé yo. Unos cuantos kilómetros más allá adelanté a aquel coche, lo conducía una chica joven; quiero pensar que aquella experiencia le habrá servido como buena lección.

Puerto de Vegarada, provincia de León.
Autor de la foto: Carlos Cummnins
Una vez más, insisto en la importancia de llevar en mente la posibilidad de que siempre puede suceder algo que nos obligue a detenernos. Tendemos a dar por supuesto, con un convencimiento tan fuerte como huérfano de razón, que podemos ir de A a B sin sufrir ninguna incidencia propia o ajena por el camino, y cometemos así un error evidente. Siempre puede pasar algo, no importa lo corto o largo que sea el recorrido que hagamos con un automóvil ni lo conocida o desconocida que nos resulte la ruta. Siempre debemos tener en mente la posibilidad de detenernos. Sólo así podemos evitar los muchos y graves problemas que pueden derivarse de seguir ciegamente la inercia del movimiento, el más grave, el cargo de conciencia que supone incurrir en esa figura penal denominada denegación de auxilio. 
Esteban

sábado, 2 de junio de 2012

PARAR Y NO PARAR, EJEMPLOS (1)

Conducía de noche, sola, por una carretera convencional en el este de Cantabria. Le faltaba poco para llegar a su casa cuando notó que había tropezado con algo, le pareció ver uno o varios animales pequeños, pero el coche seguía funcionando como si nada y los faros continuaban alumbrando con toda normalidad, así que se dejó llevar hasta llegar a casa. Al bajarse del coche, comprobó que el golpe que tenía era bastante más considerable de lo que se había imaginado -como todo seguía funcionando, creí que sería muy poca cosa-, me dijo.

No es tan tenebroso como parece, fuera del coche, 
la adaptación puede durar solamente un puñado de minutos.
Fuente: lamujersinatributos.blogspot.com.es/2012/03/panico-en-los-mayos
Ya en casa, su marido se alegró de que estuviese bien y le dijo que seguramente habría tropezado con dos o tres jabalíes, si le pareció que eran pequeños, pues seguramente serían muy jóvenes. También le dijo que al día siguiente llamarían al seguro y pasarían por el cuartel de la Guardia Civil. Lo que sí hizo ella esa misma noche fue llamar a su profesor de la autoescuela, no era novata ni mucho menos, pero ambos tenían amistad con él. También yo. Estando con él hace unos días de charla y tomando un vino le saludó esta pareja y conocí esta historia.
Mi colega y amigo (Julio Santamaría, Autoeskola EL PUERTO de Santurtzi) lo primero que le dijo es que debería haber parado y llamado al 112 -y luego a tu marido que te estaba esperando-, pero con eso ya no se podía hacer nada, de modo que le preguntó si tenía seguro a todo riesgo, le dijo que sí -bueno, entonces das parte al seguro y no te preocupes, ellos te dirán todo lo que tienes que hacer. Puedes llamar a la Guardia Civil, por lo menos que lo sepan, pero ya no tienen nada que hacer, si hubieses parado y llamas, hubiesen ido y hecho el atestado-.

Siempre inocentes y siempre víctimas.
Fuente: www.motor.mapfre.com
El saludo no había sido un simple hola y adiós, Julio nos presentó y hablamos un rato los cuatro, el suceso que comentábamos había sido bastante reciente y nuestro común amigo contó que a mí me había ocurrido algo parecido el pasado otoño. En un momento de la conversación ella se interesó por mi choque con el jabalí y me preguntó si había parado. Le dije que sí, que siempre paro, que estoy muy acostumbrado desde hace muchos años, pese a lo cual, todavía me cuesta un cierto esfuerzo y trabajo crear la resistencia necesaria que evite seguir la marcha, pero eso sí, la lucha soló dura una brevísima fracción de segundo. Aproveché a decirle (insistiendo en lo que ya le había dicho Julio) que, ojalá nunca más le pase nada pero -si alguna vez vuelves a tener otro incidente, por Dios, ¡para! Pon luces de emergencia y llama al 112, el resto hasta te lo puedes pensar o seguir indicaciones, y si no bajas del coche sigue con el cinturón puesto-. Me contestó mirándome a los ojos (me pareció ver en ellos algo de culpa, verdad -sin duda- y tristeza) que le pasó como un relámpago por la cabeza la idea de parar, pero, ¡qué miedo! Todo tan oscuro, allí sola... Y el coche seguía andando como si nada. Me miró con más intensidad, asomándose más clara la tristeza, para añadir: “Aquella noche me metí en la cama y no pude dormir, pensaba, ¿y si fuese un hombre? Pero no, era algo pequeño, un hombre... ¡como no anduviese a cuatro patas...! Me pasé la noche con la misma pregunta e idéntica respuesta, pero sin dormir. Al día siguiente no llamé a la Guardia Civil, fuimos al cuartel, les conté lo que había pasado, ya sabían que era un jabalí, no una cría, pero pequeño, lo había visto un compañero, me dijeron que no me preocupase y que diese parte al seguro. Entonces me quedé tranquila, gracias a Dios”. Y yo vi su mirada hermosa y alegre.

Guardia Civil de Tráfico en busca de las causas de un accidente.
Fuente: EFE / Juan Ferreras
Cuando esta señora acabó su relato, no obstante, la advertí de que encontrarse con un hombre cruzando una carretera a cuatro patas, a gatas, o como quiera decirse, no es ningún imposible aunque sí ciertamente raro y muy excepcional; mas conocí dos casos, uno de oídas y otro que les ocurrió a dos hombres que conocía muy bien. En ambos casos, el peculiar peatón iba completamente borracho y no resultó atropellado de puro milagro. En el segundo de los casos, era de noche, muy tarde, en carretera abierta, invierno y lloviendo muy fuerte; el chófer (un hombre joven) llevaba un camión rígido de cuatro ejes con 38.000 kg en total y a 80 km/h. De no ser porque alguna especie de alarma saltó en el sexto sentido de su acompañante (un veterano de la carretera) y le dijo: “¡Pon la larga, parece que ahí hay algo!” Hubiese matado a aquel hombre y hubiese seguido sin saber qué era y sin casi notar nada (o nada en absoluto) en el camión. Al día siguiente, todo el mundo estaría seguro de que algún desalmado había atropellado a un pobre hombre y se había dado a la fuga. En el informe forense de la víctima, muy probablemente, apareciese el siguiente texto: No se realiza autopsia dado que la causa de la muerte ha sido evidente. Por increíble que parezca, en España, se han admitido y se admiten informes así en un juzgado.

Debemos ayudarnos.
Fuente: www.pequesymas.com
La protagonista de esta historia, en un momento de la conversación también dijo lamentarse de no haber visto a los animales un poco antes, pues, de ese modo hubiese girado el volante y quizá los hubiese esquivado. Tanto mi amigo como yo, le aseguramos que si hubiese dado un volantazo, es casi seguro que se hubiese hecho daño. La salida de la vía estaría garantizada; salvo raras excepciones, lo mejor es mantenerse en la carretera y en la trayectoria que se llevaba o desviarse de ella muy sutilmente. Julio añadió: “Lo que nunca puedes atropellar es a un caballo, se te mete en el coche o te cae encima. Como pilles a un caballo, es difícil que no te mate”. Y tiene razón.

Fuente: www.abogadosvalladolid.net
Detente y ayuda
Por último, debo decir, que la pareja de la que hablo tiene un aspecto de lo más normal; pasan de los 60 (no mucho), aparentan ser de clase media y algo conservadores, tienen un aspecto muy saludable, feliz, amable, agradable y, lo más importante, tienen cara de ser buenas personas. Nunca les había pasado nada especialmente significativo en esto del tráfico y, sin embargo, el no estar mentalmente preparados para ello, dependiendo de azarosas circunstancias, podrían hacer, en un determinado momento en el que todo sucede de forma muy rápida y confusa, que causasen una irreparable desgracia a otros y a sí mismos. Podrían ser una de tantas personas que implicadas en un accidente, siguen su camino. Se dan a la fuga. Evitar esto pasa, inevitablemente, por “ver” con nuestra mente (de forma reiterada) las situaciones que se pueden dar en la carretera y “ver” la respuesta concreta que podemos dar a cada una de ellas. Hacerlo es fácil y gratis. ¡Ánimo! 
Esteban