miércoles, 31 de octubre de 2012

UNA HISTORIA DE PÁNICO (y 2)

Porque hubo otro... que me empujó a ello. En realidad, son sucesos que comparten la misma naturaleza pero en circunstancias muy diferentes. Una de ellas totalmente opuesta, ya que en este caso, el susto y el pánico los viví después -a toro pasado, como suele decirse-, pues no tuve consciencia previa del peligro, tan distraído estaba. Y también al contrario que en el caso anterior -en el que verdaderamente no había ningún peligro aunque yo lo ignoraba-, en este sí hubo un riesgo cierto y objetivo, inmediato e inminente de muerte prácticamente súbita.

Semiesferas. Estas parecen sanas, lúdicas, divertidas...
Las que yo me encontré eran diabólicas.
Fuente: www.elksport.com
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Fue un día de comienzos de verano de 1977, era mi segundo viaje largo en coche, ¡en mi primer coche! Un Simca 1000. El primero lo había hecho pocas semanas antes: Gijón-Bilbao-Gijón y en el día. En este otro salí de Gijón muy temprano y aún de noche con rumbo sur hacia Morón de la Frontera (Sevilla). El coche era un anciano con un espíritu joven y un corazón sano y fuerte, llevaría unos dos meses con él, pero yo ya había cumplido un lustro conduciendo aunque tenía pocos viajes largos encima, el primero de todos lo había hecho el año anterior conduciendo un camión entre Morón de la Frontera y Getafe (ida y vacío, 10 horas; vuelta y cargado, 12), disfruté del ocaso por Andalucía y del amanecer al norte de la provincia de Toledo, pero eso es otra historia.

Simca 1000 GLE (¡Mi primer coche!)
Fuente: www.autofacil.es
Ahora estamos en la Ruta de la Plata, por supuesto sin un solo kilómetro de autopista por ninguna parte ni nada parecido, bueno sí, poco antes y después de Sevilla sí que había doble calzada con más de un carril en cada una, cruces a nivel... “algo parecido”. Nada más. El resto carretera convencional con un carril por sentido y algún que otro carril de lentos en la subida de algún puerto, tramos sin arcenes, cunetas como trincheras, pavimento ondulado, brillante, pulido, baches, roderas... Coche con motor y tracción atrás, ruedas recauchutadas... Emoción no faltaba, desde luego, pero aún podría subir muchos enteros el clímax si aparecía la lluvia o la niebla, por ejemplo. Pese a todo, y aunque tardé en recorrerla 16 horas, ¡qué ruta más hermosa!

Un "4 ejes" muy común en aquellos años.
Mis felicitaciones al autor, excelente maqueta.
Fuente: www.camionesclasicos.com
Aproximadamente, el final del primer cuarto de la Ruta de la Plata (N-630) está en Benavente (Zamora). Antes, esta carretera se cruzaba con la de Madrid-La Coruña (N-VI) al mismo nivel en las afueras de esta población, teniendo preferencia la N-VI respecto a la N-630. Iba francamente bien y con la idea de hacer mi primera parada una vez pasara Salamanca, pero tuve que adelantarla. Vi el cruce (más bien con forma de aspa) con el STOP, intentaba escudriñar derecha e izquierda de la otra vía, las señales de orientación para no perderme, vigilaba atrás... desde luego, no pensaba saltarme el STOP por muy vacía que estuviese la otra carretera, eso lo aprendí muy bien de un policía municipal de Gijón en mi primer año conduciendo. Estaba en esta tarea, cuando vi a muy pocos metros por delante una especie de chinchetas gigantes en el asfalto, casi sin pintura (tal vez por eso las vi tan tarde) y, aunque la velocidad era perfectamente adecuada y legal, frené muy fuerte y solté el pedal antes del obstáculo -el coche sufre menos si la rueda pasa girando libre que frenándola-, con todo y con eso, el coche botaba, crujía... y yo me sentía casi como en una batidora, muy sorprendido, porque como me sucedió en Francia: ¡Nunca había visto eso ni sabía de su existencia! Por esto, como dije al principio iba tan distraído. Tanto, que cuando quise darme cuenta acababa de cruzar la carretera de La Coruña e inmediatamente después pasó detrás de mí y en sentido Madrid un cuatro ejes del que siento las turbulencias que genera zarandeando el coche otra vez, en primer lugar, y luego le veo cuando giro la cabeza hacia la izquierda, iba rápido (unos 80 km/h). Su chófer tuvo que llevarse también un gran susto, y el maquinista del tren, cuando pasé las barreras en bici agachando la cabeza, fue algo muy semejante. ¿Quizá lo que sufrí camino de París era karma? No sé, pero tanto el conductor del camión de este relato como quien manejase aquella máquina de tren tuvieron que llevar un gran susto por mi culpa. Todo se paga.

Benavente, Zamora
Fuente: www.arquivoltas.com
Puesto que ya había pasado el cruce y el coche iba muy despacio, paré en una zona de tierra que tenía al lado a modo de apartedero y completamente fuera de la vía. También paré el motor y respiré profundamente el aire limpio y fresco de Castilla para disipar el miedo que sentí al darme cuenta de lo cerca que me pasó la muerte aquella mañana de incipiente verano, di gracias a Dios, y tiempo, a que el corazón volviese a su ritmo; luego salí del coche. Observé el cruce, las dos carreteras, fui andando hasta las “chinchetas”, comprobé que eran de metal con forma semiesférica, un diámetro de unos 35 a 40 cm y una altura aproximada de  entre 10 y 15 cm, algo simplemente salvaje. La señal vertical de STOP era perfectamente visible pero los obstáculos que la precedían me parecieron totalmente contraproducentes, una auténtica trampa para saltarse el STOP sin intención de hacerlo. Todavía me quedaban unas 3/4 partes de camino por andar, creía que conducía con mucha y suficiente atención, es poca -me dije, mientras subía al coche de nuevo-, es poca... ¡Debe ser máxima, Esteban! Y arranqué de nuevo. 

Vía de la Plata y Camino de Santiago
Fuente: tenerifitocandelariero.blogspot.com.es
Después de pasar Salamanca paré en el primer bar de carretera que me encontré a la derecha -”sur la route”, como dicen en Francia- y desayuné un café con leche y una magdalena, como tenía previsto, pero me supieron a gloria. ¡Celebraba la vida! Y seguí haciéndolo el resto del viaje; me esforcé más, pero no dejé de disfrutar de cambiantes paisajes, luces, nubes, sombras, aires, olores... Y llegué feliz a destino. Obviando los sustos, les deseo lo mismo. Siempre.

Esteban

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sábado, 27 de octubre de 2012

UNA HISTORIA DE PÁNICO (1)

Muñeco del terror
Noroeste de Francia, finales de agosto de 1990, alrededor de las 03:00 PM, noche oscura sin luna ni lluvia. Viajo entre Midlands (me encanta ese nombre, en UK) y Bilbao, regreso al continente por el Canal de la Mancha y estaría más o menos casi a mitad de camino entre Calais y París. Conduzco por una autopista que ya hace un rato dispone de tres carriles en mi calzada, recuerdo la carretera oscura, luego no habría farolas o muy pocas. Tampoco había tráfico, nadie a la vista ni delante ni detrás, así que podía mantener  el alumbrado de carretera (cuatro faros) casi de continuo, aunque hubo una excepción. La autopista estaba en buen estado -las carreteras de Francia son las mejores que conozco- el terreno prácticamente llano y las curvas tan solo eran una recta un poco torcida, voy entre 150 y 160 km/h cómodo y fresco, con menos velocidad, dadas las condiciones, me quedaría profundamente dormido; el coche también iba a gusto. 

Alcanzo un punto en el que empiezo a ver señales de obras, poco después, una larguísima y muy progresiva hilera de conos elimina el carril derecho (por el que iba), bajo algo la velocidad y refuerzo mi atención pero como no se aprecia un solo punto de luz ni tampoco el más mínimo indicio de que estén trabajando en la carretera, comienzo a recuperar algo de velocidad. Más o menos en ese momento, veo unas luces por detrás, aún quedan dos carriles y un coche se acerca muy rápido, es un Mercedes clase E con matrícula francesa -creo- porque me pasa en un visto y no visto, estimo que iría alrededor de los 200 km/h. Muy poco después de adelantarme, otra hilera de conos, también muy progresiva corta el carril central, puedo ver que las luces del Mercedes pasan la zona de obras, aparentemente a la misma velocidad a la que me había adelantado, desde luego, sus luces de freno no se encienden en ningún momento, con este dato, que valoro tan objetivo como significativo, entiendo que la señalización es exagerada y que mantenerme a la velocidad máxima permitida o poco más, puede resultar claramente contraproducente y peligroso si aparece otro como el Mercedes pues ya estoy en el carril izquierdo encajonado entre el guardarraíl de la mediana y la línea de conos que, al contrario de lo que suele verse en España, están todos pegados unos a otros y son bastante grandes, así pues, decido recuperar velocidad y salir de ahí cuanto antes, ya queda poco, el coche anterior fue una excelente referencia. 

No te guardo rencor...
Entonces, veo algo en la mediana... ¡Es un hombre! Miro atrás (gracias a Dios no hay nadie a vista) y al mismo tiempo empiezo a frenar con toda mi alma -recuerdo perfectamente (acabo de verlo) que el Mercedes no frenó en ningún momento, luego, doy por supuesto, que es un loco que se quiere suicidar y tiene muy pocas posibilidades de lograrlo si no es conmigo (estoy solo y no hay tráfico)- desde que empecé a frenar sólo quité un mínimo de presión cuando tuve indicios de bloqueo, aproximadamente calculo que llegaría al punto en el que estaba ese hombre en torno a los 40 km/h, él sigue en la mediana, si se mantiene ahí no pasará nada, pero también creo que si está ahí es para aprovecharme como verdugo. ¡Es imposible que me detenga a tiempo! Si me lanzo hacia los conos (lo más blando), seguiría su trayectoria y ese loco seguramente intentaría alcanzarla, si no... ¡¿Qué demonios pinta un hombre en la mediana de una autopista vacía a las tres de la madrugada?! Sin duda, lo mejor sería dirigirme hacia el espacio que él deje, pero está la mediana, como toque el guardarraíl el accidente será grave... Pero es que aunque lo atropelle a 40 lo voy a matar. ¡No, no puede ser! Me estrello, pero como quede vivo le mato a puñetazos o con los dientes si hace falta, eso es otra cosa; bueno, es un decir, claro, una válvula de escape en realidad, pero libera tensión. ¡Dios mío! ¿Será posible?...

Pero es imposible olvidarte.
Puede parecer que estoy tomando notas para una novela pero cualquiera que haya vivido una situación límite sabe que en poquísimo tiempo la mente es capaz de trabajar con extraordinaria rapidez y luego archiva su labor. Además, este relato lo he contado desde el mes de septiembre de aquel año, siempre, en clase de teórica; en cierto modo tengo testigos. También se pasó por mi cabeza que, aunque estrellándome lo atropellara de rebote o porque me coordinase mal, pasaría sabe Dios cuántos años en una cárcel de Francia y, ni sé francés, me decía, idiota, qué poco aprovechaste las clases de francés en el Bachiller... Por supuesto, en todo ese tiempo, tan corto y tan largo a la vez, el corazón me latía rapidísimo y me empapé en sudor sin sentir nada de calor.

Hubo un momento, poco después de empezar a frenar, en que el hombre movía un brazo (el izquierdo) y también llegué a pensar que igual era un peculiar modo de hacer autoestop, pues no había ningún vehículo detenido a la vista ni espacio dónde poder situarlo, por lo que descarto que estuviese pidiendo ayuda. Casi al final del angustioso trance, percibí que el movimiento de ese brazo no era humano... ¡No era humano! Demasiado mecánico y regular... ¡¡¡ES UN MANIQUÍ!!! Vestido de obrero con casco y todo... ¡Maldita sea! Les puedo asegurar que miré a ver si me podía parar fuera del carril en algún punto: quería prenderle fuego. Sí, fue lo primero que se me pasó por la cabeza cuando me di cuenta del engaño. Pero no, no había espacio alguno en el que pudiese detenerme, así que continué aliviado. ¡Muy aliviado! En el primer área de servicio paré, descansé, di gracias a Dios, fumé un cigarrillo que me supo a gloria y seguí viaje hacia Bilbao sin más novedad. Todavía es el día de hoy en que recuerdo aquel suceso como uno de los sustos más grandes de mi vida como conductor y cada vez que veo esos muñecos me dan ganas de convertirme en pirómano. Pero me contengo, me contengo...

¡Torero! De qué buena gana te embestía... Lástima de Far West y cuernos en el capó.
A estas alturas, seguro que todos ustedes conocen estos muñecos a escala 1:1. En 1990 yo no tenía ni la más remota idea de que existiera algo tan perverso, de hecho, pasaron unos cuantos años hasta verlo en España. Este tipo de “señal” pertenece al grupo de la “señalización circunstancial”, pero ni actualmente aparece en los manuales de las autoescuelas ni en ningún BOE, que yo sepa. No sé si en Francia se advierte de este tipo de señales a los conductores, aquí no, y deberían hacerlo: pueden causar accidentes muy graves e imagino que no habré sido el único que se ha llevado un susto de muerte con esta especie de muñeco del terror, puede producir hasta infartos. De todos modos, es el día de hoy que no acabo de ver las ventajas de esos maniquíes: Si no se conocen, malo; si se sabe que existen, pierden su carácter disuasorio y quizá provoque que, alguna vez, se confunda a un hombre de verdad con ellos y se le ponga en grave peligro de ser atropellado, sufrir un golpe por alcance, perder la trayectoria, etcétera.


Siempre que hablaba de las señales circunstanciales y de las zonas en obras durante las clases de teórica, decía a mis alumnos que, en esos lugares, debíamos mantener la guardia muy alta porque nunca sabemos realmente con qué nos podemos encontrar ni qué nueva “señal” se habrá acabado de inventar algún ingenioso iluminado de mente retorcida y maquiavélica. Avisaba de la posibilidad de encontrarnos con cosas nuevas cuando están trabajando en la carretera años antes de sufrir este tremendo susto, porque hubo otro...

Esteban

sábado, 20 de octubre de 2012

DÍAS DE RADIO (OCTUBRE 2012)

CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI



39ª CHARLA (3-10-2012). Puntos negros (estadísticas). Detenidos mientras conducían al centro de exámenes y sin puntos. Un solo carril para entrar y salir de autopista.

40ª CHARLA (10-10-2012). Adelantamiento a ciclistas, José Ángel comenta el vídeo que puse en YouTube. Comentario sobre declaración de Luis Montoro (titular de la Cátedra de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia). Noticia sobre conducción eficiente. Declaración de la señora María Seguí (Directora General de Tráfico -DGT-) sobre la previsión en la recaudación de multas. Detenido un conductor en Bélgica cuando circulaba a 292 km/h. Policías de Cerdanyola.

Respecto al conductor detectado en Bélgica circulando a 292 km/h debo aclarar lo que dije en la radio, pues al final de comentar esta noticia califiqué dicha acción como una “burrada” pero, realmente, no estoy seguro de que lo sea. Obviando normas y límites (no siempre hubo límites genéricos de velocidad), no me considero en condiciones de juzgar esa acción por dos razones fundamentales: Una, me faltan datos, no sé nada del conductor ni de la autopista ni de las circunstancias que rodearon el hecho. Dos, nunca he conducido ningún tipo de vehículo a esa velocidad. En cambio, sí sé, que para algunos amigos y parientes el hecho de que yo conduzca alguna que otra vez haciendo puntas (o poco más) de 160 también les parece “una burrada” y, por supuesto, esta opinión puede ser tan subjetiva y carente de fundamento como la que yo expresé, desde luego, nunca llevaría a una persona como pasajera a una velocidad en la que se sienta incómoda, la cortesía y la hospitalidad deben extenderse al habitáculo del coche. También sé, que conducir a velocidades elevadas cansa -y mucho-, pienso que, al menos, la fatiga aumenta en proporción geométrica a la velocidad, de ahí, que casi nadie esté dispuesto a mantener altas velocidades más allá de un pequeño puñado de minutos. Podría escribir mucho sobre este asunto pero creo que es suficiente -por ahora-, además, quien lo desee puede utilizar el apartado de “comentarios” para matizar cualquier detalle. Sin embargo, para terminar, quiero decir que, muchas veces emitimos severos juicios en base a nuestras propias limitaciones, a lo que los demás puedan pensar de nosotros y a pura envidia, lo que nos puede llevar a expresar opiniones tan absurdas como que es una locura que los aviones comerciales vuelen en torno a los 900 km/h, porque, ¿qué pasaría si se encuentran con una vaca volando? Por cierto, hay un magnífico ejemplo en aviación de cómo, lanzar un pensamiento impulsado por la ignorancia nos lleva a decir verdaderas tonterías. Por ejemplo: Si usted es o fuese madre y su hijo con 16 años le dice que quiere aprender a pilotar un avión, si no logra convencerlo de que no lo haga, muy probablemente, le recomendaría que, al menos, vuele bajo y lento. ¿Verdad que a priori parece lo más seguro? Pues no, rápido y alto es mucho más seguro. En aviación no hay límites de velocidad por norma o ley, se imponen por razones puramente técnicas y son diferentes en cada tipo de avión; en cuanto a la máxima absoluta se expresa con las siglas VNE (velocidad a no exceder) y quiere decir algo muy sencillo que difícilmente algún piloto olvida: por encima de esa velocidad, la que sea, el avión es ingobernable o rompe, literalmente. Es más, por encima de esa velocidad es seguro que rompe, ¿cuánto más? Ni se sabe ni conviene averiguarlo.


Respecto al triste, muy tristemente célebre vídeo de los policías municipales de Cerdanyola del Vallés, personalmente, no he dado un sólo clic en él ni pienso hacerlo, pondré así un anónimo granito de arena para evitar darles esa satisfacción. Me lo enseñaron en la emisora, y me dio mucha pena (fue lo primero que sentí), después, que su encefalograma debe de estar muy próximo a la horizontal. Desde luego, es imposible prever qué puede hacer una persona, pero sí se puede y debe actuar con toda la contundencia que la ley permita contra este hecho. El Ayuntamiento de Cerdanyola se ha quedado tan ancho afirmando que suspenderá de empleo y sueldo a esos dos policías, pero, ¿por qué no los denuncian como autores de un delito de imprudencia temeraria o contra la seguridad del tráfico? Basta mirar el Código Penal y es obvio que el delito lo han cometido. Por otra parte, esa pomposa fiscalía que existe para delitos de tráfico, ¿por qué no actúa de oficio? Me indigna profundamente que siempre (o casi) que un policía comete  falta o delito, los responsables políticos del mismo reaccionen con tanta tibieza. Flaco favor hacen a los policías que trabajen honestamente. Y deseo pensar que son la mayoría.

41ª CHARLA (17-10-2012). Francia retrasa la obligación de que los conductores lleven alcoholímetros hasta el 1 de marzo de 2013. Marcha atrás, normas que regulan esta maniobra. Comentario de oyente.
    
42ª CHARLA (24-10-2012). Un maniquí de copiloto en el carril VAO. Cancelación de multas. Estacionamiento reservado para minusválidos. Marcha atrás. Una oyente pregunta sobre la niebla.

43ª CHARLA (31-10-2012). Un ciclista es denunciado en Polonia por circular a 53 km/h con límite en 50 y desnudo. La DGT propone aumentar el tamaño de las letras en las señales de orientación. La DGT anuncia cambios en los exámenes teórico y práctico para la obtención del permiso B (turismos)

Les invito a que rellenen ustedes los puntos suspensivos, puede ser un buen arranque para el guión de una excelente comedia.
Ahora en serio: Una masa de aire a 53 km/h, a una temperatura de... ¿5º como mucho? Era de noche, en otoño y en Polonia.. Pasando sobre y alrededor de un cuerpo desnudo, si no es un acto suicida le falta muy poco. La noticia provoca risa, pero me gustaría saber qué pasó después con ese hombre porque el frío que tuvo que sentir debió de ser tremendo. Espero que se recupere.

¡Ya era hora! Hablar de las “señales de orientación” (parece una burla) me llevaría un buen número de folios. Además dicen que se puede aumentar el tamaño de letras y números sin cambiar el tamaño de las señales, pues con algunas se podrá hacer, pero milagros pocos y a Lourdes que decía mi camarada Gerardo, hay muchas señales saturadísimas de información, y si quieren hacerlo bien que pasen a Francia en coche y copien, por Dios, no es tan difícil. Al menos, dejaré constancia de que antes de 1990 no eran ninguna maravilla pero cumplían su función con un aprobado justito (5 - 6). Desde 1990 el suspenso es claro, generalizado y se va progresivamente a peor desde entonces hasta ahora, por increíble que parezca. Siempre me ha sorprendido lo raro que resulta encontrarse con una persona que critique abiertamente y de motu proprio las muchas deficiencias de las señales de orientación. Supongo que es debido, principalmente, a que la mayoría de las personas utilizan sus automóviles en recorridos habituales y muy conocidos que, prácticamente, se aprenden de memoria; y a la amplia difusión del GPS que, de unos cuantos años acá, ha venido a paliar en gran medida los problemas de orientación que generan las señales. No obstante, estoy convencido de que el pésimo diseño y funcionalidad de las señales de orientación está en la raíz de numerosos accidentes. ¡Y es tan fácil y barato eliminar este riesgo!

Lo que me resulta inadmisible es que nos digan que tienen que cambiar la grafía de las señales porque los españoles vemos mal; primero la burla y luego el insulto. ¿Pero qué es esto? En toda mi vida sólo he conocido y conozco a una persona que debe utilizar gafas y no lo hace, porque no quiere, pero tampoco conduce. En la noticia me sorprende el dato de que la presbicia o vista cansada afecte a un 33 % de los conductores, será así, pero España tiene un notable porcentaje de población por encima de los 40 años y no conozco a nadie que, superada esa edad, no padezca de vista cansada. Por cierto, este problema visual, no sólo consiste en que veamos mal de cerca, también hace que el ojo tarde un poco más en enfocar los objetos; en muchas situaciones esto pasa totalmente desapercibido pero conduciendo se nota porque hay que cambiar el objeto a enfocar muy rápidamente. Se puede compensar adoptando una forma de conducir un poco... “más tranquila”, evitando ritmos de marcha que exijan mucha agilidad y viveza; curiosamente, son la vías urbanas y próximas a poblaciones las que más requieren de agilidad pero las velocidades máximas y medias también son menores. En los coches, muchos conductores también agradeceríamos grafías más grandes y claras en números y símbolos, además de reducir al máximo el número de botones y acceder a sus funciones del modo más intuitivo posible. Steve Jobs, entre otras cosas, fue un maestro en eso.

Exámenes teóricos y prácticos... Es un tema amplísimo, pero bueno, intentaré ceñirme a la noticia. Respecto al práctico, eso que denominan “conducción autónoma” es harto difícil dado como está el asunto de las señales y del que hablo más arriba, razón suficiente para que se olviden de ello. En todo caso, no teman quienes estén en la autoescuela o piensen acudir a ella porque, de hecho, se aplicará pocas veces, poco tiempo y de forma muy “descafeinada”. El cambio en el examen teórico, si lo llevan a cabo, es sustancial y a mejor, sin duda. Naturalmente, superarlo obliga al alumno a estudiar y a aprender; y al profesor, a dar clases, pero de verdad, sin limitarse a explicar (en el mejor de los casos) por qué en la pregunta 26 la respuesta correcta es la “A” y no la “C”, por ejemplo. Hay excepciones, sí, pero sirven: a) para confirmar la regla, desgraciadamente; b) para sentirse bien con uno mismo, ¡muy importante! Se pierde dinero pero se gana calidad de vida.

Revista TRÁFICO (marzo-abril 2005)
Editada por la DGT
La foto es mala pero se puede leer.

Antes de 2005, aprobar teórica exigía estudiar y aprender. ¿Se podía mejorar? Sí, claro, pero no en la forma en que en ese año la DGT lo anunció a bombo y platillo (muchas más preguntas, cuatro respuestas posibles y podían ser correctas una, dos, tres o cuatro) y que me pareció algo así como un doble salto mortal sin red y, ¿para qué, si lo que había funcionaba más que razonablemente bien? Después, sin decir nada públicamente, a escondidas, la DGT comienza a utilizar poquísimas preguntas, generalmente, en el mismo orden y se inventa “la teórica exprés”. El porcentaje de aprobados en la mayoría de las provincias superaba el 90 % ¿Para qué hacer exámenes? He sido testigo directo de cómo dos altos funcionarios de la DGT se hacían esta pregunta visiblemente indignados, por supuesto comparto ambas cosas con ellos. A quien no se vio hacerse esta pregunta fue al señor Báez (CNAE), que imagino se frotaba las manos con las que muy probablemente ayudó a traer al mundo la criatura de la teórica exprés. Las mismas manos con las que aplaude la anunciada nueva medida y que es contraria a la anterior... Sorprendente. No me resisto a poner aquí la cita de tan difícil enfoque para mis ojos:

"Felicitamos a la DGT por la puesta en marcha de este modo de hacer la prueba teórica porque eso obligará a los alumnos a volver a las aulas para aprender seguridad vial, se acabará la sustitución de las clases por los test, porque los aspirantes ya no podrán memorizar las respuestas, y dejaremos de ver las publicidades de 'aprueba en 24 horas', ha comentado el presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas, José Miguel Báez. 

Será mi presbicia, pero entre líneas, en estas palabras veo anunciada la intención de imponer un número mínimo de clases teóricas obligatorias por las que se cobrará un dinero, naturalmente, que, añadido a la dificultad de superar el examen y a la resistencia del alumno para aprender, hará que más personas suspendan más veces: ¡Más dinero! Pero el brillo del oro deslumbra y paradójicamente impide ver que casi nadie lo tiene, lo que hará que aumente significativamente el número de personas que conduzcan sin permiso.

A pesar de todo, creo que es imperativo tener muy presenta la responsabilidad individual que supone tomar la decisión de conducir. Nadie puede llamarse a engaño, todos sabemos las consecuencias negativas que puede tener conducir mal, no saber hacerlo, no saber lo suficiente... Es necesario, por la propia salud de cada cual, por puro instinto de supervivencia, adquirir un conocimiento profundo de las normas y de las señales de tráfico. Al menos, de todas las que se utilizan mientras se conduce. La teórica nació de la práctica y ha de volver a ella; es la raíz para ejercerla.

Esteban

domingo, 14 de octubre de 2012

ADELANTAMIENTO A CICLISTAS

No deja de ser reciente (para mí, lo es todo cuanto nace en este siglo) pero lleva unos años en vigor y he comprobado que la desconocen muchas personas. Se trata de una norma que permite adelantar a ciclistas en lugares en los que está prohibido realizar esta maniobra.

Àlex, aquesta va per tu!
Fuente: www.demartina.com
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Está escrito en el artículo 88 del Reglamento General de Circulación que, entre otras cosas, dice: “...se podrá adelantar a conductores de bicicletas, ciclos, ciclomotores, peatones, animales y vehículos de tracción animal, cuando por la velocidad a que circulen puedan ser adelantados sin riesgo para ellos ni para la circulación en general.”  Para que no exista peligro es condición indispensable, entre otras, disponer de visibilidad suficiente. Comprobada la ausencia de peligro, aunque tengamos línea continua simple o doble, señales verticales de prohibido adelantar, etcétera, se permite realizar la maniobra cumpliendo dos condiciones: separación lateral mínima de metro y medio (ante la duda -y sin ella- mejor que sobre a que falte) y, además, invadir parte del sentido contrario. Conviene tener muy en cuenta que entre los vehículos citados no figuran motos ni tractores, por ejemplo.

 
En referencia a lo anteriormente mencionado dejo aquí un vídeo que he puesto hace unos días en YouTube y que creo que lo resume bastante bien, a pesar de que la calidad de la imagen no es la que me gustaría pienso que se puede considerar aceptable. También aprovecho para dejar otro, respecto a un detalle de posible accidente grave entre coche y bici que se suele descuidar mucho y del que nada se menciona en la Ley de Tráfico. Puede ocurrir, sobre todo, en intersecciones de vías interurbanas, cuando vamos por una carretera que cruza con otra y antes de acceder a ella, nos encontramos con una señal de STOP.

 

Pues bien, generalmente, y aun actuando totalmente a buena fe, se suele hacer la detención invadiendo el arcén de la otra vía sin haber mirado antes si por él está circulando algún ciclista; es más, la vista y la atención suelen estar centradas en la calzada de esa otra carretera y es muy fácil olvidar la posibilidad de encontrarnos con algún ciclista que lo esté utilizando. Siempre he explicado esta situación en clases teóricas y prácticas pidiendo a los alumnos lo mismo que me exijo a mí: independientemente de dónde esté la línea de detención, es necesario asegurarse de que el arcén está libre en suficiente espacio antes de invadirlo.

En el vídeo del adelantamiento hay un detalle importante que olvidé mencionar y que es muy fácil que pase desapercibido, lo hago ahora: Casi a punto de ponerme en paralelo con los ciclistas (segundo 34) se ve a la izquierda la entrada de una casa de la que puede salir un coche y la visibilidad es casi nula. Si alguien se incorpora a la carretera desde ella debe ceder el paso, en este caso, deteniéndose por lo poco que se ve. A nada que tenga un mínimo de sentido común, el conductor que realice esa maniobra, así lo hará. Mas cabe la posibilidad de que mire muy superficialmente, cometa un error y, lo más probable, que si entra a la carretera girando a la derecha mire muy bien a su izquierda, y si no ve a nadie, siga adelante al mismo tiempo que va volviendo la cabeza al frente encontrándose de súbito conmigo en su carril y adelantando. La posibilidad de accidente muy grave, es evidente. Evitarlo, también está en mi mano (¿por qué depender de la acción de otra persona?) anticipándome a esa posibilidad, teniéndola en cuenta antes de invadir el sentido contrario, mirando y pensando no sólo que el carril contrario esté libre en un espacio suficiente, sino también, si alguien puede situarse en él sin salir de la curva del fondo. Por supuesto lo miré, pero en el vídeo no se aprecia siquiera que sea posible hacerlo. Y lo es. Lo que sucede es que no existe objetivo en cámara alguna que “vea” como el ojo humano. Pude ver que nadie salía de esa casa en un rápido barrido visual antes de salir del carril derecho. Esto, y muchas cosas más lo entrené miles y miles de veces con mi imaginación antes de llegar a la autoescuela y seguí y aún sigo haciéndolo. Toco madera, pero hasta ahora me ha ido bien y por lo tanto les invito a seguir mi camino. Nunca me perdonaría que les fuese mal por haberme equivocado.


Esteban

INFO CURSOS Y LIBROS: AQUÍ AQUÍ.

P. S.: He descubierto hoy (16-11-2015), gracias al enlace que Elisa Alòs envió en un comentario a la última entrada que tengo con esta fecha, unas recomendaciones muy buenas para evitar accidentes cuando vamos en bici. Hasta ahora, que yo recuerde, son las mejores que he leído, así pues las recomiendo muy encarecidamente si andan en bici, que las hagan llegar a cuantos ciclistas conocen y que también las tengan en cuenta si sólo conducen un coche, pues les hará ser más conscientes del peligro en el que pueden poner a un ciclista sin pretenderlo. Se las dejo aquí.