viernes, 31 de enero de 2014

DÍAS DE RADIO, ENERO 2014 (y 2)

CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

CHARLA DEL DÍA 22-1-2014.
La Autoridad Vasca de la Competencia investiga a dieciséis autoescuelas de Vitoria por tener indicios de haber pactado precios. “Estudio” de FACUA sobre precios de autoescuelas, aquí pueden ver la noticia y mi comentario de contestación a la misma. Diez vicios al volante que dañan el coche, ¿todos? Más información en anexo al final.

En respuesta a la pregunta que pongo por título del archivo de radio de este día, debo decir que en lo que yo sé y conozco, la respuesta es afirmativa. Sí, la práctica de pactar precios está muy extendida en las autoescuelas. Este es un tema más que harto polémico, es tabú. Si bien es cierto, que la inmensa mayoría de las veces, el acuerdo nace muerto, pues quienes en él participan dicen una cosa hoy y hacen otra mañana. Y es lógico. Cada individuo dice al grupo lo que este quiere oír, pero luego hay que luchar en solitario para intentar captar al alumno, el factor precio pesa mucho en la decisión de este y el grupo no ayuda nada al individuo. Es una pacto contra natura, por lo tanto se incumple.

Fuente: blog100palabras.com
Sobre este tema me podría extender mucho, desde luego daría para varias entradas, pero tampoco veo que encaje bien en el objeto de este blog, al menos por ahora, ni que tenga influencia en la calidad de la enseñanza por más que muchos digan que sí. No obstante añadiré cuatro cosas, cuatro ideas que considero que son las raíces de los intentos de pactar precios:

  • El miedo de las autoescuelas grandes a perder mercado por las pequeñas.
  • Intentar imponer lo que interesa a unos en detrimento del interés de otros; incluso, creyendo que pueden engañar al pequeño diciéndole que con un precio de grande ganará más trabajando menos.
  • Ignorar un principio básico y antiquísimo del mercado: La ley de la oferta y la demanda. Por la cual, si en una plaza un día hay muchas patatas y pocos compradores el precio de este tubérculo bajará, y a la inversa.
  • Creer que si en una determinada población, el precio por aprender lo necesario para lograr el carnet es el mismo en todas las autoescuelas, los posibles alumnos no tendrán más remedio que pagarlo. Pero en mi opinión esta sólo es una verdad aparente ya que en cuanto la demanda se inhiba de forma significativa, algunos centros romperían el acuerdo con tal de no estar parados. 

CHARLA DEL DÍA 29-1-2014.
Pregunta... más bien comentario de un oyente sobre rotondas. El plan PIVE 5 entra en vigor. El 25% de los delitos de tráfico son por conducir sin permiso. Pregunta de un oyente: ¿Si comes conduciendo te pueden multar? Le llega una multa con siete años de retraso. Condenada a tres años de cárcel una mujer por conducir ebria y drogada en Zaragoza y provocar un accidente mortal. Denunciada en Barcelona una conductora que cuadriplicaba la tasa de alcoholemia y llevaba a su hija de siete años. Otro oyente pregunta: ¿Se puede ir en burro por carretera convencional? La DGT prohibe a los agentes de la Guardia Civil de Tráfico usar los teléfonos móviles particulares estando de servicio. Otro oyente pregunta: ¿Quién denuncia a la policía? Un coche estacionado en una calle de Ermua en pendiente descendente provoca un accidente causando heridas a tres personas.

Estacionando en pendiente ascendente, es obligatorio y lógico dejar siempre  la primera velocidad engranada y el freno de estacionamiento (el de mano) puesto; en pendiente descendente, freno de estacionamiento y marcha atrás. Si la pendiente es fuerte, además es muy recomendable dejar las ruedas giradas, hacia afuera, estacionados en subida; hacia la acera, estacionados en bajada, de forma, que en el peor de los casos, las ruedas quedasen calzadas contra el bordillo al haberlas dejado muy próximas a él.

En terreno llano, siempre es muy aconsejable dejar también una velocidad engranada (1ª o R) y el freno de estacionamiento.

Esteban

ANEXO AL DÍA 22



jueves, 30 de enero de 2014

DÍAS DE RADIO, ENERO 2014 (1)

CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

CHARLA DEL DÍA 2-1-2014.
Datos de accidentes en Euskadi en 2013. El coche más vendido del año en España. Una mujer provoca un accidente por depilarse el pubis mientras conducía. Portugal multará con hasta 300 euros a quien circule mal por las rotondas. Denunciado por ir mal sentado atrás.

El caso del profesor denunciado por ir "mal" sentado atrás, es mucho más que afán de recaudar: Es puro abuso de autoridad. Hace solamente unos días, también se denunció a un conductor en una isla canaria (si no recuerdo mal) por ir hablando con su acompañante. Bueno, en este caso, cabe el beneficio de la duda para el agente, pues según cómo se hable es posible perder atención de forma lo bastante importante como para crear algún riesgo; pero da más la impresión de que se trata de otro caso de abuso. 

Luego quieren que compremos coches... No, si al final, las subvenciones
que dan para ello van a ser un lucrativo negocio para el Gobierno.
Fuente: Nel Acebal, www.elcomercio.es
De seguir así, todos los conductores podemos ser denunciados en cualquier momento, quedando expuestos a una inseguridad jurídica total. En ambos casos, los agentes que intervienen son miembros de la Guardia Civil de Tráfico; hasta dónde yo sé, este es un fenómeno nuevo pues, generalmente, este cuerpo policial ha tenido siempre un comportamiento muy digno y profesional en la carretera. 

Sólo se me ocurren dos posibilidades, o se trata de situaciones aisladas, meras excepciones, en cuyo caso, la autoridad correspondiente debería actuar con diligencia y dando buena publicidad de la misma anular las denuncias formuladas y sancionar a los agentes según esté estipulado, o, esos guardias civiles han actuado así porque cumplían órdenes. Esto es todavía peor, mucho más preocupante y de mucha más difícil solución. Un acto de despotismo y tiranía con raíz puramente política y absolutamente intolerable. 

Probablemente, algunos de ustedes piensen que tampoco es para tanto, que sólo se trata de leves y aislados asuntos de tráfico sin mayor trascendencia; pues ojalá, pero mucho me temo que esto solo sea la punta del iceberg y que responda a decisiones políticas que tejan una fina tela de araña con hilos arbitrarios, ambiguos e injustos en los que todos podemos ser presas en situaciones -de tráfico o no- pero con consecuencias mucho más graves.

CHARLA DEL DÍA 8-1-2014.
Buena decisión de un conductor en la cabalgata de Reyes de Alicante. Muere atropellado en la A-62 tras apearse de su coche tras sufrir un accidente. Datos de la operación especial de tráfico en Navidad. Detectan a un conductor circulando con las manos en la nuca en el Reino Unido. Los jóvenes carecen de interés por tener coche. Pregunta de una oyente sobre el cojín elevador para niños.
La primera noticia narra un suceso que pocas veces aparece en los medios de comunicación, se trata de la excelente iniciativa que tomó el conductor de un coche que participaba en la cabalgata de Reyes de Alicante al decidir chocar contra el portón de un parque de bomberos cuando detectó que se había quedado sin frenos y antes de poner en peligro la vida de otras personas. 

Desde luego, la situación podría haber tenido consecuencias muy trágicas y la opción que tomó ese conductor es francamente difícil pues atenta, en principio, contra la propia seguridad y se lleva a cabo en una situación muy extraordinaria en la que resultaría muy fácil ser presa del estrés de la misma y del pánico. Me parece un acto generoso y valiente además de propio de un conductor bien entrenado. Mis felicitaciones para ese hombre. ¡Bravo!

Una decisión tan buena como difícil de tomar. ¡Chapó!
Fuente: www.teinteresa.es
Bajarse del coche en carretera después de sufrir un percance requiere pensar antes cómo hacerlo, mantener la cabeza fría y como objetivo número uno protegernos. Inmediatamente después, hay que preocuparse por advertir bien a los demás del peligro que suponemos para ellos. Aunque parezca mentira, para el resto de conductores resulta difícil percatarse de lo que ocurre. Muchas veces ni nos ven. Las autopistas y autovías son las carreteras más peligrosas en estas situaciones, más que por las velocidades de paso (que también) por la sensación de seguridad tan grande que transmiten, lo que hace que muchas personas bajen mucho la guardia.

Mi comentario sobre el conductor británico que conducía con las manos en la nuca, lo hice antes de ver el vídeo, que conste. No tenía ni idea de la noticia, cuando lo vi, por supuesto, me pareció escandaloso. Una cosa es hacerlo en un instante si uno se quiere estirar, aunque sería mucho mejor alternando (sólo un instante, insisto) los brazos de modo que el volante no quede nunca suelto. Sin duda, ese conductor manejaba el volante con las rodillas; en todo caso, conviene recordar siempre a nuestra vanidad, que por muy hábiles que podamos llegar a ser conduciendo, NO estamos solos, y en vía pública NO nos podemos permitir eso.

Cojín elevador para niños y en la plaza trasera. Entre 135 cm y 150 cm de estatura es opcional. El problema, como apuntaba la oyente, es cuando uno se ve en el compromiso de llevar a otros niños. Los recorridos pueden ser muy cortos y muy tentador hacerlo sin disponer de los medios obligatorios; personalmente, me cuesta pensar en estas normas de un modo estricto, me ayudo recordando que ni yo mismo voy sin cinturón de seguridad ni cuando cambio el coche de sitio para estacionarlo en otro hueco que me gusta más. Y, no estoy muy seguro, pero creo que los niños asumen mejor que nosotros y de forma más natural evitar las excepciones a esta normativa.

CHARLA DEL DÍA 15-1-2014.
Carsharing, una nueva forma de utilizar el coche a medio camino entre el alquiler y el taxi. El Gobierno prorroga el plan PIVE. Conductor detenido por conducir a 215 km/h en Malpartida, Cáceres. Terrible atropello a un ciclista en Brasil. Una oyente de Oye Radio nos envía información sobre circulación de ciclistas en rotonda o glorieta (más información al final). Desde Nueva Zelanda nos llega un magnífico vídeo de una campaña de tráfico que incide en aspectos bastante sutiles y muy importantes que pocas veces se tienen en cuenta. Escribí una entrada sobre lo que nos enseña el vídeo, pueden verla aquí.
Ciclistas, ¿siempre con preferencia? Una oyente de Oye Radio envía al Facebook de la emisora y al mío una información sobre ciclistas en rotondas que le ha llegado de la página de dicha red social del ciclista profesional LUIS Pasamontes. Y quiere saber qué me parece, así pues, le contesto por la radio y por Facebook. A la oyente le llega el dibujo que pueden ver con el siguiente encabezamiento:

"No viene mal recordar: Los ciclistas en una rotonda, TIENEN PRIORIDAD SIEMPRE, incluso sobre los vehículos que circulan dentro de ella. LO DICE "GUARDIA CIVIL"



Creo que ese texto induce fácilmente al error y es peligroso. Mi respuesta es la siguiente:

Lo que viene en el dibujo es cierto. Pero también es cierto, que el ciclista que va en cabeza del grupo cuando llega a la rotonda debe ceder el paso como todo el mundo, una vez que lo hace y entra, a todos los miembros del grupo se les considera como un vehículo. 

Se supone que los coches que están dentro, llegaron después de que el primer ciclista hubiese cedido y entrado en la rotonda, entonces ellos tendrán que esperar a que pasen todos, lo otra opción sería atropellarles... Y no es eso, claro. 

Si el asunto ocurre al revés: el primer ciclista llega y los coches de la izquierda están ahí, son ellos (los coches) los que tienen preferencia y los ciclistas quienes deben ceder. Si se piensa bien, es puro sentido común; pero es muy peligroso afirmar que los ciclistas tienen prioridad siempre. 

De todos modos, la frase: "Los ciclistas en una rotonda, TIENEN PRIORIDAD SIEMPRE" es verdad para ellos y PARA TODOS, ojo; la clave está en el "en". En realidad, esto de ceder a todo un grupo de ciclistas, cuando corresponda, se ha hecho siempre, por lo que dije antes: no les vas a atropellar. Y termino, por mucha preferencia que tengamos (da igual qué vehículo llevemos), habrá que evitar chocar y llevarnos a alguien por delante, digo yo. No va por ti, que conste, pero me molesta que de cuando en cuando, aparezcan cosas sobre normas bastante elementales como si se acabase de descubrir América o de inventar la pólvora. ¿Que lo dice la Guardia Civil? ¿Y qué? Lo que vale es lo que está escrito en el BOE, demonios. Gracias por poner esto, a ver si "desfacemos" algún entuerto.

Esteban

sábado, 25 de enero de 2014

MI PADRE, UN SARGENTO Y NUEVA ZELANDA

Comienzo por el final: Nueva Zelanda. De ese lejano país nos llega un vídeo que la mayoría de los medios de comunicación califican como “impactante”. Hasta dudé en verlo, por si contenía escenas especialmente dramáticas o morbosas que evito mirarlas siempre que puedo. Cuando se pasó por mi mente que ese país, a priori, parece bastante paradisíaco y que de sus habitantes tengo la impresión de que conviven muy civilizadamente, se despejaron mis temores y me dispuse a ver el vídeo.

Monte Cook (3.754 m), Nueva Zelanda.
Fuente: www.fondos12.com
INFO CURSOS Y LIBROS: AQUÍ AQUÍ.

Y me gustó. Me gustó mucho, porque de esa grabación se pueden extraer varias conclusiones que nos resultarán muy útiles e inciden en aspectos bastante sutiles, respecto a los cuales, es fácil que los conceptos a los que aluden, se nos pasen desapercibidos; que nos cueste aprehenderlos y hacerlos nuestros ya que vienen a ser una carga de profundidad en la línea de flotación de nuestro egoísmo. 

A continuación pueden ver el vídeo y después lo que yo saco de él. 



Por si acaso, dejo aquí enlace para el vídeo.

Creo que de esta corta película podemos y debemos incorporar a nuestro subconsciente cuatro cosas, para que luego modifiquen nuestra actitud y nos hagan crecer como personas y como conductores más seguros. Son estas:

  1. Evite pensar que la preferencia de paso es un derecho absoluto.
  2. La culpa puede estar repartida.
  3. Conversación y diálogo.
  4. Velocidad.
1. Evite pensar que la preferencia de paso es un derecho absoluto.
Durante muchos años los manuales de conducción que se empleaban en España para aprender a conducir lo decían de forma expresa, desafortunadamente, ya hace tiempo que no lo veo en ninguno. “¿Entonces tengo preferencia o no, en qué quedamos?” He oído millares de veces esta pregunta porque, verdaderamente, parece una contradicción, pero en realidad es una llamada de atención para evitar bajar la guardia. Quien debe cedernos el paso puede:

  • No habernos visto. 
  • Calcular mal nuestra distancia y velocidad. 
  • Pensar: “Que frenen, no me da la gana de esperar”. Esto también pasa, cuidado.
  • Puede calar el coche y quedarse en medio. 
  • Sufrir una avería que le detenga la marcha de su vehículo súbitamente en el peor momento... 
Esto último es muy raro, pero, a mí me pasó una vez dando clase, no nos quedamos en medio porque todavía faltaban un par de metros para llegar al stop cuando el motor se detuvo. En un primer momento parecía que se había calado, aunque de forma extraña, sin tirones previos. Al dar al arranque este funcionaba pero el motor no hacía nada. Después de orillar el coche en una isleta, señalizarlo, etcétera, supuse (vagamente) que se había roto la correa de la distribución, y así fue. Al abrir el tapón del aceite pude ver que el árbol de levas no se movía a pesar de hacerlo el cigüeñal con el motor de arranque, y eso que dicha correa aún estaba lejos de cumplir su kilometraje. Pasó una grúa estando allí de vacío y sin servicio y le pedí que nos llevase al taller. 

Así pues, debemos de poder frenar y evitar el accidente si, por lo que sea, el otro incumple su obligación.

Es necesario también desterrar estas o similares frases de nuestra mente: 
“Yo voy bien, son los otros los que me tienen que ceder”. “Si pasa algo no es mi culpa”. ¿Y?... ¿Acaso eso nos quitará un ápice del dolor que nos provoque la lesión que suframos? Sería un triste e inútil consuelo, ¿verdad? 
Sí, a la vista de esta señal tenemos preferencia en la próxima intersección,
pero sin olvidar que es una señal de peligro.
Fuente: agrega.educacion.es
Un caso de preferencia que sí se debe entender en términos absolutos es el de un tren cruzando un paso a nivel. Ni puede detenerse ni cambiar la trayectoria, ambas cosas le resultan imposibles. Aunque las barreras estén levantadas hay que mirar siempre. Pueden ver dos sustos importantes que tuve en estos lugares aquí.

En España, la señal que más se utiliza para indicarnos que tenemos prioridad es una señal de peligro. Conviene tenerlo muy en cuenta. 

Enseñando a conducir, en una primera fase, pido a los alumnos que actúen en función de las normas y de las señales. Cuando les toca, les toca y adelante, claro que yo voy con ellos y tengo doble mando. Una vez que aprenden a desenvolverse bien así, y en una segunda fase, les pido que vayan más allá y hagan como, en referencia a este tema, he indicado más arriba: “Bien, tienes preferencia pero... observa, recaba indicios, estáte preparado, ten respuesta por si... pero sin perder soltura y sin miedo, sólo se trata de adoptar precauciones”. Además, muchos conductores cuando tienen a la vista un coche de autoescuela dan por hecho que pueden hasta tomar un café mientras salen del stop. Curiosamente, esa actitud nos obliga a tener más cuidado a nosotros, cuando conducimos con el letrero puesto, que a los alumnos.

2. La culpa puede estar repartida.
Sigo con el vídeo. En un primer momento, parece claro que el conductor que sale del stop es el responsable del accidente, ¡el otro tiene preferencia! También queda patente la ausencia de mala fe por parte del que debe ceder el paso: se ha detenido, ha mirado a ambos lados... Pero, sin duda, debió repetir más veces la observación; sobre esto se suele insistir mucho en las autoescuelas a pesar de que a los alumnos les cuesta, y es normal, darse cuenta del motivo. 
Con esta señal o sin ninguna, debemos ceder a la derecha.
Se ve poco y se ignora mucho, cuidado.
Fuente: www.ite.educacio.es
En no pocas ocasiones, y aprovechando lo fácil que resulta bajar las ventanillas ahora -sólo apretando un botón que está muy a mano-, bajo algo una o las dos con el fin de utilizar el sentido del oído además del de la vista: puede que no vea lo bastante pero sí oiga. Andando en bici es muy útil, y una temeridad usar auriculares para ir escuchando música, por cierto, aunque ojo con los coches eléctricos e híbridos.  

A veces, hay como una sensación aparentemente extrasensorial que, sin razón objetiva alguna, me hace estar unos instantes más detenido y, normalmente, en esos casos suele aparecer algún automóvil como si emergiese de repente del asfalto, bastante o muy rápido, que me hace respirar tranquilo por haber esperado esos brevísimos instantes más.

En la película de la que hablamos, hay un momento en el que el conductor que goza de preferencia percibe que el todoterreno se le cruza y no va a poder detenerse antes ni esquivarlo. No le da tiempo. Seguramente porque iba demasiado rápido. Eso es velocidad inadecuada, que puede ser inferior a la máxima permitida, cuidado.

La responsabilidad legal del accidente recaerá totalmente en el conductor que sale del stop, casi con toda probabilidad. Pero, realmente, la responsabilidad moral es de ambos. Eso queda patente en la breve conversación que mantienen los dos conductores.

3. Conversación y diálogo.
Quizá sea lo mejor de la película. Aunque supongo que me pierdo algún matiz porque no sé inglés y dependo de los subtítulos, pero también está el lenguaje corporal de los dos hombres, sus gestos, expresiones y percibo en ellos una situación muy dramática, sí, pero también una ausencia total de hostilidad, un comportamiento ejemplarmente cívico; a pesar del dolor, hablan. No veo, a Dios gracias, la sombra de Caín en sus corazones.

Duelo a garrotazos, Goya.
En las antípodas, lugares y comportamientos.
Fuente: wikipedia.org
Aun siendo inocentes hay qué preguntarse si hicimos algo mal o dejamos de hacer algo bien. Ir más allá del hecho de que el seguro del otro es el que va a pagar, de que en el nuestro nos han dicho que no somos culpables, etcétera. Es muy importante omitir el papel de víctima. Incluso cuando sólo hemos tenido un susto, un pequeño golpe... Es necesario repasar la secuencia completa del accidente, golpe o susto; con el ánimo lo más libre posible de emociones, con asepsia, como un cirujano, como si fuésemos meros testigos, terceras personas; y también retroceder en el tiempo unos cuantos minutos, tal vez hasta algunas horas. Hay que intentar descubrir si cometimos algún error que se pueda relacionar con el suceso, por acción u omisión, y que haya podido ser el germen del mismo. Es necesario hacer esto para tener las máximas posibilidades de que, eso, no nos volverá a ocurrir.

4. Velocidad.
Suceden accidentes graves de este tipo aun yendo a velocidad perfectamente adecuada y sin superar la velocidad máxima permitida, incluso claramente por debajo, vamos, circulando “suave y tranquilo”, de un modo muy parecido al que nuestras autoridades pretenden que conduzcamos ahora “pacificando el tráfico”, que dicen. Pero eso tiene un problema: se va atontado. Y aunque tengamos tiempo y espacio suficientes para poder detenernos y evitar el accidente del que hablamos, lo sufrimos igual porque NO SE REACCIONA. Se está viendo la situación de riesgo con toda claridad pero muchas personas NO se la creen, y en su mente afloran pensamientos que no pocas veces salen de su boca en estos términos: “¿Pero qué hace? Es que hay cada uno...”  Y esto es algo que se ve muy bien una y otra vez en un coche de autoescuela. Pero el alumno está aprendiendo y no va solo. Es curioso, que una vez aprende y va solo, su propio gobierno (y en esto coinciden todos) le envíe mensajes una y otra vez para que “no corra”, vaya tranquilo, relajado... ¡NO! Hay que ir en guardia, vivos, preparados, en alerta. 

Aparentemente, esta conductora va muy atenta. Bien.
Fuente: www.abc.es
Además, con la velocidad sucede otra cosa, pues es un concepto muy relativo y una temeridad reducirlo a la simpleza de no pasar de una determinada cifra, ¿y hasta ella, qué? Lo que me interesa decir es que, uno puede ir sobradamente legal pero el conductor que sale del stop lleva un trailer de 16 m que pesa en total 40.000 kg. 

Puede hacer la detención perfecta, mirar y remirar, tener visibilidad suficiente, pero hay también una pendiente ascendente que superar. El chófer lo ve todo bien y reanuda la marcha, pero claro, estará un tiempo ocupando toda la calzada, un tiempo muy superior al que emplearía cualquier turismo, y la velocidad que lleve el que va con preferencia puede ser muy adecuada para el caso del turismo pero convertirse muy peligrosamente en lo contrario para el caso del camión. Si sólo se nos ocurre pensar en la “locura” del camionero y en la mala suerte que tenemos, la vamos a tener: Acabaremos empotrados con el camión o fuera de la carretera. 

No son pocos los accidentes que hay de este tipo. Legalmente, el camionero será el responsable porque “se saltó un stop”, pero no es cierto.  Y el conductor del turismo puede evitar el accidente con tan solo empezar a frenar (con normalidad, de más a menos) en cuanto ve al camión, cuyo conductor, ya estará con la maniobra iniciada y para el caso, viene a ser como el ejemplo del tren del que hablé antes.

A la vista de esta señal, tenemos preferencia en todas las intersecciones.
No indica peligro, pero cuidado.
En España se ve muy poco, y generalmente mal colocada. Pues en autopistas, sobra.
Es una gran desconocida.
Fuente: www.que.es
El vídeo coincide en esencia y de pleno con un par de cosas que nunca olvidé:

  • Una se la oí a mi padre y a sus compañeros desde niño, aparte de que él me la recordó hasta por escrito: “No basta con que tú vayas bien, tienes que evitar chocar con los que van mal.”

  • La otra fue una advertencia de un sargento de tráfico en la mili a los nuevos conductores: “No me vengáis con que el otro se saltó un semáforo en rojo, no os cedió el paso, entró en vuestro carril... Si tenéis un accidente, para mí, la culpa siempre será vuestra, y actuaré en consecuencia. No me importa qué digan los seguros, la Guardia Civil, ni el coronel; para mí, la culpa es vuestra. Porque seguro que podías haber hecho algo por evitar el accidente.” Lo que decía aquel sargento -buena persona de la que aprendí mucho- no es cierto en el 100 % de los casos pero le ronda muy cerca. Y no, no tuvimos ningún accidente, gracias a Dios. Tampoco lo tengan ustedes, por favor.
Esteban

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domingo, 19 de enero de 2014

¿LÍMITES DE VELOCIDAD PARA UNA BUENA CONVIVENCIA?

“Lo del control de velocidad combinado con una interpretación 'literal' de la ley es un terreno resbaladizo y espinoso. Fijar 120 para los 100-200 Km siguientes suponiendo que, dado que es el límite legal, no te pillará ningún radar, ni molestarás al adelantar (nadie puede legalmente ir más rápido), ni te afectará un 'recomendado a 100' (la física no va con tu coche).... Sabes que yo soy partidaria de los límites de velocidad como medida general de convivencia, pero con un poco de flexibilidad, desde luego.” Elisa Alòs.

El pasado día 7 publiqué el comentario del que extraigo esta cita y al que contesté prometiendo una entrada al respecto, al mismo tiempo que expresaba sorpresa por  la aplicación del concepto “medida general de convivencia”, que yo entendí en un sentido muy amplio y así, más o menos, se lo transmití a Elisa al contestarle, pero cuando me respondió me puso un ejemplo perfecto: “me parece difícil la convivencia de un Porsche a 200 Km/h con una autocaravana en la misma carretera...”

El título de la fuente, para esta foto, parece un insulto.
Fuente: www.cochesdejovenes.com
El citado texto forma parte de una breve conversación que pueden ver completa aquí. El asunto creo que encierra mucho contenido, como bien dice Elisa (gracias)nos lleva a un terreno muy resbaladizo y, en mi opinión, a que se fijen en la mente interpretaciones literales de las normas con el adhesivo de sentimientos muy poco nobles: envidia, egoísmo, exhibición de nuestras carencias, irresponsabilidad... Que demasiadas veces generan y consolidan actitudes que conducen a hechos que tarde o temprano terminan en accidentes. Esto es seguro, lo digo sin exagerar, que conste.

En la conversación mencionada hay tres frases claves, las que puse en negrita y cursiva. Voy con ellas.

A 120 km/h no puedo molestar a nadie porque nadie puede ir más rápido.

Sé que Elisa ni piensa ni actúa así -espero que todos ustedes tampoco-; que un joven estando en la autoescuela diga esto... bueno, se puede entender, pero con 18 años o más y el permiso de conducir, ya no cabe la inocencia. La afirmación es hipócrita o cínica, o ambas cosas además de falsa.

Falsa, porque ¡vaya, que si se puede! Aunque legalmente sólo vehículos prioritarios (básicamente policía) y, al menos, con la señal luminosa de ir en servicio urgente. Aquí tienen un ejemplo, y sin luces azules ni sirena.

Hipócrita, porque nadie respeta siempre todos los límites de velocidad. Conozco alguna persona a la que sí creo cuando afirma que nunca pasa de 120, pero no me creo que respete siempre el 50 de poblado, menos los 20 y 30, ni muchos límites específicos de carreteras convencionales (mucho más importantes, por cierto); ni los anteriores a una intersección o travesía pero en tramos en los que aún no pintan nada, ni los clásicos 40 o 20 en zonas de obras... Eso no me lo creo. Luego, ¿con qué derecho se erigen en juez y parte cuando en una autopista salen a adelantar a 120 a quien le precede a 110? Eso no es hacer un adelantamiento lento por un error, es poner una barricada rezumando mala fe y estupidez por todos los poros, con el agravante de hacerlo, muchas veces, acompañados de sus cónyuges y “queridísimos” hijos. ¿Cómo se atreven?

120 en estas condiciones es un somnífero.
¿Y quieren hacerme creer que es por mi bien? ¡Por favor!
Fuente: www.eldiario.es
La posibilidad de un accidente por alcance, en ese caso, es mucho más alta de lo que parece, y la gravedad del mismo también. A parte de que pueden ocurrir muchas cosas: que a un camión o autobús le surja un problema en los frenos, por ejemplo. Pero no importa, porque en la mente de estos conductores también suele estar muy arraigado otro tópico sin sentido: “El que da por detrás paga”. Debe ser un consuelo muy reconfortante después de que a uno le rompan el cuello.

Me enoja mucho esta actitud, como pueden ver, ese “a tapar la calle que no pase nadie”... Es una manifestación de la tiranía del mediocre en que vivimos, la peor de todas. ¿Acaso cuando alguien va andando tranquilamente por una acera intercepta el paso de quien va corriendo por hacer deporte? Cuando vamos en bici, de paseo, ¿nos ponemos en la trayectoria de quien, en otra bicicleta, nos dobla la velocidad?

Los adelantamientos han de hacerse rápidos, con una diferencia de velocidad notable con respecto al vehículo adelantado, incluso cuando hay más de un carril por sentido. Tan es así, que la norma permite aumentar en 20 km/h más la velocidad sobre la genérica, en carreteras convencionales (limitadas a 100 o 90) por parte de turismos y motos siempre que vayan a adelantar a otro vehículo que no circule a la velocidad máxima permitida: esos 100 o 90.

La física no va con tu coche. 

Me encanta el tono irónico de la frase, pero es muy lamentable y triste que para tantos conductores sea rigurosamente cierta. O eso parece, dado el caso omiso que hacen muchos a unos básicos principios de física que se supone que todos aprendimos en la enseñanza secundaria y cuya ignorancia puede resultar hasta suicida.

Son las señales que más me gustan, ni prohíben ni obligan.
Indica velocidad máxima aconsejable. Y conviene seguir el consejo.
Doy fe de haberlas visto con 100
Fuente: Wikipedia
Elisa se refiere claramente a omitir el aviso de las señales de velocidad máxima aconsejable por haber tarado el regulador de velocidad de forma que se mantenga constante a 120, y claro, si nos dicen: Aconsejamos como máximo a 100, y no lo tenemos en cuenta, por sí solo nos puede costar una salida de la vía. Ni siempre ni necesariamente, desde luego; pero, curiosamente, el aviso que nos dan esas señales suele estar bien justificado. Y no es lo mismo eludir el consejo a conciencia, perfectamente conocedores de lo que estamos haciendo, que hacerlo porque “bah, aquí no me pueden multar”. Hay cosas mucho peores que las multas y que nos quiten puntos: que nos los den... de sutura.

¿Es posible la convivencia de un Porsche a 200 Km/h 
con una autocaravana en la misma carretera?

Carretera es cualquier vía interurbana, pero en este caso pienso exclusivamente en una autopista. Lo planteo como una pregunta y mi respuesta es sí, sin duda. Basta con que ambos conductores sepan lo que tienen que hacer y lo hagan, obviando el límite de 120 km/h, claro. Lo lógico y de elemental sentido común es que el conductor de la autocaravana no se salga del carril de la derecha salvo muy excepcionalmente y asegurándose por completo de que no intercepta la trayectoria de nadie que circule más rápido que él en el carril izquierdo.

Envueltos en la nube, qué sensación de aislamiento y desconexión.
Señores fabricantes de coches y similares:
NO queremos estar siempre conectados.
Fuente: ruteandoproac.blogspot.com
Conducir un Porsche en una autopista en buen estado, con buen trazado, seco, de día, con tráfico fluido... por una persona que también sepa lo que hace, a mí también me parece perfectamente lógico; no estoy hablando de una velocidad sostenida ni de velocidad media, estoy pensando en que lleve un crucero de entre 160-180 o 150-170 e incluso 140-160 y en algún que otro tramo muy favorable algunos segundos a 200, o algo más. No tendría por qué haber ningún riesgo para nadie. Naturalmente, partimos de la base de que el conductor del Porsche mantiene toda su atención en lo que hace, que se anticipa muchísimo a lo que ocurre o puede ocurrir, y que sabe frenar. Porque esto último parece que lo olvidan sistemáticamente los defensores de límites estrictos y bajos: se puede frenar en muy poco tiempo y en muy poco espacio (desde luego mucho menos del que anuncia la DGT) se puede lograr una distancia más que suficiente para evitar coincidir con otro objeto, pues ahí está la clave para evitar los accidentes: no ocupar un espacio ya ocupado (o al que va a llegar otro antes que uno) y no salirse de la vía. No tiene más misterio.

Si fuese yo el conductor del Porsche que, eventualmente, circula a 200 km/h y tengo una autocaravana a la vista en el carril derecho, unos cuantos metros antes de ponerme en paralelo con ese vehículo bajaría la velocidad unos 40 km/h, por lo menos, con dos objetivos: 

  1. Que la masa de aire que desplace mi coche no pueda desestabilizar a la autocaravana ni asustar a su conductor. 
  2. Disponer de más tiempo y espacio para observar algún indicio de que vaya a hacer algo raro y poder evitar el accidente caso de que se desplazase hacia la izquierda.
Me gustan estas casas con ruedas, hoy tengo excusa y aprovecho.
Fuente: rastreadordenoticias.com
Siempre que circulo rápido y voy a adelantar a otro vehículo con una diferencia de velocidad grande, unas decenas de metros antes de darle alcance (a un camión, por ejemplo) mi pie derecho está encima del pedal del freno (por lo dicho en el punto 2). Según lo vea, incluso freno un poco, y en cuanto pongo el morro en paralelo acelero con mucha decisión para estar lo menos posible a la par con él.

Un dato importante: Hasta ahora, en autopista nunca me he visto en peligro cuando alguna vez me adelanta alguien verdaderamente rápido, y ocurre muy pocas veces. Sin embargo, en vías urbanas y en carreteras convencionales, con velocidades muy inferiores en términos absolutos, sí que lo he visto y sufrido en muchas ocasiones. 

Hablando de autocaravanas, desde hace algo más de una década, en épocas de vacaciones es fácil ver a estos vehículos cometer errores bastante graves y muy peligrosos. En cuanto les tengo a la vista yo subo más la guardia. Creo que se debe a que muchas veces estos vehículos son alquilados por personas con nula experiencia en la conducción de los mismos y tampoco mucha en conducir sus coches. La experiencia es muy novedosa también para los pasajeros y en esa casa rodante es fácil que mantengan una actitud demasiado lúdica y de disfrute provocando muchas interferencias en la tarea de quien conduce. Ojo.

Imposible resistirme.
Y cómo me recuerda la fachada de un cine de Sama de Langreo, Asturias.
Fuente: hastalosjuegos.es
A poco que hagan bien las cosas, el supuesto que plantea Elisa con el Porsche y la autocaravana no debería generar ningún problema; muy mal tiene que hacer las cosas alguno de los conductores (o ambos) para que el accidente sea posible. Así pues, como dije al principio no veo difícil la convivencia entre ellos.

Sí la veo, en cambio, cuando en la A-8 a su paso por Bilbao tenemos que ir todos en pelotón con una velocidad máxima permitida de 80 km/h. De forma que vamos todos a 80, y no me puedo separar de los camiones ni de los autobuses; de los primeros, la mayoría miden entre 14 y 16 m, si van cargados pesan en total 40.000 kg. Ir con ellos detrás, al lado... siempre muy próximos, supone que un pequeño error de alguno, tendría el mismo e irreversible resultado que sufrir un accidente con un coche que circule a 200 km/h. Y esta evidencia se niegan a verla todas nuestras autoridades, tal vez porque ellos circulan con patente de corso en sus coches oficiales dejando siempre atrás al resto del tráfico. Que yo sepa, eso siempre ha tenido un nombre, por cierto, nada democrático: La ley del embudo.

Esteban
P. D.:
Elisa Alòs, muchas gracias por tus acertadas aportaciones, tu constante atención y tu paciencia. ¡Saludos muy cordiales!

miércoles, 8 de enero de 2014

EXTRAÑA SENTENCIA

“La conductora que adelantó temerariamente a un grupo de ciclistas, absuelta”. Este es el título que puse al primer día de radio del pasado mes y que publico en la entrada anterior, pueden oírlo aquí, si lo desean. El texto editado en un periódico sobre la misma noticia, con vídeo incluido, lo tienen aquí.

Normalmente suelo escribir algún comentario cuando paso las charlas con José Ángel en Oye Radio Ibaizabal-Nervión al blog, pero en este caso creo que la noticia debe ser tratada con más amplitud mereciendo una entrada en exclusiva. Me pondré a la faena utilizando las frases que considero más importantes de las que aparecen en la noticia de prensa cuyo enlace está en el párrafo anterior y usaré el color azul para distinguirlas de mi parecer.

Agridulce y un tanto cruel, pero con sentido del humor.
Fuente: blogs.elcorreo.com
INFO CURSOS Y LIBROS: AQUÍ AQUÍ.

La sentencia recuerda que el adelantamiento se produjo al final de una recta y, a media maniobra, aparecieron varios vehículos que circulaban de frente “no pudiendo la conductora reincorporarse al carril de la derecha y circulando durante unos segundos por el medio de la calzada, entre los ciclistas y los vehículos que circulaban en sentido contrario”.

Iniciar el adelantamiento “al final de una recta” que acaba en una curva a derechas, tal como respectivamente afirma la sentencia y se puede ver en el vídeo, ya es, en sí misma, una mala decisión. Y la afirmación de que la conductora no puede reincorporarse a la derecha, sencillamente falsa. ¡Claro que puede! Tan solo tiene que frenar y girar un poco el volante después.

El magistrado considera en su fallo que la conductora no pensó en ningún momento que su conducta, al iniciar el adelantamiento, iba a poner en riesgo la vida de los ciclistas “y por lo tanto la acusada no era consciente del riesgo que iba a crear con dicho adelantamiento”.

Es evidente que la conductora debería de haber pensado en todos los posibles riesgos que implicaba su maniobra y, por supuesto, ser consciente de los mismos, evitando iniciar el adelantamiento ante la posibilidad de que se diese algún potencial peligro. Máxime, tratándose de ciclistas, siendo tan vulnerables y tan fácil causar lesiones graves o muerte, de cometer algún error. Sé que somos humanos, pero hay cosas en las que no nos podemos equivocar.

“Todo ello se traduce en una falta de dolo o intencionalidad a la hora de cometer el delito” tal y como exige el Código Penal, por lo que ha decidido absolver a la conductora, ya que considera que el hecho por el que se acusa a Noelia Jiménez debería ser castigado, si es el caso, a través de la vía administrativa sancionadora. Es decir, con una multa.

He aquí el quid de la cuestión: el dolo. Debo reconocer que tenía una idea equivocada de este concepto, pensaba que la existencia de dolo implicaba la intención de hacer daño, pero no, basta con la intención de cometer un delito y, si no he entendido mal lo que leí sobre este concepto, incluso basta con llevar a cabo una acción a sabiendas de que es delito para que esta se considere dolosa. 

Dada la carretera y a pesar de la señal vertical,
mejor no hacerse ilusiones de poder adelantar.
Y habría que salir de la curva preparados.
En las frases entrecomilladas, el magistrado que dicta la sentencia menciona el dolo como sinónimo de intencionalidad. Desde luego no seré yo quien enmiende la plana a su señoría -en materia de leyes solamente soy un muy modesto aficionado-, mas en lo que he leído sobre los conceptos jurídicos de dolo, me parece que no es necesaria la intención para que se dé el mismo, basta con saber que se hace algo que es delito. Por ejemplo: Un joven que está en la autoescuela aprovecha la mañana de un domingo para practicar estacionamientos en el parking de un centro comercial con el coche de su padre y acompañado por él, ninguno de los dos ve peligro objetivo aunque ambos sepan que eso es delito, y lo hacen; sin embargo, en mi opinión, ninguno tiene intención de cometer delito aunque sepan que su acción es delictiva, pero su conducta es dolosa porque lo saben. ¿Y si no lo saben, como ocurre en muchos casos? Pues como todos ustedes conocen “la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento”, famoso concepto de Derecho que permanece en vigor y sobre el que pueden profundizar más aquí.

Cuando supe de la noticia objeto de esta entrada, en un primer momento pensé que, por esta regla de tres, ninguna infracción de tráfico, ni siquiera un accidente -por más graves que sean sus consecuencias- sería delito, ya que sus responsables nunca tienen intención de hacer daño. Luego, pensándolo más detenidamente, me di cuenta de que algo tenía que haber, alguna base jurídica y legal para que ciertos hechos y accidentes sean considerados como delito a pesar de esa falta de intención de causar daño, y efectivamente así es.

Sólo se podría adelantar a un vehículo muy lento
comenzando la maniobra ahí, y con mucha agilidad. Sin nadie a vista,
aprovechando el instante, comprobando que tampoco haya ciclistas ni peatones, bastante
probable en estas carreteras. Sin olvidar que tampoco pasa nada por no adelantar. Nada.
El mundo del Derecho me parece francamente farragoso, pero también muy apasionante pues, entre oras cosas, su ignorancia nos hace fácilmente manipulables por parte de los medios de comunicación y de los políticos, aprovechándose ambos de aquella con fines muy alejados de la verdad y la justicia, haciendo que pensemos (creamos, mejor dicho), actuemos, nos manifestemos, votemos, odiemos, queramos... apelando a nuestros bajos instintos, incitándonos a soltar a la bestia, animando a linchamientos en función de sus innobles intereses. Nada me causa más miedo que los grupos de personas enfurecidas por ser engañadas y dejarse engañar. Claro que los manipuladores disfrazan muy bien el engaño y uno puede ver a su bestia hermosa y alegre ante el espejo, sin reconocerla siquiera, hasta que por acción u omisión descubre un día sus manos manchadas de sangre.

Centrándome otra vez en el asunto, les dejó aquí más información sobre el concepto de dolo en el ámbito jurídico; y esta cita que extraigo de la misma fuente (Wikipedia): 

Dolo de peligro
Esta clase de dolo, suficiente para la realización dolosa de algunas clases de delito (delitos contra la salud pública, contra la seguridad del tráfico, etc.), se da cuando el sujeto quiere o acepta la puesta en peligro de bienes jurídicos, aunque no quiere su lesión (según Sainz Cantero).

¿Cuántas manos aplauden que muchas cosas sean delitos y acaban así?
También de clase media, y más allá.
Cuidado con qué se desea, no vaya a ser que se cumpla.
Fuente: www.agencianotaalpie.org 
En cuanto a la sentencia en sí no he podido leerla y, como vine a decir antes, “doctores tiene la Iglesia”; no obstante, se me ocurre que quizá al juez que la firma no le haya hecho mucha gracia que la prueba del supuesto delito sea un vídeo de una de las partes implicadas en el hecho juzgado. No sé, sólo es una impresión que no me resisto a dejar, a pesar de ser totalmente subjetiva y muy personal. 

Albert Garcia, portavoz de la Coordinadora Catalana de Usuaris de la Bici (CCUB), ha calificado de "hecho muy grave" que no se condene una conducta "temeraria" que ha puesto en riesgo la vida de unos ciclistas. "Antes de haber adelantado al pelotón tendría que haber pensado si realmente podía hacerlo y si, en medio de la maniobra le vinieron coches de frente, lo que tendría que haber hecho es frenar, cosa que no hizo", ha añadido.

Comparto totalmente la opinión de este señor, que además coincide plenamente con lo que dice la norma que regula los adelantamientos cuando contempla la aparición de una situación de peligro durante la realización de la misma: Disminuir la velocidad con el fin de volver a la derecha y detrás del vehículo adelantado.

Lo dicho siempre es lo más fácil y casi siempre lo mejor; hay alguna excepción (de hecho, no de derecho) pues cuando ya estamos en una posición muy avanzada, prácticamente ultimando la maniobra, es más probable que estemos menos tiempo en el sentido contrario y sea claramente más seguro aumentar la velocidad y acabar. Pero claro, esta es una de esas decisiones en las que uno no puede equivocarse. ¡Cuidado!

Es necesario entrenar mucho con nuestra imaginación, observar cuando vemos a otros adelantar cuál sería ese punto de no retorno con el coche que llevamos y lo que sabemos de él, exige buen conocimiento de la máquina; el coche debe incrementar velocidad de forma inmediata al pisar más el acelerador. Aun circulando por autopista, se puede calcular en qué punto disminuir la velocidad es peor que acelerar más, imaginando estar en doble sentido y que surge algún riesgo. También es fundamental saber que cualquier coche emplea más tiempo y espacio en pasar de 0 a 100 que en pasar de 100 a 0, por ejemplo. Bastante más. Y no necesitamos llegar a cero, claro.

Aquí siempre es cierto, desgraciadamente,
"que ni son todos los que están, ni están todos los que son".
Fuente: caribbeandigital.net
Garcia espera que, como mínimo, a la conductora se le impongan los 200 euros de multa y la retirada de cuatro puntos del carnet que marca el Código de Circulación cuando se adelanta indebidamente a un ciclista sin respetar la distancia de seguridad, que es de 1,5 metros como mínimo.

Que un determinado hecho de tráfico no implique carácter penal, no impide, por sí mismo, que sea sancionable en vía administrativa, tal como indica la propia sentencia y el señor García en sus declaraciones. Y aquí nos encontramos con un perfecto ejemplo de cómo la normativa que regula el Permiso por Puntos, y a la que tantos beneficios se le atribuyen, es notablemente más blanda que la existente con anterioridad a ella. Considerando el hecho comentado como una infracción, antes de la entrada en vigor del Permiso por Puntos tenía una sanción económica de entre 300 y 600 euros más suspensión del permiso de conducir por un tiempo máximo de hasta tres meses. Ahora la multa es menor, además tiene un 50% de descuento por pronto pago y, sí, sustraen 4 puntos, pero se puede seguir conduciendo, y mientras quede uno, tampoco es obligatorio hacer ningún curso.

Esto del carnet por puntos también es un buen ejemplo de lo eficaz que resulta una propaganda bien manipulada, con estadísticas amañadas e interesados “expertos” coreando sus muchas y falsas bondades. ¿Por qué la DGT nunca -que yo recuerde- ha hecho campañas informando, a causa de qué, nos podíamos quedar sin carnet unas semanas? Casi todo el mundo cree que la normativa actual es más dura que antes, pero salvo en el aspecto penal, es falso. Y eso por no hablar de la cantidad de municipios que aún no aplican el Permiso por Puntos, creando situaciones de desigualdad e injusticia todos los días.

Triste paradoja que el ansia de libertad nos lleve a perderla.
Fuente: www.ilustrae.com
Me consta que hay un desconocimiento muy generalizado sobre cuándo una determinada infracción puede convertirse en delito y las consecuencias en que eso puede derivar. Hay muchos conductores, que incluso inmersos en procedimientos penales por asuntos de tráfico no se lo llegan a creer (pero si yo no robé ni maté a nadie...), incurren en reiterados quebrantamientos de condena y al final acaban pasando unos meses en prisión e incluso algunos años y, contrariamente a lo que se suele pensar, en ocasiones, sin tener accidentes ni provocar un rasguño a nadie. 

Un aspecto importante que se suele olvidar: En principio, se da por supuesto que si uno tiene permiso de conducir, sabe hacerlo y conoce las normas.

Sin ánimo de generar ningún miedo, faltaría más, les dejo unos enlaces sobre delitos contra la seguridad del tráfico donde pueden obtener más información: Aquí, aquí y aquíLes invito a que los lean, y sobre todo a que piensen, que sin correr como locos ni beber como cosacos, en según qué circunstancias, ninguno estamos muy lejos de ser denunciados como autores de un delito. Tomamos decisiones en fracciones de segundo (podemos equivocarnos) y todo sucede muy rápido aunque la velocidad sea moderada, tampoco sabemos desde qué perspectiva un policía valora un hecho... Acabo con una famosa cita cuyo autor ignoro y que seguramente conocen: “Tengas juicios y los ganes”.

Esteban

INFO CURSOS Y LIBROS: AQUÍ AQUÍ.