viernes, 31 de julio de 2015

LO QUE SUFRE UNA RUEDA EN VERANO

Hay un hecho físico que tiene una expresión escrita que se me antoja hasta poética y que me encanta: el Sol calienta la tierra y la tierra calienta el aire. 

Luego el aire caliente sube, el frío baja y la atmósfera se llena de energía propiciando la maravilla de que se pueda volar sin motor, ya sea en velero, ala delta o parapente; y asustando a millones de pasajeros de aviones comerciales por todo el mundo con las conocidas turbulencias. Las monedas siempre tienen dos caras. 

¡Qué maravilla!
Fuente: www.abc.es

Ustedes perdonen, me estoy desviando del tema y no hice más que empezar; no obstante aprovecho: probablemente muchos de ustedes viajen en avión por estas fechas y les den miedo esos movimientos de la masa de aire. Si es así, nada teman por ello. Es lo normal y lógico, lo raro sería no sentir esos movimientos. Normalmente, en un barco nos sentimos más tranquilos cuando nos zarandea la mar, y creo que es, sobre todo, porque el agua lo vemos y el aire no. Pero ambos elementos son fluidos en movimiento constante y los dos imprescindibles para la vida. Abróchense los cinturones, no salgan a cubierta y déjense llevar; un gigante les ha hecho el honor de sacarles a bailar, es muy fuerte pero no les hará daño. 

Si viajan en avión o en barco presten siempre atención a las indicaciones de seguridad evitando este razonamiento: estoy atento porque creo que habrá un accidente. Actúen igual que cuando se ponen el cinturón de seguridad en sus coches, sin pensar que se van a estrellar; lo ponemos, porque si por un imponderable chocamos estaremos mucho más seguros. Nunca por miedo a la multa. Hacerlo por este motivo significaría que aún nos queda mucho por aprender, tanto, que deberíamos pensar en cubrir esa carencia lo antes posible. Por cierto, las vacaciones también son una buena ocasión para ello.

La superficie de contacto con el suelo es muy pequeña, sobre cuatro puntos
similares a este se apoyan los coches y sobre ellos actúan fuerzas muy grandes.
Recuérdelo siempre: cuide mucho sus neumáticos.
Los neumáticos en verano están sometidos a un gran esfuerzo y en un viaje largo pasan su prueba de fuego: 
  • Aire y asfalto están muy calientes.
  • Soportan bastante más peso del habitual.
  • Las velocidades medias son claramente más altas.
  • Ruedan durante mucho más tiempo seguido en estas condiciones.
El esfuerzo es muy alto y en la misma proporción aumenta el riesgo de reventar.

Pero se puede evitar cualquier consecuencia indeseable llevando neumáticos en buen estado y con las presiones correctas. Y también evitando pisar objetos que pueda haber en la calzada, o mal estado de la misma en algún lugar concreto. Siempre que sea posible, cuidado, porque intentar evitarlo a toda costa puede suponer un accidente por salida de la vía o invasión de otro carril a cuenta de hacer un giro de volante brusco; cosa que un reventón, por sí solo, muy difícilmente logrará. Por lo menos a velocidades legales.

Controlando el miedo, controlamos el coche en trayectoria con una rueda reventada. 

En el típico viaje familiar de vacaciones en coche, el conductor suele ser poco consciente del esfuerzo al que somete a sus neumáticos. Quizá menos aún desde que se ha extendido el uso del aire acondicionado (un elemento que bien podría considerarse como de seguridad activa, por cierto) pero que también puede llevar a que el conductor se sienta más aislado del entorno y repare menos en los efectos del calor sobre su automóvil. Sin embargo, basta con observar y pensar para darse cuenta

También es posible que a las cubiertas no les quede mucha vida útil y que se prefiera esperar al final del verano para así ponerlas nuevas de cara al otoño e invierno. No es mala idea, pero entonces se debe adaptar la conducción a esa circunstancia, básicamente, anticipándonos más a las condiciones de la vía y del tráfico para evitar al máximo frenadas bruscas, apoyos fuertes y arranques o cambios de ritmo muy vivos. Aún así, se puede conducir hasta la velocidad máxima permitida pero con más suavidad y previsión y sin ser un estorbo para nadie. Solamente supone algo más de trabajo. 

Hace unos días encontré un artículo sobre neumáticos que me gustó, lo puse en las redes sociales y lo dejo también aquí. Les adelanto que yo nunca compraría neumáticos usados, no sé que vida han tenido por muy buen aspecto que presenten. Puedo ver cada vez que salgo a la calle, cómo muchos conductores castigan sus cubiertas contra los bordillos de las aceras, frecuentemente diría que a propósito; y no, cuando se bajan ni miran. Da hasta dolor. No entiendo cómo se puede vivir tan ajeno a las posibles consecuencias de ese maltrato en elementos de seguridad tan básicos, porque no sólo sufren los neumáticos, también afecta a la dirección y sus cotas, a la suspensión y a las llantas. 

Fuente: www.tallerato.es
Lo que se ve en esta última foto es un peligro, pero tiene solución: dos neumáticos nuevos. Esa deformación indica que la estructura interna del neumático está dañada. Generalmente se produce en esos frecuentes “toques” con el bordillo a los que casi nadie da importancia, la mayoría ni se molestan en mirar qué ha pasado. Sin embargo puede costar un disgusto muy serio porque se puede romper esa cubierta en marcha en cualquier momento. 

Las ruedas hay que mimarlas, son nuestra "toma de tierra", y los coches no están hechos para volar.

¡Bon voyage!
Esteban

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martes, 28 de julio de 2015

¿LAS BICICLETAS SON PARA EL VERANO? BUENO... PERO POR LA ACERA NUNCA



+INFO
“Las bicicletas son para el verano” es una famosa obra de teatro de Fernando Fernán Gómez que también tiene versión cinematográfica. El título se ha convertido en una frase hecha bastante célebre, no sé porqué, quizá porque en un primer momento resulta una afirmación obvia que nadie discute, tal vez porque la frase en sí nos lleva a casi todos a días luminosos y felices de algún estío de nuestra niñez, tuviésemos o no bicicleta. Me inclino más por esta opción. En todo caso, las bicicletas no son para las aceras. 

Esta foto y la siguiente me la hizo llegar un buen amigo, ¡gracias!
Es Bilbao, hace poco han puesto unas cuantas señales como estas.
Me gusta la idea y el diseño, pero es demasiado discreto.
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Sabía de algún caso, pero debe de haber bastantes más, en los que en algunas ciudades de España sus respectivos ayuntamientos emiten ordenanzas municipales permitiendo la circulación de bicicletas por las aceras a sabiendas de que la Ley de Tráfico lo prohibe, como es lógico, pues aunque tienen competencias para ordenar el tráfico según las características de cada población, nunca pueden ir contra la citada ley, cosa que también considero de una lógica aplastante, pues las normas y señales que regulan la circulación de vehículos en las vías públicas deben ser lo más universales posibles. Carece totalmente de sentido que las normas de una población sean distintas de otra, por más que en este país tengamos el insano vicio de diferenciarnos tanto como podamos del vecino. 

Y diferencias las hay -como también es lógico- que obedecen a mil razones históricas, culturales, climatológicas, geográficas... pero también es cierto que todos los seres humanos tenemos un bagaje mucho mayor de cosas en común, ya seamos aborígenes en Australia o esquimales en Groenlandia. Forzar las diferencias, crearlas artificialmente, más en materia de tráfico... no, por favor. Se puede hacer daño.

Daños son los que sufren muchos peatones en muchas ciudades al ser atropellados por ciclistas que circulan montados en bici por las aceras. En este aspecto se producen accidentes a diario, muchos no se denuncian y de los otros casi nunca se publica nada -salvo algún caso muy grave- ni se llevan estadísticas ni cuentas. Todo parece indicar que hay un implícito pacto de silencio entre autoridades y medios de comunicación locales. 

El Arenal, Bilbao. Infraganti.
Las señales son un buen detalle y ojalá sean útiles,
pero ese ciclista... ¿tampoco ve la acera?
El fenómeno es bastante reciente, antes era raro ver a ciclistas por las aceras, ahora no. Hasta el punto, de que el mayor riesgo que tiene un anciano de sufrir un accidente fuera de su casa es el de ser atropellado cuando va andando tranquilamente por la acera. Aquí pueden ver un caso del que fui testigo indirecto. Por si a alguien le interesa o le viene bien para informar a otras personas, tengan en cuenta que, si se produce un accidente, en estos casos, el juez hará que prevalezca la Ley de Tráfico sobre la Ordenanza Municipal. 

Resumiendo:

  • Una persona montada en bicicleta siempre es conductora o conductor.
  • Circular por las aceras montando en bici, siempre está prohibido. Excepto que dentro de la acera exista un carril exclusivamente para ciclistas, no me gusta nada pero es perfectamente legal.
  • En un paso para peatones el ciclista carece de preferencia, salvo que se baje de la bici, la lleve de la mano y vaya andando. 
  • Para cruzar por un paso de peatones el ciclista debe bajar de la bicicleta y llevarla andando, caso en el que tendrá preferencia porque de este modo es peatón.
  • En las calles y zonas peatonales, salvo indicación expresa, circular en bicicleta está prohibido.
  • También hay un artículo en la Ley de Tráfico que dice que cuando un peatón circule por la acera llevando una bicicleta de la mano u objetos voluminosos, si entorpece al resto de peatones, debe bajarse de la acera e ir por la calzada. 
A continuación dejo unas fotos de una curiosa calle que hay en Gijón y cuyas características son muy peculiares. Si no la que más, sin duda es una de las calles más largas de la citada ciudad, perfectamente recta y con orientación Norte-Sur. Incomprensiblemente, para mí, la circulación está restringida en su calzada sólo a taxis, autobuses y bicicletas, aunque en algunos lugares, si hay garajes, los usuarios de los mismos tienen libre acceso a ellos, pero hay pocos y pequeños. En un tramo de unos 50 m, como mucho, pueden circular todo tipo de vehículos, pero siempre muy lentos porque han de hacer dos cambios de dirección a 90º consecutivos: uno para entrar y otro para salir. También circulan vehículos para servicios de emergencia y de servicios municipales.

Se especifica el garaje, bien.
Con todas las condiciones mencionadas, como bien pueden suponer, el nivel de tráfico en esta larga avenida es muy bajo y los conductores de automóviles que la utilizan son casi siempre profesionales. De hecho, en mi vida he visto una calzada más segura para andar en bici; bien, pues todos los días se puede ver a ciclistas  circulando por sus aceras impunemente. ¡No lo entiendo! Máxime, cuando encima las aceras no son excesivamente grandes, precisamente, y están llenas de árboles, farolas, señales, papeleras y marquesinas de autobuses; vamos, que aun sin peatones son incomodísimas para andar a lomos de una bicicleta. Pero sí que hay peatones, claro, y un alto porcentaje de avanzada edad, personas que nada más salir de su portal corren el riesgo de ser atropelladas. ¡No hay derecho! Cualquier caída que sufran supone para ellas ingreso en el hospital, del que difícilmente saldrán sin ninguna secuela y ver seriamente condicionada su “calidad de vida”, como se dice ahora.



Este es uno de los pocos tramos donde pueden circular todos lo vehículos, 
entre ambos giros hay menos de 50 m.

Antes hablé de impunidad porque conozco muy bien esa calle y nunca he visto a ningún tipo de policía ni tan siquiera invitarles a dejar la acera y circular por la calzada a pesar de los accidentes, sobresaltos y sustos que provocan esos ciclistas. No alcanzo a entender qué fin persiguen, la calle tiene doble sentido y, desde luego, se circula más rápido por la calzada. He visto a muchos andar como de paseo y mirando los escaparates al mismo tiempo, cosa que mal podrían hacer fuera de la acera; será esto: pura desidia y absoluta despreocupación por los demás. Primero yo, después yo y siempre yo, parece evidente que bastantes ciclistas entienden que las bicicletas son el medio ideal para expresar su egoísmo en estado puro. En tanto, al concejal de turno lo imagino dando órdenes no escritas a la Policía para que “dejen hacer”, todo sea por la “movilidad sostenible”, la “ecología” y un puñado de votos que se me antojan idénticos a las famosas treinta monedas de plata. Y mira que no me gusta pensar mal, pero, ya me dirán si no...

Calzada despejada y aceras con obstáculos.
Salir del portal, un riesgo cierto.
Puesto que estamos en verano con el mes de agosto en puertas y los automóviles se utilizan más en esta época, con pasajeros casi siempre y lejos de la “zona de confort” de muchos conductores, les invito a leer algunas entradas ya escritas sobre cómo disfrutar de sus coches sin soportar más inconvenientes que algún que otro atasco y dificultades para estacionar en ciertos lugares; pueden verlas aquí, aquí y aquí. También se me ocurre que, puesto que normalmente conduciremos más de lo habitual, bien se puede aprovechar a subir algún punto nuestro nivel como chóferes. 


AVISO 

Al hilo del último párrafo, me tomo la libertad de poner un anuncio en la misma entrada. Lo haré en el tamaño más pequeño posible, en la esquina superior izquierda y esperando que no les moleste, no obstante agradecería su opinión al respecto. 

Personalmente, me molesta encontrarme con anuncios de repente cuando estoy leyendo en un blog e interrumpiendo mi lectura, de hecho, salvo que me resulte muy interesante la dejo. Este del que les hablo no se mueve y enseguida se pierde de vista, es el mismo que está desde hace unos meses en la columna de la derecha, pero me he dado cuenta de que en los teléfonos móviles no se ve salvo que se seleccione “Ver versión web” al final del todo, cosa que imagino que rara vez se hace. Esta época es muy apropiada también para aprender más sobre carretera y coches, para encarar mejor otoño e invierno, y cualquier estación y recorrido. Gracias.

Esteban

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P. S.: He descubierto hoy (16-11-2015), gracias al enlace que Elisa Alòs envió en un comentario a la última entrada que tengo con esta fecha, unas recomendaciones muy buenas para evitar accidentes cuando vamos en bici. Hasta ahora, que yo recuerde, son las mejores que he leído, así pues las recomiendo muy encarecidamente si andan en bici, que las hagan llegar a cuantos ciclistas conocen y que también las tengan en cuenta si sólo conducen un coche, pues les hará ser más conscientes del peligro en el que pueden poner a un ciclista sin pretenderlo. Se las dejo aquí.

Entrada relacionada: ADELANTAMIENTO A CICLISTAS.


jueves, 23 de julio de 2015

DEBO AVISAR: CUIDADO CON MI LIBRO

Haciendo clic sobre la foto se amplía
y se pueden leer estas interesantes citas.
En esencia, el contenido de esta entrada es trasladar este mensaje: quien quiera comprar mi libro, por favor, que se asegure de que realmente compra mi libro, “Conducir sin miedo”. A secas, sólo con estas tres palabras y firmado con mi nombre y apellidos: Esteban Fernández Flórez. 

Hace unos meses ha salido otro libro al mercado con el mismo título que, aunque tiene un subtítulo bastante largo con el que teóricamente podría diferenciarse, de hecho, en cuanto he podido ver hasta ahora sobre él en Internet y en reseñas de medios de comunicación siempre se alude al mismo con las tres palabras que forman el título de mi libro: “Conducir sin miedo”. Tres palabras que son las que precisamente se destacan en la portada de forma tan notable que, prácticamente, impiden cualquier duda.

De un tiempo acá, varias personas se han puesto en contacto conmigo para preguntarme cómo podían hacerse con mi libro puesto que habían ido a una librería a buscarlo y sin querer se llevaron el que no querían, lo que lógicamente es muy fácil que ocurra, de ahí este aviso. 

El libro del que soy autor, en papel y por ahora, sólo lo distribuye un servidor. En su día fue distribuido durante varios años, pero muchas de las empresas que se dedicaban a este menester junto con la editorial que me lo publicó (Grafema) han cesado en su actividad por causa de la crisis.

En formato digital (ebook), sí está en canales habituales de distribución: lo tiene Publidisa a través de su portal Todoebook, Amazon y la librería de Apple. A continuación les dejo unas fotos de las portadas de ambos libros donde pueden apreciarse bien las diferencias.

Las fechas de nacimiento
 

El texto puede leerse mejor en estas fotos separadas
haciendo clic sobre ellas, tienen bastante más resolución.

Por más que todo este asunto sea totalmente ajeno a mi voluntad, lamento mucho la confusión creada y los perjuicios que pueda causar porque todos ustedes merecen sobradamente mi respeto y mi gratitud. Muchas gracias por su atención. 

Esteban

jueves, 16 de julio de 2015

"APRENDIENDO A CONDUCIR"

Fuente: www.fotogramas.es
Este es el fruto reciente que nos ofrece Isabel Coixet, una estupenda película que recomiendo vivamente. La he visto ayer y me ha gustado mucho. Es una película amable con una sobresaliente actuación de su protagonista. Nos invita a todos a reflexionar seriamente sobre cuestiones importantes y universales de la vida, tales como el amor, el matrimonio, el divorcio, el engaño, la mentira, la traición, la decepción, la amistad, la culpa, las contradicciones -tan humanas-, la fe, la religión. El dolor, las ganas de parar, desaparecer y destruirse uno mismo. La injusticia, en el sentido pleno de la conocida bienaventuranza: “Dichosos los perseguidos por causa de la justicia..."

Tampoco olvida cómo la tierra prometida no es tan acogedora ni solidaria como debiera, aunque siempre sea de agradecer que al menos ofrezca salvación inmediata y una oportunidad.

Oportunidad. Creo que esta palabra encierra un concepto clave en la propuesta de Coixet, pues a pesar de todas las tormentas y de la densa niebla, hay momentos en los que alguna nube se despeja lo bastante como para atisbar un luminoso horizonte que permite calibrar la brújula de nuevo, trazar otro rumbo y seguir adelante. Sin mirar atrás, como no sea para aprender, perdonar y perdonarnos. Buscando el modo de abrir otras puertas, a pesar de haber visto, cómo tan incomprensiblemente se cerraban todas las demás.

Es una gran película, vayan a verla si tienen ocasión. Si les gusta este blog, estoy casi seguro de que les gustará esta obra. Les dejo un pequeño adelanto aquí.

Y háganlo pronto, pues al menos en España, lamentablemente, las películas que no tienen un éxito muy grande y rápido de taquilla están muy poco tiempo expuestas en los cines. Aquellas suelen ser, ya saben, las que están llenas de vertiginosos efectos especiales, violencia explícita y gratuita y sexo animal protagonizado por humanos. En pocas palabras: la exhibición de la bestia en sus múltiples manifestaciones con el mensaje subliminal de invalidar el famoso principio de que el fin no justifica los medios.

Seguramente en pocas semanas estará disponible en vídeo, pero la envolvente oscuridad de un sala de cine que propicia tan perfectamente centrarse en la luz de la historia, no hay pantalla de televisión que la supere. Ni de lejos.

Isabel Coixet
Hasta ahora me han gustado todas las películas que he visto de esta directora.
Fuente: festivaldemalaga.com
En lo tocante a mi oficio, felicito a Isabel Coixet con todo mi entusiasmo porque ha captado y expresado magistralmente, me atrevería a decir, la esencia de lo que un buen profesor de autoescuela puede enseñar -y aprender-, y lo que un alumno puede aprender -y enseñar-. Libres ambos de obsesión alguna por el examen, llegando a este de un modo natural, sin forzar nada, siendo la consecuencia lógica de un buen aprendizaje y un entrenamiento suficiente.

También capta y refleja perfectamente el espíritu de esa maravillosa máquina que es el automóvil y cómo su buen manejo y lo que este exige nos abre caminos de vida que van mucho más allá de aprender a mover dos o tres pedales, una palanca y un volante. 

Para los profesores de autoescuela españoles esta película es una cura de humildad que nos viene como anillo al dedo. Recalco la nacionalidad porque no me atrevo a hablar de mis colegas de otros países ya que ignoro si tienen necesidad de la citada terapia, aunque tengo la impresión de que la precisan bastante menos que nosotros.

Respecto a si los examinadores necesitan ser más humildes, a parte de la obviedad de que habrá de todo, me pasa lo mismo que con mis colegas extranjeros: no lo sé. Un profesor sólo conoce a los examinadores de la Jefatura de Tráfico de la provincia en la que trabaja, quizá muy excepcionalmente los de alguna otra; en mi caso sólo Asturias y Vizcaya.

Lo que sí sé, sin ninguna duda, es de que estaría encantado de que en el examen práctico sólo fuesen en el coche el alumno y el funcionario examinador. Como se ve en la película -ambientada en Estados Unidos-, como se hace también en el Reino Unido y seguramente en bastantes países más.

No es nada raro que aprender a conducir sea el punto de partida de
importantes cambios en la vida de una persona.
Fuente: www.elperiodico.com
También sé y me consta que muchos funcionarios sienten horror sólo con pensarlo, pero me permito recordarles que sus homólogos españoles examinadores aéreos sí van solos con el alumno en el avión, y aunque no sea comparable el nivel del tráfico aéreo con el terrestre, despegar y aterrizar siempre es delicado, muy delicado; por contra, iniciar la marcha y estacionar con un coche no. 

Es curioso que ocupando el examen de circulación el tiempo en el que un profesor sufre el máximo estrés, nunca se haya planteado ningún grupo de mis colegas exigir a la DGT hacer los exámenes como en el Reino Unido, ¿acaso no es un país de “nuestro entorno” y esta expresión la que nunca falta cuando nos imponen algo que no nos gusta? Personalmente lo he dicho a mis compañeros siempre que tuve ocasión, que deberíamos reivindicar esto, teniendo siempre la decepcionante impresión de que me prestaban la misma atención que si hablase con una piedra.

domingo, 12 de julio de 2015

¡BON VOYAGE, JAVIER KRAHE!

¡Bon voyage, Javier Krahe!

Fuente: cultura.elpais.com
Me acabo de enterar de su partida y me da tristeza este adiós. Le admiraba, desde que le conocí allá por el pasado siglo; y siempre tuve la sensación que de haberse cruzado nuestros caminos hubiésemos sido buenos amigos.



Disfruté muchas veces su ingenio y su arte, buena parte de las mismas cantando con usted por los caminos de España entre ácidas risas, con gusto y con rabia, pues bien pienso que esta tierra nos dolía por las mismas causas. 


Playa de los Alemanes en Zahara de los Atunes, Cádiz.
No conozco este lugar todavía, pero a todo el mundo le he oído hablar bien,
hasta el punto de que algunos cuando lo visitan se quedan en él.
Aquí vivió y murió Javier Krahe.
Sustituyo con esta foto el vídeo que había puesto aquí porque no soporto la foto
que se queda en él de un exministro de triste y miserable memoria.
La canción sí que merece la pena, la tienen aquí.
Fuente: www.zaharaenlaweb.com
Le adornaba a usted, entre otras, la rara virtud a la que mi padre se refería como "ir con los defectos por delante". No engañaba. Permaneció fiel a si mismo, sin traiciones y sin prostituirse. Dio buen ejemplo de estas cosas, y le estoy muy agradecido. 

Quiero pensar que encontrará una dimensión tan auténtica como la suya. ¡Por Manitu!

¡Adiós y hasta siempre, señor Krahe! 


Esteban
P. D.: Si no se ven los vídeos directamente, podrán verse aquí y aquí.


viernes, 10 de julio de 2015

SAN CRISTÓBAL 2015

Hoy es un día especial y quiero publicar esta entrada antes de que termine. Hoy es el día de nuestro patrón, y creo que lo es independientemente de que manejemos automóviles o no, a fin de cuentas, el cuerpo humano no deja de ser un vehículo y hasta hace relativamente muy poco tiempo el único asequible para millones de personas desde que el ser humano pisa la faz de la Tierra. Todavía hoy, millones de personas solamente tienen sus piernas para poder moverse. En buena parte de España muchos somos testigos de cómo tantos recorren un largo camino andando en peregrinación a Santiago de Compostela.

Que el santo patrón les bendiga.
He leído alguna vez que los legionarios romanos no era raro que recorriesen del orden de 50 km en una jornada al tiempo que guerreaban, y que tampoco era extraño que algunos de ellos rondasen los 50 años. Toda una hazaña. Si ir tan lejos, recuerdo el asombro que me producía oír contar a mi abuela materna los viajes que hacía a Gijón desde la aldea en que nací para, llevando algo comestible que vender, traer “unes perruques”; unos cuarenta y cuatro kilómetros ida y vuelta, en el día, por supuesto. 

A todos.
Fuente: vector-magz.com
Tengo muy presente algo que me llenaba de indignación y rabia: en el camino había algún que otro fielato, al menos uno que yo recuerde. Una especie de check point se diría hoy seguramente, en el que había que pagar o sobornar al guardia de turno para poder pasar, so pena de quedarse sin mercancía. Siempre me ha parecido un abuso tremendo y nunca olvidé aquellas historias, que además me recordaba la garita que permaneció en ese lugar al pie de la carretera Carbonera hasta bastantes años después de yo empezar a conducir. 

También lo pido para el fruto de mi esfuerzo.
Son 805 folios y sin una sola foto, de momento.
Y hablando de conducir... debe ser un fuerte rasgo atávico de quienes detentan el poder eso de cobrar por moverse de un lugar a otro. Parece que el viajero induce desconfianza y temor; parecen pensar: ¿cómo se atreve a sentirse tan libre? ¿Por qué no echa raíces? Pues porque no soy un árbol para que me convierta en madera que cubra el suelo de su mansión y me pise. En fin, son diálogos, preguntas y respuestas que brotan en la imaginación. Pero eso no quita que los peajes y muchas multas, demasiadas, los vea como pasar por un abusivo e injusto fielato. Me desvío, perdón, retomo el rumbo. Pero no está mal, creo, pensar de cuando en cuando en estas cosas tan viejas, y tan actuales. Ser radical: buscar las raíces. 

En este edificio de Oviedo, que personalmente no me gusta, lo siento, pero
indudablemente es espectacular, además de un hotel, un centro comercial y no sé
que más, está la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Asturias
y en la misma, las oficinas del Registro de la Propiedad Intelectual.
Allí estuve esta mañana. Y debo decir, en honor a la verdad, que fui atendido con
mucha amabilidad, me informaron muy bien y me dedicaron tiempo sin ninguna prisa
contestando a todas mis preguntas. Así pues, ¡muchas gracias!
Les decía antes que este viernes, día de San Cristóbal, es un tanto especial. Pues además de recordar al patrón y pedir su bendición para ustedes y sus caminos de vida y de asfalto, para todos, vivan donde vivan, y también la pido para mi trabajo. Hoy, en Oviedo, he registrado mi segundo libro, aún queda faena para poder publicarlo, tampoco es el que tuve en mente cuando estaba con el primero, viene a ser el contenido de este blog, más o menos. Quise hacerlo bastante antes, pero a veces la vida nos sorprende con imperativas llamadas a nuestra atención, no obstante, hoy se me antojaba un día perfecto para que figurase su fecha en el documento del registro. Y anduve muy apurado en ese afán, de ahí que me haya retrasado tanto en responder los comentarios que tengo pendientes. Perdón. Y gracias siempre por la atención y paciencia que me dedican, eso ya es una bendición.

lunes, 6 de julio de 2015

CÓMO ADELANTAR EN AUTOPISTA

O en autovía, que para el caso es lo mismo; o en carreteras similares: dos calzadas, una por sentido, y por lo menos con dos carriles en cada una. Antes de continuar, quiero dar un aviso: el texto que sigue a continuación es la segunda parte de la entrada que publiqué dos más atrás el pasado 27 de junio. Pero me ha parecido importante separarlo, sobre todo en esta época en la que se utilizan mucho más estas carreteras y durante mucho más tiempo, teniendo en cuenta además que muchos conductores confían excesivamente en lo fácil que es manejar por las mismas y bajan mucho la guardia. No obstante, hay recordatorios que casi nunca sobran, ¿verdad?

¿Verdad que esto invita a... "fluir", sin más?
Pensando poco o nada, sin responsabilidad, sin tomar decisiones...
Fuente: Google Maps
INFO CURSOS Y LIBROS: AQUÍ AQUÍ.

Por otra parte, circulando sobre 100-120 km/h de seguido se percibe como una velocidad baja, pero ante cualquier problema, si nos dejamos distraer y no lo percibimos con suficiente antelación nos quedaremos sin tiempo de reacción. Disculpen, pero lo repito: sin atención y sin pensar el tiempo de reacción puede ser fácilmente nulo, no existir. Ser igual a cero. En las dos primeras fotos, creo que se puede apreciar esto bien. Les invito a comparar una y otra y las primeras impresiones que les han causado ambas.

Imaginemos que estamos circulando por autopista, que no hay más límite que el genérico (120 km/h), que vamos por el carril de la derecha (tal como indica la norma con toda lógica) y que sólo lo dejaremos durante el menor tiempo posible y cuando tengamos una buena razón para ello:  una bifurcación que nos obliga a dejar el carril para seguir nuestra ruta o un vehículo que circula más lento delante de nosotros (lo más habitual); pongamos que es un autobús (irá a 100 km/h) y comenzamos a pensar en adelantarle. 

Cualquier maniobra debe ser planteada con suficiente antelación, más un adelantamiento y más aún cuanto más rápido se circule. Incluso en calzadas de sentido único. Esto es muy importante. Yo siempre comienzo a pensar en adelantar en cuanto veo a alguien circulando más lento, aunque luego decida no hacerlo porque vea o sepa que delante del autobús, por ejemplo, está próximo un túnel con límite en 90, que yo respeto, pero el autobús seguramente no; luego para no llevarlo pegado detrás de mí o que tenga que adelantarme, mejor igualo mi velocidad con la suya poco a poco, mantengo distancia y espero. 

Y si el autobús baja a 90, o se trata de un camión que no excede esta velocidad, tampoco le adelanto, pues carece de sentido alguno que me ponga delante de alguien para ir a su misma velocidad. Es ilógico. Y gratuitamente peligroso.

¿Verdad que esto invita a coordinarse y pensar?
A observar, prevenir, decidir estar a salvo del peligro aunque surja.
¡Esto es conducir!  

Y luego hay quien dice que se aburre... Nunca lo entendí.
Fuente: Google Maps
En cuanto comienzo a pensar en adelantar observo el carril izquierdo con mucha más frecuencia. Si hay buena visibilidad en un espacio claramente grande con ese carril vacío, empiezo a determinar con la mayor precisión posible en qué punto haré el cambio de carril al tiempo que voy aumentando la velocidad en el que estoy. Reitero las observaciones del carril izquierdo, si sigue igual (sin nadie) señalizo la maniobra, vuelvo a mirar, lo ocupo progresivamente, aumento más la velocidad, rebaso, observo, señalizo, observo, vuelvo a la derecha, compruebo que tengo buena distancia con el vehículo adelantado, ajusto mi velocidad recuperando mi ritmo de marcha (superior al del vehículo adelantado, si no la maniobra carece de sentido, pero inferior a la velocidad del adelantamiento) y listo. 

Si en tanto estoy observando el carril izquierdo, y sin ocuparlo, veo que alguien que circula detrás de mí inicia el adelantamiento (lo señalice o no) espero, y en el mejor de los casos salgo detrás de él. 

Si en el carril izquierdo veo un vehículo, incluso muy lejos, espero a comprobar la diferencia de velocidad que lleva conmigo. Puede ser superior, igual o inferior. Pero tengo que saberlo. Se teme mucho a un choque frontal y apenas se da importancia a una colisión por alcance, cuando en realidad, ambas pueden ser igual de letales.

En un momento concreto, al vehículo que estoy viendo a lo lejos en el carril izquierdo mi perspectiva le da un determinado tamaño. Si este aumenta, es que va más rápido que yo; si aumenta muy rápido, es que va mucho más rápido que yo; si se mantiene el tamaño, vamos a la misma velocidad; y si se reduce es que va más lento con respecto a mí, en cuyo caso no tendré ningún problema por desplazarme al carril que él ocupa; tampoco si vamos a igual velocidad -salvo que esté próximo-, porque en este caso es mejor esperar para no asustarle. Todas estas observaciones suelen parecer muy complicadas, pero de hecho no lo son si nos entrenamos; y este entrenamiento podemos hacerlo de forma sistemática cada vez que nos ponemos al volante, queramos adelantar o no.

Me da igual cómo vaya el motorista,
si el coche rojo se cruza en su trayectoria, para mí es un acto criminal y homicida.
Se pueden provocar accidentes sin que los vehículos se toquen. ¡Cuidado!
Fuente: www.motociclismo.es
Punto de no retorno o cuando abortar la maniobra ya es imposible. Es muy importante determinarlo con mucha precisión antes de realizar ningún adelantamiento, porque evidentemente, podemos errar en alguno de los cálculos de distancias y velocidades, cosa que bien puede suceder por distraernos inoportunamente alguna de las personas que nos acompañan, o el sonido que nos avisa de un mensaje o llamada en el teléfono que debíamos de haber dejado en el maletero y en modo “avión” o en “silencio”, o por mil razones más. 

Lo que es seguro es que nos vamos a dar cuenta del error a nada que miremos por el retrovisor interior, o por los destellos o toques de bocina que el otro conductor nos dedique; y con razón, por más que esa persona circule muy por encima da la velocidad máxima permitida y nosotros vayamos justo en el límite, ¿acaso queremos dejar que nos rompa el cuello y nos quedemos tetrapléjicos de por vida? 

Ni por un instante debemos pensar: “yo voy bien, allá él, que frene...” ni cosas por el estilo. Sólo hay que centrarse en volver a ocupar el espacio que dejamos a la derecha (si aún está libre, lo más probable, pero hay que verlo) sin bajar velocidad (para evitar el alcance) y frenando en cuanto estemos en la derecha para no chocar con el vehículo al que íbamos a adelantar; no hará falta mucho, basta con igualar su velocidad. Bien, pues hay un punto -para cada circunstancia concreta- a partir del cual es imposible hacer esto. 

Si hemos rebasado ese punto, sólo queda acelerar a fondo hasta poder recogernos en la derecha para que el conductor cuya trayectoria hemos interceptado pueda igualar su velocidad con la nuestra y evite el alcance. ¿Les suena aquello de que a la hora de adelantar es necesario tener engranada la marcha adecuada con antelación y asegurarse así una reserva de potencia? Pues con sentido único también puede ser vital.

Si andando por la acera ni se nos ocurre estorbar a quien va más rápido...
¿Por qué en la carretera sí, asumiendo peligros que pueden tener consecuencias
absolutamente irreparables?
Fuente: www.werunbarcelona.com
Ahora, rebasar el punto de no retorno y tener problemas supone haber cometido un error de apreciación de grueso calibre; o una cadena de errores, o no haber mirado siquiera, o, lo que desgraciadamente es mucho más habitual: empecinarnos en hacer una maniobra con alto riesgo de accidente convirtiéndonos en casi absolutamente dependientes de las decisiones que tome una persona a la que ni tan siquiera conocemos y además estamos importunando, cuando no poniendo en peligro, arriesgando nuestra salud y vida en tan absurdo y gratuito empeño, y lo que es peor, la de los familiares y amigos que llevamos, sin olvidar a los ocupantes del vehículo delante del cual nos cruzamos.

Aunque la carretera tenga más de dos carriles en el mismo sentido no debemos obligar a nadie a desplazarse.
  1. Porque no tenemos ningún derecho a hacerlo.
  2. Porque igual el otro conductor no puede hacerlo.
  3. Porque, aunque pueda, quizá le hemos asustado tanto, que verse obligado a frenar fuerte, girar a la izquierda, a la derecha, y recto, le lleva a perder el control y acaba provocando un accidente en el que seguramente nos veremos implicados.
Otra cosa es que, cuando todavía estamos en el carril derecho, el otro conductor decida irse al tercer carril. Bien, sin problema si es porque él lo decide, nunca porque nosotros le obliguemos

Hacer todo esto es más fácil de lo que parece, sin salir de la autoescuela hay alumnos que logran hacerlo muy bien, y los que no lo consiguen es porque no se dan tiempo. Por otro lado, la forma correcta de actuar en esta y otras maniobras parte de sentir un profundo respeto por los derechos, salud y vida de los demás. Y por sentir lo mismo por el deber, salud y vida propios. Sin esta condición, ¿cómo vamos a respetar a nadie?