lunes, 6 de julio de 2015

CÓMO ADELANTAR EN AUTOPISTA

O en autovía, que para el caso es lo mismo; o en carreteras similares: dos calzadas, una por sentido, y por lo menos con dos carriles en cada una. Antes de continuar, quiero dar un aviso: el texto que sigue a continuación es la segunda parte de la entrada que publiqué dos más atrás el pasado 27 de junio. Pero me ha parecido importante separarlo, sobre todo en esta época en la que se utilizan mucho más estas carreteras y durante mucho más tiempo, teniendo en cuenta además que muchos conductores confían excesivamente en lo fácil que es manejar por las mismas y bajan mucho la guardia. No obstante, hay recordatorios que casi nunca sobran, ¿verdad?

¿Verdad que esto invita a... "fluir", sin más?
Pensando poco o nada, sin responsabilidad, sin tomar decisiones...
Fuente: Google Maps
INFO CURSOS Y LIBROS: AQUÍ AQUÍ.

Por otra parte, circulando sobre 100-120 km/h de seguido se percibe como una velocidad baja, pero ante cualquier problema, si nos dejamos distraer y no lo percibimos con suficiente antelación nos quedaremos sin tiempo de reacción. Disculpen, pero lo repito: sin atención y sin pensar el tiempo de reacción puede ser fácilmente nulo, no existir. Ser igual a cero. En las dos primeras fotos, creo que se puede apreciar esto bien. Les invito a comparar una y otra y las primeras impresiones que les han causado ambas.

Imaginemos que estamos circulando por autopista, que no hay más límite que el genérico (120 km/h), que vamos por el carril de la derecha (tal como indica la norma con toda lógica) y que sólo lo dejaremos durante el menor tiempo posible y cuando tengamos una buena razón para ello:  una bifurcación que nos obliga a dejar el carril para seguir nuestra ruta o un vehículo que circula más lento delante de nosotros (lo más habitual); pongamos que es un autobús (irá a 100 km/h) y comenzamos a pensar en adelantarle. 

Cualquier maniobra debe ser planteada con suficiente antelación, más un adelantamiento y más aún cuanto más rápido se circule. Incluso en calzadas de sentido único. Esto es muy importante. Yo siempre comienzo a pensar en adelantar en cuanto veo a alguien circulando más lento, aunque luego decida no hacerlo porque vea o sepa que delante del autobús, por ejemplo, está próximo un túnel con límite en 90, que yo respeto, pero el autobús seguramente no; luego para no llevarlo pegado detrás de mí o que tenga que adelantarme, mejor igualo mi velocidad con la suya poco a poco, mantengo distancia y espero. 

Y si el autobús baja a 90, o se trata de un camión que no excede esta velocidad, tampoco le adelanto, pues carece de sentido alguno que me ponga delante de alguien para ir a su misma velocidad. Es ilógico. Y gratuitamente peligroso.

¿Verdad que esto invita a coordinarse y pensar?
A observar, prevenir, decidir estar a salvo del peligro aunque surja.
¡Esto es conducir!  

Y luego hay quien dice que se aburre... Nunca lo entendí.
Fuente: Google Maps
En cuanto comienzo a pensar en adelantar observo el carril izquierdo con mucha más frecuencia. Si hay buena visibilidad en un espacio claramente grande con ese carril vacío, empiezo a determinar con la mayor precisión posible en qué punto haré el cambio de carril al tiempo que voy aumentando la velocidad en el que estoy. Reitero las observaciones del carril izquierdo, si sigue igual (sin nadie) señalizo la maniobra, vuelvo a mirar, lo ocupo progresivamente, aumento más la velocidad, rebaso, observo, señalizo, observo, vuelvo a la derecha, compruebo que tengo buena distancia con el vehículo adelantado, ajusto mi velocidad recuperando mi ritmo de marcha (superior al del vehículo adelantado, si no la maniobra carece de sentido, pero inferior a la velocidad del adelantamiento) y listo. 

Si en tanto estoy observando el carril izquierdo, y sin ocuparlo, veo que alguien que circula detrás de mí inicia el adelantamiento (lo señalice o no) espero, y en el mejor de los casos salgo detrás de él. 

Si en el carril izquierdo veo un vehículo, incluso muy lejos, espero a comprobar la diferencia de velocidad que lleva conmigo. Puede ser superior, igual o inferior. Pero tengo que saberlo. Se teme mucho a un choque frontal y apenas se da importancia a una colisión por alcance, cuando en realidad, ambas pueden ser igual de letales.

En un momento concreto, al vehículo que estoy viendo a lo lejos en el carril izquierdo mi perspectiva le da un determinado tamaño. Si este aumenta, es que va más rápido que yo; si aumenta muy rápido, es que va mucho más rápido que yo; si se mantiene el tamaño, vamos a la misma velocidad; y si se reduce es que va más lento con respecto a mí, en cuyo caso no tendré ningún problema por desplazarme al carril que él ocupa; tampoco si vamos a igual velocidad -salvo que esté próximo-, porque en este caso es mejor esperar para no asustarle. Todas estas observaciones suelen parecer muy complicadas, pero de hecho no lo son si nos entrenamos; y este entrenamiento podemos hacerlo de forma sistemática cada vez que nos ponemos al volante, queramos adelantar o no.

Me da igual cómo vaya el motorista,
si el coche rojo se cruza en su trayectoria, para mí es un acto criminal y homicida.
Se pueden provocar accidentes sin que los vehículos se toquen. ¡Cuidado!
Fuente: www.motociclismo.es
Punto de no retorno o cuando abortar la maniobra ya es imposible. Es muy importante determinarlo con mucha precisión antes de realizar ningún adelantamiento, porque evidentemente, podemos errar en alguno de los cálculos de distancias y velocidades, cosa que bien puede suceder por distraernos inoportunamente alguna de las personas que nos acompañan, o el sonido que nos avisa de un mensaje o llamada en el teléfono que debíamos de haber dejado en el maletero y en modo “avión” o en “silencio”, o por mil razones más. 

Lo que es seguro es que nos vamos a dar cuenta del error a nada que miremos por el retrovisor interior, o por los destellos o toques de bocina que el otro conductor nos dedique; y con razón, por más que esa persona circule muy por encima da la velocidad máxima permitida y nosotros vayamos justo en el límite, ¿acaso queremos dejar que nos rompa el cuello y nos quedemos tetrapléjicos de por vida? 

Ni por un instante debemos pensar: “yo voy bien, allá él, que frene...” ni cosas por el estilo. Sólo hay que centrarse en volver a ocupar el espacio que dejamos a la derecha (si aún está libre, lo más probable, pero hay que verlo) sin bajar velocidad (para evitar el alcance) y frenando en cuanto estemos en la derecha para no chocar con el vehículo al que íbamos a adelantar; no hará falta mucho, basta con igualar su velocidad. Bien, pues hay un punto -para cada circunstancia concreta- a partir del cual es imposible hacer esto. 

Si hemos rebasado ese punto, sólo queda acelerar a fondo hasta poder recogernos en la derecha para que el conductor cuya trayectoria hemos interceptado pueda igualar su velocidad con la nuestra y evite el alcance. ¿Les suena aquello de que a la hora de adelantar es necesario tener engranada la marcha adecuada con antelación y asegurarse así una reserva de potencia? Pues con sentido único también puede ser vital.

Si andando por la acera ni se nos ocurre estorbar a quien va más rápido...
¿Por qué en la carretera sí, asumiendo peligros que pueden tener consecuencias
absolutamente irreparables?
Fuente: www.werunbarcelona.com
Ahora, rebasar el punto de no retorno y tener problemas supone haber cometido un error de apreciación de grueso calibre; o una cadena de errores, o no haber mirado siquiera, o, lo que desgraciadamente es mucho más habitual: empecinarnos en hacer una maniobra con alto riesgo de accidente convirtiéndonos en casi absolutamente dependientes de las decisiones que tome una persona a la que ni tan siquiera conocemos y además estamos importunando, cuando no poniendo en peligro, arriesgando nuestra salud y vida en tan absurdo y gratuito empeño, y lo que es peor, la de los familiares y amigos que llevamos, sin olvidar a los ocupantes del vehículo delante del cual nos cruzamos.

Aunque la carretera tenga más de dos carriles en el mismo sentido no debemos obligar a nadie a desplazarse.
  1. Porque no tenemos ningún derecho a hacerlo.
  2. Porque igual el otro conductor no puede hacerlo.
  3. Porque, aunque pueda, quizá le hemos asustado tanto, que verse obligado a frenar fuerte, girar a la izquierda, a la derecha, y recto, le lleva a perder el control y acaba provocando un accidente en el que seguramente nos veremos implicados.
Otra cosa es que, cuando todavía estamos en el carril derecho, el otro conductor decida irse al tercer carril. Bien, sin problema si es porque él lo decide, nunca porque nosotros le obliguemos

Hacer todo esto es más fácil de lo que parece, sin salir de la autoescuela hay alumnos que logran hacerlo muy bien, y los que no lo consiguen es porque no se dan tiempo. Por otro lado, la forma correcta de actuar en esta y otras maniobras parte de sentir un profundo respeto por los derechos, salud y vida de los demás. Y por sentir lo mismo por el deber, salud y vida propios. Sin esta condición, ¿cómo vamos a respetar a nadie?

22 comentarios:

  1. ¿Cómo estás, amigo Esteban?

    Como ya es habitual en mí, lo primero es pedirte mis disculpas por mi tardanza en la visita a tu magnífico blog y que ya sabes mi alta valoración sobre el mismo, pues tu extraordinaria y gratuita labor es muy de agradecer.

    Como siempre, es un gran placer poder saludarte y transmitirte mis más sinceros deseos de que estés bien, al mismo tiempo que continuaré, como no podía ser menos, aprovechando tus magníficas enseñanzas.

    Un fuerte abrazo, amigo y hasta muy pronto….

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Andrés!

      Estoy bien, gracias. Y espero que también tú lo estés.
      Acepto tus disculpas a condición de que me permitas hacerlas mías y presentártelas. A veces la vida nos llama con imperativa insistencia, cantos de sirena incluidos, y altera las frecuencias de los encuentros, pero creo que cuando se conecta con una persona siempre se la siente y no tiene cabida el olvido.

      Por otra parte, estos encuentros (por más virtuales que sean) no están reñidos con la esencia de su autenticidad. Así que hundo mis manos en estas raíces para hacerte llegar mi fuerte abrazo, amigo.
      Gracias siempre. Hasta pronto.

      Eliminar
  2. Una entrada con muchas enseñanzas, tanto para circular por la carretera como el ejemplo que se pone al movernos por la acera.
    Está claro que debemos facilitar la circulación, los adelantamientos... y así se evitarían muchos contratiempos. Siempre es mejor prevenir que curar.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahí está la clave, Manuel, si señor: prevenir. Y para ello hay que imaginar situaciones una y otra vez, buscar las soluciones para cada una y tenerlas preparadas para cuando nos encontremos con ellas. De ese modo se actuará bien automáticamente evitando muchos contratiempos (como bien dices), que a veces pueden ser irreparables.
      Gracias por tu visita y tus palabras, amigo.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Estimado Esteban: Apuesto a que el coche de la izquierda lleva control de crucero y que no va a bajar la velocidad en el túnel a no ser que sepa que hay radar...desde luego lo que no va a hacer es cambiar a la derecha.
    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues seguramente la ganas, estimada Elisa, pero me gustaría que no fuese así. Sobre todo en cuanto a lo del control de crucero, sería un peligro en esa situación; sin embargo, si ese coche circula con buena diferencia de velocidad a su favor con respecto a los que van por la derecha y no molesta a nadie que le siga, no hay peligro.
      Otra cosa es lo del radar, los túneles son lugares muy tentadores para ponerlos, normalmente es fácil esconder un coche antes, durante o después.
      ¡Saludos!

      Eliminar
    2. Estimado Esteban: Pues yo creo que cada vez convergemos más a la conducción 'piñón fijo', cómoda y sin multas. Saludos!

      Eliminar
    3. ¡Pero es soporífera! Es un peligro, no me gusta, es una trampa; en cuanto surja un problema se produce un accidente en cadena, y psicológicamente, la mayoría de los conductores que circulan así "no están" en la carretera. Ya sé que sabes todo esto, pero tengo que decirlo.
      ¡Saludos!

      Eliminar
    4. Es soporífera, aburrida, poco fluida y mucho más peligrosa de lo que parece. Pero está aquí y ha llegado para quedarse.
      No sé cómo lo percibes tú, pero yo sinceramente creo que tanto spot con imágenes dramáticas ha dado resultado: la gente tiene miedo al coche y a la responsabilidad de ponerse al volante (mucho más que a otras actividades igual o más peligrosas). Sinceramente creo que la mitad de la población europea tiene algún grado de amaxofobia (un buen porcentaje ni va a pisar nunca la autoescuela). Así que la gente tiende a conducir cómo le parece que es más seguro: con un coche 'seguro', por el centro y lento, mientras esperamos que llegue lo de la conducción autónoma. Y eso si es que no queda más remedio que conducir. ¿Que los jóvenes no tienen interés en los coches? Pues cómo lo van a tener. Yo he crecido con esos spots. Supongo que si desde los 5 años de edad vieras en la TV anuncios de gente ahogándose, pues luego no querrías ir nunca a la playa, con toda lógica.
      Saludos!

      Eliminar
    5. Totalmente de acuerdo, es lo que suelo llamar "el miedo institucional", y seguro que hace mella, sin ninguna duda. Hace tiempo que sostengo que son casi el 100% de los alumnos los que tienen miedo, en mayor o menor grado; una cosa es lo que se comenta entre amigos y otra lo que se siente al volante.
      Comparto esa impresión de que parece que estemos en un paréntesis hacia la conducción autónoma, aunque sigo sin verlo, quedan muchos problemas por resolver, pero parece que la mayoría de la gente está dispuesta y es lo que más me sorprende y temo.
      Ahora, también hay una diferencia abismal entre el tráfico en los alrededores de las grandes ciudades y en carretera, en cuanto sales del área de influencia de las urbes, está vacío, Elisa, salvo unos pocos días al año, pero ya se viaja muy poco por carretera y la mayoría de las personas sólo ven los inconvenientes de la ciudad.
      Por cierto, esto enlaza con USA, cuando vi en qué se convertía la A-8 en los alrededores de Bilbao a cuenta del límite de 80 y un montón de radares, entendí perfectamente porqué los americanos prefieren coches grandes y altos: para ir tipo tren es mucho más cómodo, y también se entiende que tomen café y hablen por teléfono a bordo, si no les dejan conducir algo tendrán que hacer. En fin. Muy acertado tu comentario.
      Bona nit!

      Eliminar
    6. No te sorprenda. La conducción autónoma se ve como la 'liberación' de poder ser el culpable de esos desastres que vemos en la TV desde que éramos niños. Y tampoco creo que tenga mucho que ver con si es ciudad o carretera, en esos spots salían muchos desastres en carretera.
      En el subconsciente colectivo, y muy especialmente el de las nuevas generaciones, conducir es un riesgo a evitar.
      Saludos!

      Eliminar
    7. ¡Ay! Qué rabia me da que tengas razón en esto, Elisa. Pero aún conservo algunas esperanzas, a ver...
      Bona nit!

      Eliminar
  4. Siempre aprendo en tu espacio,muy interesante entrada,te deseo feliz verano ,saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro mucho, Amatista. Es lo que más me importa, que esto sea útil y lo hagáis vuestro. Te agradezco mucho que me lo hagas saber.
      ¡Feliz verano!
      ¡Saludos y hasta pronto!

      Eliminar
  5. Otra gran entrada, muy didáctica. ¡Gracias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias a ti, Alfredo!
      Que tengas una buena semana.
      ¡Saludos!

      Eliminar
  6. Aconsejas siempre en la ruta
    con amigo
    en la vida
    y eso te hace especial!!!
    Porque hablas no obligas haciéndonos sentir siempre bien cuando comentas o escribes
    Buen fin de semana
    abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias, Mucha!
      Me alegra mucho saber que se note que no me gusta obligar ni prohibir. Que prefiero mostrar y convencer, mejor dicho, que sea la otra persona la que se convenza así misma en base a argumentos sobre hechos. De la discusión puede salir luz, y el sueño de la razón no tiene porqué engendrar monstruos, ¿verdad?
      También creo que hay muchas analogías entre los caminos de vida y los de asfalto.
      Que tengas una buena semana.
      Un abrazo.

      Eliminar
  7. Aunque muchos meses después, como sufridora de una amaxofobia moderada (me puedo montar en el coche y ponerlo en marcha, pero circular ya me supera), tengo una pregunta: ¿qué hacemos cuando se está incorporando alguien por la derecha?
    Por ejemplo, donde vivo, hay una autovía que tiene un tercer carril a la derecha para vehículos lentos, ya que es un tramo en cuesta y los camiones van más despacio de lo normal. Llega un momento en que la cuesta se acaba, y los camiones han de incorporarse de nuevo al terminarse el carril "lento". ¿Cómo hacemos estando nosotros a la derecha?
    En la autoescuela me reprendieron una vez por apartarme a la izquierda, diciendo que debía mantenerme a la derecha "que ya los coches se apañarían" y que a mi me resultaría una complicación volver a mi carril derecho. Pero en sitios como esta autovía que comento, no apartarse me parece un peligro, puesto que hay costumbre de "yo me incorporo y el de detrás que se aguante, que a mi se me acaba el carril".
    Puede parecer una tontería, pero si algo me da miedo de conducir, sin duda son los adelantamientos y las incorporaciones.
    Gracias por este blog, que tanto intenta ayudar a los que vemos el volante como el hijo mismo del demonio :p

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimada anónima:
      En primer lugar, mis disculpas por el retraso y muchas gracias por tu atención y tus palabras hacia mi trabajo.
      En realidad puedo contestar tus preguntas con una sola palabra: coordinación. Esa es la clave. Y no, no me parece ninguna tontería que te preocupen las incorporaciones, son causa de muchos problemas y situaciones críticas muy frecuentemente. No en vano, nos pueden acercar con mucha facilidad a una de las principales causas de los accidentes: que dos vehículos intenten ocupar el mismo lugar del espacio. La otra son las salidas de la vía, pero estas dependen casi totalmente de nosotros.
      Sirva como breve adelanto lo dicho, pues en la próxima entrada me explicaré con más detalle apoyándome en algunas fotos que aquí no puedo poner. Ya estoy en ello, intentaré publicarla hoy, si no estará lista mañana.
      Dices que circular te supera, entiendo que te refieres a moverte entre el tráfico, puedo ayudarte. Si quieres puedes escribirme aquí mismo o a este correo: esteban@conducirsinmiedo.es También te dejo dos enlaces que te serán útiles, igual los conoces, pero por si acaso...
      http://conducirsinmiedo.blogspot.com.es/2011/07/las-raices-del-miedo-conducir-uno-mismo.html
      http://conducirsinmiedo.blogspot.com.es/2011/07/las-raices-del-miedo-conducir-los-otros_17.html

      Me has hecho reír (gracias) con eso de ver a los coches como hijos del mismo demonio; es que sólo nos muestran, subrayan y repiten incansablemente lo malo de las cosas, la cruz de las monedas, pero la cara creo que siempre tiene mayor superficie, que hay más bueno que malo (en todo), si no estaríamos muchísimo peor. Los demonios los llevamos dentro todos, pero podemos tenerlos bien sujetos, y también llevamos ángeles. ¡Ánimo!
      Saludos y hasta pronto.

      Eliminar
    2. ¡Hola Esteban!!!

      Bueno es una entrada de lo más completa y llena de sabiduría: a mí me cuesta leer pues andan las cataratas no las de un salto de agua, sino las de mis ojos que me la juegan... Y luego que no entiendo de coches ni de conducción, aunque si conduzco, otras cosas...

      Mas igualmente me agrada leerte, lo que pasa es qué, ando escasa de tiempo y por otra parte debo reducir me estancia aquí en mi ordenador.

      Luego perdóname el no pasar con más frecuencia, pero jamás olvido a las buenas personas y eres uno de esas,un buen chico y un maestro sensacional. Mi enhorabuena, Esteban.

      Te dejo mi gratitud y mi estima siempre.
      Un abrazo grande con mis mejores deseos de felicidad de paz amor y armonía, para estas fiestas que se avecinan y no solo éstas! Sino todos los días de la vida a lado de los tuyos.
      Que el nuevo año te sea muy propicio y todos tus deseos -sueños, se vean realizados.

      Estaban, se muy muy feliz ahora y siempre.

      Chauuuu. Marina.

      Eliminar
    3. ¡Hola Marina!
      Siento mucho lo de tus cataratas. Y por supuesto nada tengo que perdonarte, estaría bueno. Me he quedado así un poco... no sé, me da mucha rabia. Pero tengo mucha esperanza en que se pueda solucionar, no soy médico, pero hoy en día, parece que las operaciones de cataratas dan buen resultado. Aunque igual te hacen esperar mucho, y entre tanto... Bueno, pues aunque agradezco siempre y con el alma ese soplo tan fresco y alegre que siempre me haces llegar con sabor atlántico y olas de cariño, por favor, cuídate todo lo que puedas y no te esfuerces por mí lo más mínimo, ya estaremos en contacto de otro modo.
      Agradezco también tus preciosos deseos, y voto lo mismo para vos y los tuyos.

      Un abrazo muy fuerte, amiga. Mucho ánimo y hasta pronto.


      Eliminar