lunes, 17 de agosto de 2015

CÓMO ATRAPAR LAS DICHOSAS GAFAS

Sí, esas en las que están pensando, esas tan carísimas -según la DGT-, esas que, según afirma el citado organismo en recientes mensajes, nos harán verlo todo negro eternamente sólo con el intento de alcanzarlas. Pero tampoco nos dan otra opción, porque si no las ponemos, nuestro futuro paisaje inmediato puede ser el mismo y en él no veremos ninguna luz al final del túnel sino una luz cegadora justo antes de entrar en él.

¡Pero sí que hay solución! Fácil, al alcance de todos, tan sencilla que ni se me había ocurrido escribir sobre ello, aunque seguramente convenga hacerlo, sobre todo desde que la DGT ha emitido tan sobrecogedor y terrorífico anuncio. Parece que actúan a modo de una supuesta y perversa empresa farmacéutica: propagan la infección y ni venden ni dan el antibiótico. Y lo que es peor, se guardan la vacuna, la prevención, la evitación del riesgo. Y la tienen, en sus manos, una trinidad perfecta: educación, formación y evaluación. Con plenas competencias. No hay excusas, damas y caballeros de la Dirección General de Tráfico, y me refiero a sus máximos responsables, claro está.

Me niego a propagar el miedo como hace la DGT,
por eso no pongo el vídeo al que pertenece esta foto.
Fuente: www.warrenfilms.es
Pero sí que podemos llegar a esas gafas sin correr ningún riesgo evitando deslumbramientos y reflejos, llevando los ojos más descansados, conduciendo con menos fatiga y sin angustia. Parece que las autoridades de tráfico que padecemos pretenden que vayamos sentados al volante como seres sin vida, sin movernos, absolutamente quietos, rígidos, almidonados... cualquier día nos contarán que ni pestañeemos, porque en ese tiempo recorreremos no sé cuántos metros a ciegas y nunca más volveremos a ver ni sentir nada. No puedo evitar, cuando veo y escucho estas últimas campañas de Tráfico, que lleguen desde mi recuerdo aquellos conocidos versos: “Amarrado al duro banco/De una galera turquesa...” de Luis de Góngora. Les dejo el poema completo aquí

¿Así quieren que vayamos conduciendo, inmovilizados por las cadenas de miedo e imágenes de horror que fijan en nuestras retinas impidiendo que veamos la carretera? Suelten lastre, tiren por la borda la publicidad negativa, límpiense los ojos, apoyen bien su espalda en el asiento, levanten algo cabeza y vista. ¡Vean! Y actúen en consecuencia, neutralicen el miedo que el Gobierno nos inculca tan persistentemente, así: observen dónde están y lo que les rodea, sean previsores, anticípense, defiendan su territorio: posición y velocidad; pero sin fiereza ni agresividad, incluso cediendo a veces momentáneamente con una pequeña variación de velocidad, ¿para qué arriesgar? 

Les dije que les diría qué hacer para coger las gafas, voy con ello: imagine que sus ojos son una magnífica cámara de vídeo que, además, puede hacer fotos a la vez que graba y que ambos tipos de imágenes pasan por un procesador maravilloso (su cerebro). Piense que está en una carretera -del tipo que sea- cuando vea un tramo recto sin nadie a la vista delante ni detrás (o lejos y a velocidades constantes), haga una foto, decida con qué mano es más fácil llegar a las gafas, haga que su cerebro ordene a la mano que queda en el volante que mantenga la trayectoria para el tramo de la foto que acaba de hacer, al mismo tiempo que el mismo órgano manda al pie derecho mantener la velocidad, o bajarla ligeramente, tome las gafas; ya están en su mano, compruebe que las circunstancias siguen ausentes de posibles problemas y ponga las gafas. Ya está. Recupere velocidad, si es necesario y se puede, y siga en ruta. 

Conviene aprovechar muy bien los huecos para colocar objetos.
Fuente: www.km77.com
Si las circunstancias hubiesen cambiado, respecto a la foto fija, cuando ya tiene las lentes en su mano, puede esperar a ponérselas; puede volver con la mano que las sujeta y sin soltarlas al volante; puede, también, si es necesario, soltarlas entre sus piernas en la banqueta del asiento, trabajar bien con ambas manos en el volante y hacer una nueva foto fija cuando sea posible repitiendo el proceso para llevar las gafas a su cara. Es decir, se puede hacer en distintos tiempos si es necesario, y no tienen porqué ser dos, pueden ser más.

Este proceso es el que vengo haciendo desde hace muchos años cuando necesito hacerme con algún objeto que llevo en el coche (o manipular la radio) mientras voy conduciendo, como un chicle, una galleta, un trozo de chocolate, una manzana, la botella de agua (lo más frecuente), un pañuelo, etcétera. Les puedo asegurar que nunca me he llevado un susto por esto. También es cierto, que nunca arriesgué en este sentido y que, prácticamente desde que empecé a conducir, me he esforzado en controlar el instinto de coger algo como si estuviese en casa. Me doy tiempo y espero el momento oportuno, también creo que haber andado en bici antes de conducir automóviles me resultó muy útil para esto, entre otras cosas.

Tampoco me apuro por coger algo que se me haya caído, aunque fuese a consecuencia de un frenazo. En estos casos, si se me caen las gafas de marras, por ejemplo, en la zona del suelo de mi asiento, sin quitar la vista de la carretera las echo hacia atrás con el pie izquierdo para que no se metan en la zona de los pedales, cuando pueda, pase el tiempo que pase, estiro el brazo y las cojo sin dejar de mirar la calzada. Si caen en la zona del suelo del asiento derecho, ni me preocupo, ni siquiera miro; el único inconveniente es que para recuperar algo que llevase en el asiento derecho y se ha caído por un frenazo, o bien lo dejo o hago una parada en cuanto pueda, aunque hay veces que puede ser fácil llegar al objeto y recuperarlo siguiendo el proceso que comenté antes. Pero tengo que estar seguro de que puedo hacerlo con facilidad, sin ninguna duda, de lo contrario, ya pararé... 

La clave radica en ser perfectamente conscientes de la importancia de mantener la vista en la carretera durante todo el tiempo que conducimos, si la apartamos por unos instantes, “hacer la foto” una vez seleccionado perfectamente el momento adecuado para ello.

Hasta esas pequeñas cosas que llevamos en los bolsillos
pueden hacernos daño. Cuídense de ellas.
Fuente: Instituto de Seguridad y Educación Vial
Todo esto es más fácil de lo que parece, después de todo, en casa tampoco siempre nos dejamos llevar por el instinto, todos hemos preparado mil veces objetos para tener a nuestro alcance mientras leemos, estudiamos, hablamos por teléfono, vemos la televisión... y los cogemos muchas veces sin quitar la vista del libro o de lo que sea.

En el coche es fundamental preparar nuestra impedimenta siguiendo el sabio y viejo consejo de “un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio”. Todo ordenado y preparado par poder hacernos con lo necesario sin apartar nada los ojos del camino. Yo suelo comprobarlo de forma automática antes de iniciar la marcha, sólo es cuestión de crear un hábito. Claro que nadie es perfecto y a veces nos equivocamos, o estamos con la mente en otra parte, o lo que sea. Sin embargo, será raro que nos ocurra si estamos habituados, y es más fácil que el error surja en vías urbanas, pero también es mucho más fácil solucionarlo: basta con esperar la detención en un semáforo o parar un instante en cualquier hueco libre que encontremos. También es fácil solucionar estos problemas si alguien nos acompaña: le pedimos ayuda. 

En la autoescuela se deben aprender estas cosas, lo considero muy importante porque es seguro que cuando los alumnos conduzcan solos, ya con su carnet, realizarán todas estas acciones que vengo comentando, y más, en algunas ocasiones. De modo que algunos colegas, entre los que me cuento, invitamos al alumno a que tomen un caramelo, saquen un cigarrillo de la cajetilla y lo enciendan (si es que fuman), etcétera. Y, cómo no, hay que invitarles -a veces ni hace falta- a que usen su teléfono en cualquiera de sus funciones. Siempre es muy revelador para ellos. Viven y ven al momento las posibles consecuencias que tendrían esas acciones si fuesen sin un profesor al lado y sin doble mando. Este es un aspecto que me parece muy importante para tener en cuenta cuando se elige autoescuela y profesor. Quiero aclarar que, en este aspecto y en España, que un alumno haga alguna de estas cosas no supone ninguna responsabilidad para él con un coche de autoescuela (o autorizado a enseñar por libre) y si no tiene permiso de conducir, porque el conductor legal (a todos los efectos) del vehículo de escuela es la persona autorizada para ir al cargo del doble mando. No sé si en otros países este importante detalle es igual.

A la hora de elegir autoescuela y profesor conviene valorar detalles
en los que no se suele reparar.
El carnet es lo de menos, lo importante es aprender.
Y aprovechar para probar y experimentar.
Lo importante, es el tiempo después del carnet.
Fuente: www.lavanguardia.com

Tres últimas observaciones: 
  1. Estas cosas pueden entrenarse también con el coche parado, no es lo mismo que en la autoescuela, pero ayuda más de lo que parece. 
  2. Las campañas de concienciación negativas afectan también a nuestros pasajeros, conviene tenerlo en cuenta y suele olvidarse, no sería raro, que como consecuencia de esta influencia algún pasajero asuste al conductor que quiere echar un trago de agua (y lo hace bien), por ejemplo, al poner aquel el grito en el cielo escandalizado. Así pues, ante la duda, mejor les avisamos. 
  3. Como en los últimos años se han dado bastantes denuncias subjetivas por parte de algunos agentes de tráfico, en base a una norma general (muy general) que nos obliga, como es lógico, a mantener siempre y en todo momento la debida atención al conducir, personalmente, vaya solo o acompañado, antes de beber un poco de agua, además de hacerlo en situaciones tranquilas y sin ninguna posibilidad de riesgo, miro a ver si tengo algún guardia a la vista, no vaya a ser que se exceda en su celo y me denuncie.


14 comentarios:

  1. Entrada con mucha vista y con sentido común.
    Consejos básicos, válidos para la conducción y también para la vida misma:
    "Suelten lastre, tiren por la borda la publicidad negativa, límpiense los ojos, apoyen bien su espalda en el asiento, levanten algo cabeza y vista..."
    ¡Pasen y vean!

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    1. Muchas gracias, amigo. ¡Así sea!
      Buen fin de semana.
      Un abrazo.


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  2. Me uno a los comentarios de Manuel. ¡Viento fresco, sentido común, positivismo! ¡ Por fin!
    Yo me quedé muy sorprendida con el anuncio de las gafas. Hubiera sido mucho más instructivo algo como aquí: como sacarse y ponerse las gafas de manera segura. Porque no ponérselas e ir a ciegas tampoco es que sea muy recomendable.
    Y no voy a criticar las campañas 'atemorizadoras' porque no quiero dar paso al negativismo. Me uno a tus deseos de positivismo, de disfrutar de la libertad de la carretera, con sentido común, 'profesionalidad', solidaridad y alegría.
    Un saludo!

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    1. Efectivamente, Elisa, porque quedarse mirando siempre a lo mismo: el drama y la tragedia, es como dejarse hipnotizar con el problema sin buscar la solución.
      A mí esta campaña de la DGT también me sorprendió, es irreal, parece que pretenden que estemos atados al asiento cual condenados a la silla eléctrica. ¿Cómo vamos a conducir bien con esa rigidez?
      Me alegro que te haya gustado, que percibas lo que he intentado transmitir, y que me lo digas. Gràcies!
      ¡Saludos y buen fin de semana!

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    2. Gracias de todas maneras por recordarnos cómo ponernos las gafas con sentido común. Yo creo que no sabría conducir sin ellas. Me parece mucho más horrible el sol deslumbrante que no la noche.¡Saludos!

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    3. Así es, Elisa. Moltes grácies a ti.
      Bona nit!

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  3. Gran artículo, Esteban. Si en realidad no hace falta más que prestar atención y actuar con sentido común, pero es que nadie parece capaz de explicarlo (y menos la desgracia de autoridades de tráfico que tenemos que sufrir). Como los demás, también te aplaudo el tono positivo.

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    1. ¡Muchas gracias, Alfredo!

      Comparto totalmente lo que dices, básicamente, conducir bien y más que razonablemente seguros es, como bien dices, una pura cuestión de sentido común más que nada; también se debe poner en alerta el instinto de supervivencia, conocer los fundamentos de la máquina que manejamos, entender el entorno, mantenernos dentro de nuestras limitaciones (todos las tenemos), ampliarlas sin forzar nunca (“se hace camino al andar”) y ya está.

      Tantos expertos, estudios, campañas, observatorios (curioso nombre), datos de accidentes semanalmente -cual partes de guerra-, etcétera, sólo conducen a marear la perdiz y confundir al personal, como se suele decir. Y lo consiguen, son como “el rayo que no cesa”.

      Esta política del miedo, me recuerda mucho la empleada generalmente en los colegios religiosos por los años 50 y 60, siempre inculcándonos el temor a Dios so pena de desatar su ira, luego leías el Evangelio y transmitía algo muy diferente. ¡Menos mal!
      Gracias de nuevo por tus alentadoras palabras, Alfredo, que disfrutes del fin de semana.
      Un abrazo.

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  4. Encontro-me de férias na Escócia, neste momento em Turso, a dois passos do Mar do Norte, onde o acesso à Net (e à civilização dum modo geral  ) é bastante difícil.
    Quando regressar a Bagno a Ripoli, o que deverá ser em finais de Setembro, visitarei todos os blogs amigos.
    Até lá desejo-te tudo de bom e dias muito felizes.
    Um abraço
    MIGUEL / ÉS A MINHA DEUSA

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    1. Muchas gracias por tu detalle y esfuerzo, Miguel.
      Espero que tengas una feliz estancia en ese confín de Europa, tiene que ser un lugar digno de ver con la naturaleza como protagonista, disfrútalo cuanto puedas.
      Un abrazo.

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  5. Te leo, estimado tocayo, y solamente me queda decir al estilo bíblico, amén.Todo perfectamente explicado.

    Saludos australes.

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    1. Muchas gracias, estimado amigo. Me honran tu atención y tus palabras, ¡gracias!
      Un abrazo.

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  6. Obrigado por partilhar.
    saudações poéticas!

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