lunes, 26 de octubre de 2015

HUELGA DE EXAMINADORES (y 2)

Para más comodidad y evitar que tengan que volver a la entrada anterior, repito a continuación los cuatro puntos en los que los examinadores de la DGT basan su reclamación a esta:
  1. Adecuación de complemento salarial.
  2. Evitar notificar el resultado de las pruebas prácticas en el momento de terminar las mismas.
  3. Seguir ejerciendo la función que tienen sin que esta se privatice.
  4. Reducir el número de pruebas por examinador y día con el fin de que estás sean de más calidad.

Fuente: www.granadadigital.es
Punto 1. Nada que objetar. Supone de hecho un aumento de sueldo que doy por supuesto que será necesario y justo dado que los funcionarios del Estado son los que menos cobran, con diferencia. Curiosamente, el primer movimiento que ha hecho la DGT respecto a este conflicto ha sido en referencia a este punto, lo cual me parece muy significativo y no puedo evitar que se me pase por la cabeza que igual creen que así los examinadores se olvidan de los otros tres y aquí paz y después gloria. Vamos, un intento de comprarlos por un puñado de euros.  

Punto 2. Los examinadores sostienen que dejando de dar las calificaciones in situ desaparecerán o se reducirán mucho los episodios violentos que sufren en alarmante y considerable aumento por parte de algunos alumnos y familiares de estos (también hubo algunos casos con profesores) cuando se les notifica que han suspendido. Dudo mucho de la eficacia de esta medida (luego hablaré más sobre ello), pero tampoco cuesta nada probar. Claro, que si yo soy un desalmado, por más que sepa que el resultado lo recibiré en la tarde de ese día o en el siguiente, también sé, que el examinador ya me ha calificado, luego podría exigirle igualmente que me lo diga de inmediato porque no quiero esperar, y si se niega puedo intentar forzar su respuesta igualmente, con lo que puede que hasta me encuentre con dos motivos para justificar mi agresividad. Por no hablar de los casos evidentes en los que alguien se salta un semáforo en rojo o un STOP, sube el coche a la acera intentando estacionar, el profesor ha tenido que intervenir en el doble mando, etcétera. ¿Cómo decirle en estos casos que luego se le dará el resultado?

Punto 3. Totalmente de acuerdo. Privatizar los exámenes de conducir no me gusta nada, ni parcial y temporalmente como (parece ser) bastantes profesores proponen. Estoy seguro de que sería una fuente de corrupción que, prácticamente, acabaría con los profesores honestos. Por otra parte, los profesores que quieran ser examinadores no tienen ninguna puerta cerrada, basta con reunir los requisitos para opositar y hacerlo; otra cosa es que ahora todas las administraciones públicas convoquen muy pocas plazas con el fin de reducir el gasto. Pero todo indica que algunos de mis colegas pretenden entrar por la puerta falsa saltándose la oposición, y no es lógico ni justo, como tampoco lo es que algunos empresarios pretendan hacer negocio logrando la supuesta concesión de los exámenes y duplicando el gasto para el Gobierno, porque claro, los examinadores actuales  seguirían haciendo otras funciones, no los pueden despedir por esta causa. Lo dicho, esto no me gusta nada, apesta a corrupción se mire por donde se mire. ¿Que los examinadores también pueden ser vulnerables a sobornos y presiones de todo tipo? Sí, desde luego, pero históricamente se han dado muy pocos casos y más de uno tuvo condena penal y perdió su empleo. Además tampoco es lógico, el riesgo para el funcionario es mucho más alto que el posible beneficio; por si fuera poco, aparte de los controles que tenga o pueda establecer la DGT, también podemos controlar los profesores. En Vizcaya lo hemos hecho en alguna ocasión al oír insistentes rumores de que no sé qué funcionario aprobaba mucho a los alumnos de no sé qué autoescuela, pues se siguieron esos exámenes con un coche sin distintivos y no se vieron indicios de ninguna cosa rara, afortunadamente. Trabajan en la calle y a la vista de todos. Ah, y en este punto yo iría más allá, si bien nada hace pensar hoy que sea necesario: que los exámenes de conducir sigan siendo competencia del Estado, porque en el supuesto de que lo hicieran las comunidades autónomas, sin duda -no nos engañemos-, aparecerían notables diferencias entre ellas y también sería mucho más probable que se generalizase la perversión de los mismos.

Punto 4. Reducir el número de exámenes (no la jornada de trabajo) dedicando más tiempo a cada uno, sin duda es una medida que beneficia la mayor calidad de los mismos. A pesar de que se examinarían menos alumnos por convocatoria me parece bien. Creo que debería revisarse seriamente hacer exámenes cada semana, me parece muy poco pedagógico, muchos alumnos acaban adoptando una actitud similar a la de un ludópata. Yo daría una oportunidad de examen cada mes, como mucho, y seguramente sería bastante mejor alargarlo más, conduciría a prepararse mejor para las pruebas. 

Fuente: www.ecobierzo.org
Sobre el problema de las agresiones físicas y verbales que están sufriendo de unos años acá los examinadores en el momento de notificar el resultado de las pruebas prácticas a los alumnos al finalizar estas, pienso que, en su raíz, la solución es compleja y a medio-largo plazo. Y de forma más o menos inmediata pasa necesariamente porque los profesores actúen como filtro y por imponer sanciones a los alumnos que reaccionen con violencia (independientemente de las penas que puedan corresponder si cometen delito) como no poder volver a examinarse hasta pasado un año o dos, por ejemplo, e imponer también alguna especie de terapia por personal adecuado con el fin de que esas personas no sólo dejen de ser una amenaza para los examinadores sino también para el resto de usuarios de la vía cuando tarde o temprano empiecen a conducir solos, y para la sociedad en general. 

Los profesores podemos hacer mucho por reducir hasta un porcentaje ínfimo estos episodios violentos que se vienen dando en los exámenes. Y debemos hacerlo, no sólo por los examinadores, también por la persona que agrede (¿acaso no es nuestro alumno y no debemos desear lo mejor para ella?), por nosotros mismos y por terceras personas. 

Salvo el caso, sumamente excepcional y del que nadie estamos totalmente libres, de que a una persona se le suelte la bestia que todos llevamos dentro de forma impredecible (quizá hasta para ella misma) y súbita, es imposible que un profesor no perciba comportamientos peligrosos con un alumno en las clases prácticas, incluso en las teóricas. Repito y subrayo: es imposible.

Detectada la tendencia violenta de un alumno es imperativo hablar con él y a solas muy seriamente, ofrecerle ayuda - en la medida de nuestras posibilidades- o informarnos e informarle de dónde puede encontrarla, y en tanto no se solucione ese problema suspender las clases. ¿Que el alumno rechaza de pleno todo intento de posible solución? Pues lo siento mucho pero yo dejo de trabajar con él, me pague o no. Esto se puede y se debe hacer, doy fe y tengo testigos. De los pocos casos que me encontré, algo más de la mitad se solucionaron, y se gana un amigo; en los otros dejé de darles clase, y para mi sorpresa, siempre pagaron lo que debían sin tan siquiera recordárselo, ellos mismos pidieron la cuenta, como diciendo... “toma, no quiero nada tuyo”. Alguno de estos, meses después volvió, me alegré de verles, comenzamos a trabajar como si nada y fueron excelentes alumnos. 

No me atrevo a objetar si un profesor no quiere ofrecer el tipo de ayuda a que me refería antes, puede haber circunstancias personales y laborales que se lo impidan o se lo pongan muy difícil, pero que deje de dar clase al alumno en cuestión y le explique por qué; y por supuesto, que ni se le ocurra llevarle a examen. Por el bien de todos. También hay profesores que van más allá y que llevan a examen a personas que no han dado ni una sola clase. Es decir, no les han visto conducir nunca, lo que me parece de una supina irresponsabilidad. Sin verle antes conducir yo no llevaría a examen ni a Fernando Alonso, los circuitos son una cosa y las carreteras otra; más peligrosas, por cierto. Y si de mí dependiese, al profesor que actúa de ese modo le suspendería temporalmente su autorización de ejercicio. Es muy grave. Una falta de respeto intolerable hacia el alumno, el examinador, terceras personas y él mismo.

Raíces de la violencia. Hay muchas, destacaré las dos que me resultan más obvias:

1.- La primera está inmersa en la sociedad y sería muy largo hablar de ella, a esta me refería antes cuando hablaba de soluciones complejas a medio o largo plazo. No obstante destacaré tres cosas que creo que la propician mucho: 

a) El abrumador número de imágenes violentas a las que están expuestos nuestros jóvenes desde que sus ojos son capaces de enfocar con nitidez con la evidente relación causa efecto entre utilizarla y lograr un deseo inmediato.

b) La pésima educación que muchos de ellos reciben de sus familias al no darles nunca un “no” por respuesta y tenerlos excesivamente protegidos.

c) Un sistema educativo que penaliza el esfuerzo y da aprobados generales por sistema devaluando estudios y títulos muy a pesar del deseo de muchos profesores que básicamente han perdido su razón de ser y a los que nadie hace caso: ni padres ni alumnos ni administraciones públicas. Así se llega a una juventud lastrada con el típico comportamiento del hijo malcriado de un nuevo rico que extiende un comportamiento infantil hasta bien entrada la edad adulta y con tendencia clara a llegar así hasta la tumba. Un desastre para cualquier sociedad que genera un efecto bastante parecido al de una guerra: perder toda una generación.

Fuente: www.semaforo.mx
2.- La segunda es responsabilidad de muchos profesores de autoescuela a los que he visto sistemáticamente a lo largo de los años inducir directa o indirectamente al alumno falta de respeto hacia los examinadores. A veces comienza en el aula de teórica y se incrementa en las prácticas. El profesor quiere evitar ser objeto del posible enfado del alumno ante una calificación negativa y de un modo preventivo y prejuicioso se quita de en medio adulando miserablemente la actuación de aquel utilizando expresiones como: has tenido mala suerte, ese examinador es... (imaginen los insultos más graves en los puntos suspensivos), tú conduces muy bien, has hecho un examen perfecto, así cobran más tasas, el gobierno ya no sabe qué hacer para arañar dinero; no te preocupes, en la próxima apruebas seguro, etcétera. El alumno, más o menos se lo cree, después de todo, muy probablemente es lo que oye en su casa y entre sus amigos, si ahora se lo dice alguien que trata cada semana con “los de Tráfico”... será verdad. Si a una persona se le bombardea con mensajes de que el resultado del examen será arbitrario, cuando haya suspendido varias veces con el perjuicio que le supone y el desprestigio que conlleva en su círculo de familiares y amigos, reaccionar con violencia ante su frustración es una consecuencia que no carece de cierta lógica, ¿verdad? No sé cómo lo verán ustedes pero, para mí, la actitud del profesor es determinante. Y esto lo hacen mucho demasiados profesores, seguramente muchos de ustedes lo sepan. 

Un profesor debe evitar ese comportamiento tan ruin donde esconde su incompetencia o su desgana; un profesor debe evitar hasta el más mínimo mal gesto cuando esperando en la cita de examen ve que se acerca hacia él un examinador que no le gusta. Y tratarlos a todos igual, y hacer valer su buen oficio y ganas de ejercerlo sin intentar distraer al funcionario en torpes intentos de conversación durante el desarrollo de la prueba. Si así lo hace, hasta se acabará ganando el respeto de los malos examinadores (que también los hay) e inducirá sin esfuerzo y automáticamente una mejor forma de hacer su tarea tanto al alumno como al funcionario. Tiene que creer en la labor que hace y poner mucho empeño en realizarla mejor día a día, uno mismo debe respetarse y trabajar duro por ser digno, honesto e íntegro. El buen ejemplo enseña por sí mismo.

Esteban

NOTA: Hoy se reúnen en Madrid examinadores y DGT como pueden ver aquí. Cuando sepa algo sobre el resultado de las negociaciones añadiré el enlace en esta nota. 

Todavía no es oficial, pero la noticia es buena, acabo de verla en la página de Facebook de ASEXTRA, son las 20:43 del 28-10-2015. Cuando vea la nota oficial también dejaré constancia aquí.

Aunque no hay desconvocatoria oficial, ASEXTRA aconseja a los examinadores volver al trabajo a partir de mañana
Posted by Asextra on martes, 27 de octubre de 2015


FIN DE LA HUELGA DE EXAMINADORES

Desconvocada huelga de examinadores. Resumen prensahttp://asextra.blogspot.com.es/2015/10/desconvocada-huelga-de-examinadores.html
Posted by Asextra on jueves, 29 de octubre de 2015
Dejo más información aquí y aquí.




Entradas relacionadas: "APRENDIENDO A CONDUCIR"APRENDER A CONDUCIR, APUNTES DE UN IDEAL (y 3)ASÍ APRENDÍA A CONDUCIR (y 10)

11 comentarios:

  1. lo que os esta pasando es una faceta más del deterioro que está sufriendo este país.
    Ya no se respeta nada, hacéis muy bien en poneros firmes y exigir que esta situación acabe.
    Animo muchos estamos con vosotros

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    1. Bienvenido, Icue, agradezco mucho tu atención y tu comentario con el que estoy plenamente de acuerdo. Efectivamente, hay un deterioro de la vida personal y social muy importante en todos los aspectos, no obstante, intento poner mi granito de arena yendo a por agua cuando el vaso está por la mitad, observo que no soy el único, ni mucho menos, y así, generalmente, mantengo viva la llama de la esperanza.
      Muchas gracias. Un saludo.

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  2. Tienes muchísima razón. Ciertamente, si alguien actúa como en el punto 2, criticando al examinador, es muy triste, pero lo peor es que seguramente le sale 'rentable' porque le dice al alumno lo que quiere oír. Y el alumno se lo cree, entre otros motivos, porque le es agradable pensar que él lo hace bien y que el problema es de los demás. Y no hay nada como decirle a la gente lo que quiere oír para poder conseguir lo que queremos. En cambio 'quien dice las verdades pierde las amistades'.
    Saludos y gracias por este post!

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    1. Hola Elisa:
      ¿La frase del final es un refrán catalán? Me gusta, es cierta, lo sé... pero no recuerdo haberla oído nunca, de ahí que te lo pregunte. Me quedo con ella, gràcies.
      Pues mira, es cierto lo que dices, pero en el caso que nos ocupa, creo que aún es peor porque yo no veo que sea necesario que un profesor meta cizaña al alumno con respecto al examinador. Pienso, y ahí está lo malo, que realmente muchos (demasiados) de mis colegas viven así realmente ellos mismos las relaciones con los examinadores. Creo que algunos se sienten como sometidos injustamente a su autoridad, lo que da lugar a sentimientos hostiles o serviles. Ellos son los que enseñan y saben mejor que nadie cómo conduce una persona en concreto, aunque también saben perfectamente que si examináramos nosotros sería un cachondeo, por decirlo muy suavemente, y estoy seguro que en ese supuesto muchos acabarían aprobando sin dar ni una clase a cambio de dinero.
      Si desde el primer momento, ya en la teórica, uno se expresa de forma que el alumno perciba claramente que es él quien conduce, que nadie tiene porqué hacerle ningún favor, si se inculca un sentimiento neutro hacia los examinadores, se les hace ver que son personas normales y corrientes como cualquiera... yo les invitaba también a que se pusieran en su lugar “imagínate que tú examinas, ponte en el papel” y en broma, surgían comentarios un tanto bárbaros, pero también veían la faceta seria, ¡se daban cuenta! Y luego trabajas con ellos en el coche hombro con hombro, viviendo mil situaciones en las que uno se siente agredido, ven cómo actúas tu (básicamente, librando y siguiendo a lo tuyo), les desmontas razonadamente todos los mitos que han oído sobre el examen, les aseguras defenderlos por escrito y ante quién sea si sufriesen alguna situación injusta o antirreglamentaria... Si el profesor anda ese camino el alumno le sigue, es muy raro que no lo haga, y mucho más aún que en el examen se dé algún episodio violento, nunca imposible, pero desde luego ínfimamente improbable. Estoy convencido de que la actitud del profesor es determinante para la que el alumno tome, y muchos que se dedican a este oficio mantienen una hostil hacia los examinadores. Podría seguir mucho más con el tema, pero acabo contándote que he sido testigo alguna vez de cómo algún profesor afirmaba odiar a alumnos y examinadores, y no era una broma.
      Moltes gràcies a ti!!!
      ¡Saludos!

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  3. AVISO
    Para la persona que ayer (27-10-2015) envió un comentario a esta entrada:
    En la columna de la derecha de este blog expreso muy claramente las condiciones que deben reunir los textos que aquí se quieran publicar, son tres palabras: responsabilidad, educación y respeto. Se incumplen todas. Luego me niego a publicar el comentario al que aludo.

    Si esa persona que utilza “Fer” como firma y que aunque esté enlazada no conduce a nada como puede verse aquí:
    https://www.blogger.com/profile/09165641714925456930
    quiere expresar la misma idea de otro modo, cumpliendo con los tres conceptos ya citados y sin esconderse tras un anónimo de hecho como hizo ayer, la publicaré. Me guste o no y por más que discrepe de lo que diga. De lo contrario me niego, como ya dije. ¿Por qué? Por que todos los lectores de este blog, habituales u ocasionales, pasados, presentes o futuros y cuantas personas comenten en él en cualquiera de los tres tiempos mencionados, se merecen toda mi gratitud y respeto, por el que, en la medida de mis posibilidades, siempre velaré.

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  4. ¡Hola Esteban!!! No decaigas, amigo.

    Estoy de acuerdo con todo lo que expresas, es lo sensato y obligado a respetar el lugar y las personas donde entramos. Pero siempre hay de todo en la viña del Señor, intrépidos de mala baba.
    Y respeto a la huelga, tienen todo el derecho del mundo y tienen muchas razones para manifestarse.

    Perdona pasaré en otro momento... Un beso y buenas noches.

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    1. ¡Hola Marina!
      ¡Muchas gracias por tus ánimos!
      No temas, no dacaigo, y si lo hiciese me volvería a levantar. Pero siempre reconforta saber que hay una mano amiga dispuesta a la ayuda. Procuro tener muy presente que “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio”, pero al menos quería hacer saber al autor o autora del comentario de marras que le doy acuse de recibo, y que si cambia los modales le abriré la puerta. Pero en esta casa, por fortuna, hay más personas, y ninguna se merece ver perturbada su estancia por nada desagradable. Para soltar los perros hay otros lugares.
      Gracias y hasta cuando quieras.
      Un abrazo.

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  5. Buenas tardes, amigo Esteban. Solo una "preguntina": ¿Conoces a una sola persona que se haya presentado en los últimos 20 años a una oposición con la intención de ser examinador de Tráfico? Un saludo :)

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    1. No. Pero, es bastante probable que sí conozca a una. En 2009, más o menos, se incorporó a la plantilla de Vizcaya un examinador que era profesor y que había trabajado unos años como tal en Bilbao.
      Coincidimos pocas veces y no llegamos a hablar de este detalle, pero me parece razonable pensar que, dada su experiencia, este hombre se hiciera funcionario con el fin de ser examinador, pero no estoy seguro. La verdad es que no veo ese trabajo como vocacional, a mí no me gustaría; y desde luego, tampoco debe ser eso un obstáculo para hacerlo bien. También se me hace muy difícil que alguien quiera ser juez, tuve un amigo en el instituto que afirmaba tenerlo muy claro, pero nunca lo entendí, no sé si llegó o cambió de idea porque nos perdimos la pista; también tuve una vez una alumna preparando ya oposiciones para juez, y tampoco entendí porqué lo hacía. Hay profesiones raras, por más que sean necesarias. Ah, también tuve un alumno que era árbitro de fútbol profesional, y decía que le gustaba, yo le contestaba que era masoquista puro. En fin, los caminos del Señor son inescrutables, Jesús. Qué bien viene tu nombre en la frase anterior, eh.
      Un abrazo.

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  6. ¡Hola Esteban!!!

    Buenos días: hoy he leído detenidamente tu texto donde te expresas como lo que eres, un gran Maestro de autoescuela y a la vez psicólogo para tus alumnos y eso solo lo hacen las personas de bien. Gracias por ser como eres y no cambies nunca.
    Te entiendo bien, aunque no sepa explicarme adecuadamente; he de decirte que en todos los sitios se cuecen habas. Tengo uno de mis hijos que es licenciado en informática y profesor de un instituto en Vigo: y más o menos les pasa lo mismo, hay profesores que lo único que desean es que llegue el día de cobro, aprueban a los alumnos sin estar preparados para un futuro, y esto a mi hijo le revuelve el estomago. Pues tiene problemas con los suyos puesto que no da un aprobado a menos que hayan trabado y tengan su examen bien hecho. Él es de los que habla mucho con sus alumnos, les hace ver lo que les espera en un futuro si no están bien preparados. Unos lo entienden y son buenos estudiantes ponen interés por saber, pero hay otros ... Que puedes imaginarte, e inclusive sus familias amenazando. Menos mal que aún quedan chicos responsables de familias adorables que recompensan los malos tratos de otros. Se profesor hoy día!... ¡Creo que debería ser la profesión mas bonita! de hecho lo es.

    Bien no me enrollo más, solo felicitarte por se vos una personita coherente fantástica. Te dejo un abrazo y toda mi estima.
    Ah, creo que hoy se disuelve la huelga, ojalá sea en beneficio de los trabajadores que reclamaban sus derechos. Suerte para todos vosotros.

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    1. ¡Hola Marina!
      Te explicas muy bien (ver tu blog y disfrutar de él es todo uno) y te agradezco enormemente el trato tan estupendo que me das, por mucho que dude de mis méritos por merecerlo.
      Conozco a algunos profesores de instituto y de escuelas de formación profesional y sé que en los últimos tiempos su trabajo se ha vuelto muy difícil, lo siento por tu hijo, y creo que hace muy bien en agarrarse como un náufrago a esas excepciones que todavía hay con algunos alumnos y sus padres, si no... Yo pienso que la raíz del problema está en muchos padres porque cuando conoces a algunos empiezas a ver méritos en sus hijos que antes se pasaban desapercibidos.
      Esto parece el mundo al revés, ¿cómo es posible que tantos progenitores no parezcan darse cuenta de que la mejor herencia que pueden dejar a un hijo es que les pueda sobrevivir con autonomía, con libertad, independencia de criterio... ellos acabarán por faltar algún día, y ojalá nunca fuese al revés. En fin.
      Muchas gracias, Marina. Suerte también para vos y los tuyos.
      Un abrazo.

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